Power

Después de mi enfrentamiento directo y la franca declaración de Guerra hacia Makima, en la que habíamos dejado claros nuestros sentimientos y nuestras ganas de usar al otro sexualmente, y que Denji y yo fueramos asignados temporalmente al acogedor pero reducido apartamento de Aki. Allí, nos dedicamos a hacerle la vida un infierno a Aki, más por diversión que por otra cosa.

Mientras Denji pasaba horas interminables disfrutando de baños con agua caliente y espuma, yo me entregaba a mis antojos de comida y dulces, devorando en cantidades sorprendentes, a menudo dejando los platos sucios sin preocupación o haciendo ejercicio.

En ese día que compartimos, mientras disfrutábamos de la caótica ruptura de la tranquilidad de Aki, me encontré sumido en pensamientos propios sobre mi avance en términos de mis poderes y habilidades. En particular, había estado trabajando en una técnica que sentía que sería bastante util en futuros enfrentamientos.

Mi control sobre la materia oscura se había incrementado gracias a mi afinidad natural con ellas, lo que estaba contribuyendo considerablemente a mi progreso para dominarlas por completo. La técnica que estaba forjando consistía en crear un orbe de oscuridad capaz de llevar a cabo múltiples ataques simultáneos o de protegerme mediante ajustes en su forma y tamaño.

En este punto, la técnica me permitía que el orbe liberara llamas oscuras. Sin embargo, debía admitir que estas llamas estaban lejos de igualar la intensidad de las llamas del purgatorio, como las que Meliodas empleaba en el canon. Sin embargo, mi convicción estaba arraigada en la idea de que, con el tiempo y el esfuerzo adecuados, podría manipular esta fuerza oscura hasta alcanzar su máximo potencial.

La segunda habilidad del orbe era su capacidad de moverse a altas velocidades y dividirse en dos entidades independientes. Aunque logros significativos, sabía que aún había límites en mi dominio sobre esta técnica.

Mientras me perdía en estas reflexiones, me recordé un asunto pendiente y crucial que debía abordar. Me puse de pie de manera enérgica y salí de la sala de estar. Me dirigí a la puerta del cuarto de Aki y coloqué mi mano sobre ella.

Canalicé mi energía y concentración en dejar una marca en la puerta. En ese momento, me vino a la mente el "Hiraishin No Jutsu" de Minato, algo que había solicitado previamente. Entre las diversas complicaciones de adaptarme a mi nuevo cuerpo y mi vida ajetreada en este mundo desconocido, esa solicitud había quedado olvidada y ahora debia ponerla a prueba.

La adaptación a un cuerpo con capacidades inhumanas no había sido una tarea sencilla, y sentí la necesidad de explorar cómo el Hiraishin podría ofrecerme ventajas en situaciones futuras o si al menos podia usarla sin que estuviera en estado pasivo.

Mientras concentraba mi energía, sentí cómo se disipaba momentáneamente antes de recargarse, en parte gracias al poder pasivo de Ban.

Después de retirar mi mano de la puerta, noté la exitosa colocación de la fórmula "Shiki" del Hiraishin en la superficie. Con una sonrisa victoriosa en mi rostro, regresé a la sala de estar y recreé el gesto de sello manual que reconocía de la serie de Naruto: dos dedos levantados en una mano. Cerré mis párpados detrás de la venda y entré en un estado de concentración profunda, bloqueando todo lo demás a mi alrededor.

Si mi teoría se confirmaba, mis capacidades visuales mejoradas serían de gran ayuda en esta situación. Decidí invocar mi técnica ocular, llamada "Eage," que significa "ojo" en sajón occidental antiguo. Al expandir mi rango de visión utilizando mis ojos mejorados y la informacion de todo llegara a mi, me esforcé por localizar la marca "Shiki." Para mi sorpresa, fue relativamente sencillo encontrarla.

La marca estaba impregnada con mi energía y se encontraba a una distancia considerablemente cercana a mí. Con determinación, dirigí mi energía hacia la marca. En un destello blanco, desaparecí de la sala de estar y reaparecí frente a la puerta del cuarto de Aki. Sin embargo, el proceso no fue sin consecuencias, ya que terminé golpeando la pared cercana, lo que provocó un pequeño rastro de sangre en mi nariz.

"Maldición, si la marca no estuviera tan cerca, habría estallado mi cabeza," pensé para mí mientras mi regeneración natural comenzaba a reparar los daños. Sin embargo, la fatiga mental era notable y urgía un rápido descanso para mi cerebro.

Lo que había sucedido era que al teletransportarme, mis ojos que estaban conectados con mi entorno, tratando de recopilar información de cada movimiento en mi cuerpo, la velocidad a la que me movía, combinada con los datos confusos captados por mis ojos y que llegaban a mi mente, causó una sobrecarga del 50% en mi cerebro. Aunque no era un porcentaje tan alto, mi capacidad para procesar esta información de manera fluida todavía no estaba completamente desarrollada y los datos no tenian ningun sentido.

Regresé a la sala con una fatiga mental que me sumía en la somnolencia. Simplemente me dejé caer en el sofá y descansé por un tiempo, necesitando recuperar energías.

En la noche, Aki y Denji regresaron a casa después de que Makima los llamara por la mañana para discutir algo que, honestamente, no me interesaba en lo más mínimo. Mientras Denji estaba ocupado en el inodoro, alternando entre hacer sus necesidades y quedarse dormido, Aki le gritaba enojado.

Sin embargo, la calma se vio interrumpida cuando Denji recibió una llamada de un oficial de policía, informándole sobre la aparición de un Hombre Demonio en el barrio de Nerima.

(30 minutos después)

Junto con Denji y Aki, llegamos a una pequeña casa que estaba rodeada por oficiales de policía que custodiaban diligentemente el lugar. Al aproximarnos, un oficial nos detuvo en nuestro camino.

"¿el chico y el musculoso están contigo?"-------- preguntó el oficial en tono interrogativo, fijando su mirada en mí. En ese momento, yo llevaba pantalones holgados negros y una camiseta negra ajustada, además de mi venda característica en los ojos. Aki simplemente asintió en respuesta.

Después de confirmar nuestra presencia, nos permitieron entrar a la pequeña casa frente a nosotros. Era una morada común y corriente, nada fuera de lo ordinario. Aki y Denji mantenían una conversación mientras yo los seguía con una expresión perezosa. Gracias a mi habilidad "Eage," sabía la ubicación y el nivel de poder del demonio, que resultaba ser bastante débil. Aki notó mi expresión y me miró con su típica imperturbabilidad antes de volver su atención al frente.

Al llegar a la habitación, nos encontramos con el Hombre Demonio, un individuo de mediana edad con media calva y tenazas en lugar de labios. Estaba devorando una gallina en medio de un cuarto repleto de revistas para adultos y manchas de sangre.

Decidí ahorrar problemas y creé un pequeño orbe de oscuridad que lancé a gran velocidad, atravesando la cabeza del demonio. No tuvo tiempo de reaccionar y cayó muerto al suelo. Aki abrió sus ojos en una expresión de sorpresa, mientras que Denji sonreía impresionado. Sin necesidad de palabras, Denji se puso a recoger las revistas +18 que estaban esparcidas por el suelo.

Terminada la tarea, y viendo que Denji estaba recogiendo las revistas, me acerqué a él con una sonrisa juguetona y pícara.

"¿Me das una?"----------- pregunté acercándome mientras extendía la mano. Denji asintió y me entregó una revista, mientras él revisaba una de su propia selección.

Ambos examinábamos las revistas con rostros llenos de lujuria. Aki nos miró con disgusto y finalmente agarró a Denji por la camisa, arrastrándolo fuera de la habitación.

(En la oficina de Makima)

Denji había estado sumido en sus pensamientos durante un tiempo, probablemente soñando despierto acerca de lo que a todo hombre suele gustar más.

En un instante, Denji emergió de su ensimismamiento y gritó:

"Tetas" proclamó en voz alta, despertando de su ensoñación y dejando claro a todos sus pensamientos seguramente dirigidos a los pechos de Makima.

Tetas? —pronunció Aki, con una expresión de sorpresa en su rostro. La sala quedó en un silencio momentáneo, roto solo por el sonido suave de mi contención de la risa. Inmediatamente, me di cuenta de la tensión en el aire, ya que Makima nos miraba con una mezcla de confusión y un velo de disgusto apenas perceptible bajo su apariencia amable y controlada.

Desvié mi mirada, sintiendo cómo mi boca se contraía por la risa contenida. No quería romper la aparente seriedad de la situación, pero era difícil evitar el impulso.

Makima pasó su mirada de Denji a Aki y luego a mí, con una sonrisa que parecía más forzada que genuina. "Bueno, dejenme decirles que tendrán un nuevo colega", anunció con un tono anticipatorio mientras nos daba la espalda. Aunque su sonrisa era amable en apariencia, pude percibir un rastro de desafío en su mirada, como si estuviera evaluando nuestras reacciones.

Los pasos se acercaban desde atrás, y no me sorprendió en absoluto quién se presentó ante nosotros gracias a Eage como nombre a mis ojos. Una chica de cabello rosado, cuernos rojos y ojos amarillos hizo su entrada con un aura de confianza y un aire de arrogancia. No pude evitar notar sus curvas y cómo su apariencia atraía la atención. Un claro contraste con la atmósfera previa, esta chica parecía estar llena de entusiasmo y autoestima.

"¡Perfecto!", exclamó con un grito cargado de confianza. Denji y Aki se giraron hacia ella, sus rostros mostraban sorpresa y curiosidad ante la nueva incorporación. Por mi parte, preferí mantener la vista fija en Makima, cuyo semblante seguía ocultando más de lo que mostraba. Su sonrisa indiferente y el rastro de lujuria en su mirada eran indicios de algo más profundo y complicado que estaba sucediendo detrás de su fachada aparentemente controlada.