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Capítulo 5: Lobo piel de hierro

Biên tập viên: Adrastea Works

—Magia de madera: ¡arca voladora de Genovah! —gritó un hombre joven que vestía un conjunto de túnicas finas de seda gris en voz alta, sosteniendo sus manos enfrente de él. Tenía un rostro delgado y apuesto con unos penetrantes ojos azules y una sonrisa calidad y amistosa. Una cara bonita que sería fácil de olvidar si no fuera por el brillo apasionado en sus ojos.

Un instante después de que terminó de hablar, un misterioso cúmulo de símbolos apareció enfrente de él. Una cantidad enorme de madera surgió de este cúmulo, doblándose y estirándose, retorciéndose en la forma de un barco de tamaño mediano. Tenía unos veinte metros de largo, y una docena de metros de ancho, construido completamente de madera color marrón oscuro. Un largo pilar se elevaba en el medio del barco, un mástil vacío. Se podía ver una pequeña cabina en el extremo del bote, que llevaba hacia el interior.

Se escucharon unos cuantos aplausos, mientras el joven, ahora un poco pálido, se volteó y sonrió.

—¿Qué te dije antes, Capitán Lancaster?

El bote de madera flotaba en las afueras de un gran bosque. Podían verse varias docenas de montañas en el fondo, elevándose hacia el cielo. Dos montañas destacaban en particular, con grandes y destrozadas cumbres, destruidas por alguna fuerza externa.

Un largo camino que se elevaba hasta el bosque, un camino que continuaba, pero se transformaba en una versión inferior de tierra.

Actualmente, un cuarteto de hombres estaba de pie en el camino de piedra, mirando el bote de madera que el hombre apuesto acababa de erigir.

—¡No cabe duda de que es más grande que la última vez, sir! ¡Fue extremadamente preciso! —dijo un hombre rudo y musculoso que vestía una armadura de cuero negro con una gran espada ancha atada a la espalda. Asintió y rio. Tenía una cara arrugada y canosa, con aspecto de estar a mitad de los cuarenta. Una barba pequeña negra y gris complementaba su fuerte mandíbula y su nariz parecía que se había roto varias veces antes. Su cabello corto y completamente gris disonaba con su barba todavía mayormente negra, pero iba bien con su seis pies y medio de altura.

Dos de los hombres detrás del capitán estaban vestidos con armaduras de cuero negro similares, pero con rostros más jóvenes y bronceados, lucían como si estuvieran a principios de sus treinta años. Eran igualmente musculosos y ambos tenían un par de espadas cortas atadas al cinto. Según Lancaster, eran gemelos de unos de los 30.000 mundos menores, que habían dejado su mundo en búsqueda de fortuna y terminaron en la guardia universal Kinto junto a él.

El último observador asintió de forma amistosa al joven, diciendo,

—Esto sin duda será de ayuda en el transporte por el bosque y nos ahorrará una gran cantidad de tiempo. Sin embargo, todavía tendremos que retirarnos y viajar a pie cuando estemos cerca de las montañas. Después de todo, allí hay bestias clase Magnus Magister —dijo un hombre vestido con una armadura verde desteñida, con un arco largo atado a su espalda. Era la viva imagen de un adepto guardabosques. Tenía la cara cubierta por una mezcla de pintura verde y gris, lo que hacía sus rasgos indistinguibles, salvo por una tupida barba marrón.

—Por supuesto, por supuesto —djio William Robel, mientras asentía. Como un hechicero que recientemente había alcanzado la etapa Caelum, especializándose en la magia de madera, comprendió bien las amenazas que podrían reunir las bestias poderosas, especialmente aquellas con un alma poderosa. Sus conjuros eran potentes, y la fuerza del alma no lo era todo… pero era mejor tener cuidado.

En los 30.000 mundos, había decenas de miles de diferentes tipos de magia. La gran, gran mayoría de los hechiceros elegía enfocarse en un tipo en particular. Después de todo, los diferentes tipos de magia requerían concentraciones de energía increíblemente complejas, usando el poder de la matriz de hechizos del alma. Todos los hechizos de un tipo tendrían encantamientos y concentraciones simbólicas relativamente similares, aunque los hechizos más fuertes o los más complejos requerirían cada vez más esfuerzo y precisión.

William estudió magia de madera, un tipo versátil de magia que funcionaba como un eficiente multiuso, adecuado para alguien como él que prefería actuar sin otros magos. No era el tipo de magia más poderosa, ni la más llamativa, pero no tenía muchas opciones abiertas para él cuando la escogió. Su suerte en la vida había sido decidida en su nacimiento. Era un bastardo.

Sin embargo, sacudió los pensamientos irrelevantes de su mente, enfocándose en su objetivo actual. Perseguir al legendario lobo piel de hierro que prosperaba en las profundidades de las montañas.

..

Dorian se refugió en un pequeño conjunto de rocas, deslizando su cuerpo entre dos de ellas y quedándose absolutamente quieto.

RUIDO SORDO

RUIDO SORDO

Unas fuertes pisadas hicieron que el suelo temblara como si una enorme bestia pasara junto a las rocas en las que se escondía, recorriendo la montaña.

«Eso es… un dinosaurio. ¿En serio?» Dorian gritó mentalmente, asegurándose de no hacer ningún sonido.

Un enorme dinosaurio de diez metros de alto, cubierto de escamas verdes emplumadas seguía caminando, inclinándose hacia adelante mientras giraba y se abría paso a lo largo de la montaña que Dorian había estado escalando. Se veía extremadamente similar al tiranosaurio rex del mundo natal de Dorian, con una cara grande llena de afilados y mortales dientes, un cuerpo corpulento y musculoso, y dos brazos demasiado pequeños.

La bestia emitía una poderosa y terrible aura mientras se movía, la fuerza que tenía superaba por lejos la de Dorian.

—Ausra —susurró Dorian en su mente, mirando a la bestia con un vivo interés—. Dijiste que podías ayudarme con el proceso de absorción en tres ocasiones, ¿no es cierto? ¿Puedes ayudarme a absorber esa bestia?

En su cabeza la voz tranquila de Ausra respondió—. Tu Alma colapsaría al tratar de formar una bestia de esa escala. Ese parecer ser un dragón de tierra de escamas verdes sangre pura de clase Magnus Magister. A partir de ahora, solo puedes apuntar a bestias clase Caelum e inferiores para la absorción. Cualquier otra cosa irá más allá de los parámetros de seguridad establecidos por Su Santidad.

Dorian refunfuñó un poco en su mente antes de aceptarlo. Parecía que no había nada que pudiera hacer al respecto.

Esperó por unos momentos mientras la bestia pasaba, fuera de su vista. Suspiró y luego miró arriba hacia las distantes cumbres destrozadas. Parecía que las criaturas en las montañas eran mucho más letales que aquellas en el bosque.

Reanudó su correteo de todas formas. Una vez que su mente estaba puesta en algo, lo perseguía obstinadamente hasta alcanzarlo fuera lo que fuera. Su cuerpo de salamandra roja era bastante útil en atravesar el paisaje rocoso. Sus patas estaban recubiertas con escamas duras, y podía usar sus garras para cavar en los lados de la montaña si sentía que se estaba deslizando.

Pasó varias horas moviéndose cuidadosamente a través de las montañas, de saliente en saliente, roca en roca, de afloramiento rocoso en afloramiento rocoso. En dos ocasiones tuvo que esconderse mientras pasaban bestias enormes y poderosas, que emitían auras aterradoras.

En el camino, también descubrió varias plantas de aspecto místico. Cuando se acercaba a ellas, se le informaba que eran hierbas mágicas o plantas mágicas que crecían naturalmente en áreas montañosas.

Según Ausra, estas hierbas servían como una excelente fuente de energía y alimento para la fauna local, y después de ser devoradas reaparecían de manera natural, funcionando bajo una misteriosa ley de existencia que incluso Ausra desconocía.

Dorian había probado una de las hierbas mágicas, un brillante fruto rojo de holjop. La fruta tenía un sabor delicioso, y envió varios rayos cálidos de energía a su cuerpo. Era una sensación increíblemente suntuosa, haciéndolo temblar un poco.

Había revisado su progreso de crecimiento justo después, al sentir un cambio pequeño.

-Salamandra roja – Etapa de crecimiento (4/5) adulto maduro. Progreso de crecimiento – 721/956

La fruta había aumentado su crecimiento en una cantidad aceptable. Parecía que eran cosas realmente buenas para comer. No obstante, después de comer una fruta, se percató de que su apetito había sido mayormente saciado. Parecía que no sería capaz de comer demasiadas de estas frutas o hierbas sucesivamente.

Además de las enormes bestias de las que se había ocultado, también se encontró con varias manadas grandes de ciervos de montaña, un ciervo robusto y ágil que habitaba el área montañosa, un pequeño grupo de buitres escamosos, y una manada de bueyes de hierro.

Decidió evitarlos a todos por ahora. Si quería sus linajes, siempre podría regresar por ellos más tarde. En este momento, su atención estaba en encontrar el tesoro misterioso que el mago caído había dejado atrás.

Sin embargo, se tomó el tiempo para preguntarle a Ausra sobre cada bestia. Según Ausra, todas las bestias tenían un límite puesto en ellos, limitando su máximo nivel de fuerza y crecimiento. La salamandra roja de Dorian tenía un límite que sería alcanzado en su próxima etapa de crecimiento.

En términos de fuerza, siempre estaría limitado como una bestia de clase Caelum como mucho. Los ciervos de montaña que vio estaban limitados a la clase Terra, al igual que los buitres escamosos, mientras que los bueyes de hierro podían crecer a la clase Caelum.

Lo que él necesitaba encontrar, era una bestia que pudiera crecer a un nivel más alto, absorber su linaje, y transformarse en él, haciéndose cada vez más fuerte. Mientras más poderosa creciera su alma, más fuerte podría hacerse, incluso las formas de bestias débiles.

Dorian ya podía ver un futuro brillante por delante. Un futuro donde estaría absolutamente libre de peligro, capaz de descansar y relajarse. Incluso podría ser capaz de volverse humano de nuevo, si sus poderes funcionaban de la manera en que parecían.

Pronto, Dorian llegó a su destino. El valle entre las dos montañas despedazadas.

Para el momento en que llegó allí ya era media tarde. El valle estaba envuelto en sombras de las cumbres por encima, lo que le daba una apariencia sombría y oscura. Aparte de eso, no parecía ser diferente a ningún otro valle. Un pequeño arroyo lo atravesaba, y había un pequeño claro del bosque junto a cada montaña.

Se encogió de hombros y avanzó, escogiendo su camino con cuidado. Trató de evitar los senderos usados, creando los suyos mientras se mantenía entre las sombras.

Entró en el valle, arrastrándose entre las malezas. Bajó la pendiente dirigiéndose al arroyo. Mientras se movía, tuvo la inquietante sensación de ser observado. Sus ojos parpadearon a la derecha y a la izquierda, manteniéndose alerta mientras forzaba sus sentidos.

—Grrr…

Un gruñido bajo y susurrante asaltó sus oídos, captando su atención. Miró hacia la fuente del ruido, y sus ojos detectaron un gran lobo de piel oscura, de casi un metro de altura. Parecía estar rodeándolo un aura extraña.

—Ausra, ¿qué es eso? —preguntó mentalmente, manteniendo sus ojos en la criatura. Su propio cuerpo era más grande, pero sintió una extraña sensación de peligro viniendo del lobo.

—Un lobo de piel de hierro, una versión mucho más rara de un lobo de hierro. Tienen la habilidad de fortalecer de manera natural su piel a niveles increíbles, lo que hace que los lobos de piel de hierro más viejos sean criaturas extremadamente difíciles de derrotar. Sus pieles son muy codiciadas entre las criaturas inteligentes en uso para la fabricación de herramientas defensivas poderosas. Parece que este acaba de convertirse en una bestia de clase Caelus, una hazaña impresionante para una criatura tan joven.

Dorian frunció el ceño intensamente. Una bestia como esta parecía un objetivo perfecto para su siguiente evolución. No obstante, también parecía ser mucho más fuerte de lo que él era actualmente.

—¿Cuáles son mis posibilidades de derrotarlo justo aquí, en combate? —preguntó.

Ausra no respondió. Dorian mentalmente puso los ojos en blanco y luego comenzó a retroceder lentamente.

Podía usar una de sus dos absorciones restantes para asimilar el linaje de la bestia, pero decidió que quería guardarlos para los momentos en que los necesitara. Podría volver aquí cuando estuviera completamente crecido, y entonces tratar de matar al lobo de forma natural primero.

Lentamente comenzó a retroceder. El lobo no lo siguió, sólo lo miraba fijamente con sus brillantes ojos negros. Justo cuando Dorian terminó de retroceder y estaba preparándose para dar la vuelta, escuchó algo que no había oído en mucho tiempo.

Una voz humana.

—Magia de madera: ¡puño de Goliath!