De su forma de hablar, estaba acostumbrado a mandar a otros. Y eso significaba que era alguien con verdadero poder y autoridad aquí. Eso no tenía sentido para William, ya que no veía nada notable en su gremio y logros.
Él ciertamente hizo algo grande, pero fue hace mucho tiempo. Si el reino quería recompensarle o algo así, deberían haberse movilizado mucho antes que hoy.
—¿Puedo preguntar la razón? —preguntó William.
—Quizás cuando conozcas a su excelencia, lo entenderás —estas palabras fueron suficientes para cambiar la calma en la mente de William.
Sus pensamientos se dirigieron hacia un hombre, el rey de todo el reino. Estaba equivocado, confundiendo ligeramente a la persona que iba a conocer.
—Entonces guía el camino —dijo William. Quería hacer más preguntas, pero sabía de antemano que no obtendría ninguna respuesta. Y cuando intentó hablar con aquel maestro, de hecho no obtuvo nada útil.
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