¡Bienvenidos al mundo de los Pokémon! Un mundo lleno de infinitas posibilidades, allí habitan unas criaturas llamadas Pokémon, algunas personas las tratan como hermanos, otras como amigos y otras para combatir, en definitiva, un mundo maravilloso.
A la edad de 15 años, muchos adolescentes saldrían en su viaje para convertirse en entrenadores y con sus Pokémon acceder al título de Campeón, el sueño de todo entrenador.
Hoy, concretamente había alguien que comenzaba su viaje, un adolescente de unos 16 años de edad, habitante de un pequeño pueblo de Kanto llamado Pueblo Paleta, su nombre era Ash Ketchum, un chaval con aspiraciones para convertirse en el maestro Pokémon número 1 del mundo.
Dicho esto, vayamos a la casa de nuestro protagonista.
Era temprano y Ash estaba dormido en su cama descuidadamente pues sus sábanas estaban todas sacadas y él en el borde de la cama a punto de caer, pero justo en ese momento, abrió los ojos y miró confundido a su alrededor.
"Esta no es mi casa, ¿Dónde estoy?" – Ash miró a su alrededor buscando algo que le fuese conocido.
Por casualidades de la vida había un espejo en su habitación en el que Ash se fijó, así que se levantó y se miró en él.
Cuando se miró, abrió muchos los ojos y sorprendido tocó su cara como si no pudiese creer lo que veía.
¡Soy Ash, un poco más mayor, pero no hay duda, soy él! – gritó Ash altamente sorprendido.
Pero el grito pareció ser escuchado por alguien pues de repente, alguien entró por su habitación, se trataba de Delia, la madre de Ash.
"Me alegro que estés emocionado Ash, pero es temprano en la mañana, la próxima vez evita pegar ese grito" – dijo Delia mientras daba un bostezo.
Ash no pudo articular palabra al ver a Delia pues hasta ahora solo la vió en el anime y verla en la vida real junto con su repentino renacimiento en Ash lo dejó sin palabras.
"¿Te pasa algo?" – preguntó Delia confundida.
"Esto…no, nada, por cierto, ¿Dónde esta pikachu?" – preguntó Ash.
Como Ash era más mayor a lo que recordaba, era obvio que pikachu debería estar con él, además de ser el campeón mundial.
"¿Cómo que dónde está? Ah, ya sé, supongo que decidiste que ese sería tu primer Pokémon, es una buena elección, ayer ví un programa en donde salían pikachu y me gustó mucho" – sonrió Delia.
Espera, ¿Qué está pasando aquí? Claramente este Ash es mayor que lo que recuerdo, pero pikachu no está y Delia no parece mentir.
"¿Qué día es hoy mamá?" – preguntó Ash con curiosidad.
"¡Ajá, ya te dije ayer que no me ibas a pillar! Hoy es el día de tu decimosexto cumpleaños, el día en el que obtendrás a tu primer Pokémon, ¿crees que no me acordaría?" – dijo Delia con una sonrisa.
Ash se quedó atónito y entendió claramente lo que pasó aquí, por alguna razón desconocida en su mundo anterior pudo haber muerto o no, pero el caso es que transmigró al mundo Pokémon como Ash, lo raro es que, en este mundo, los entrenadores salían en busca de aventuras a los 16 y no a los 10 como en el anime original, aunque debía admitir que le gustaba esa idea.
A él, le gustaba mucho el anime de Pokémon y es cierto que Ash cometió muchos errores, pero la última temporada fue de 10 y le dejó un mal sabor de boca cuando Ash dejó de ser el protagonista para dejar paso a Liko y el otro niño cuyo nombre no recordaba, no es que no le gustase el nuevo anime, sino que no se acostumbraba a que Ash no fuese el protagonista.
"¿Te pasa algo, Ash?" – preguntó Delia confusa al ver a Ash parado tanto tiempo.
"No, claro que no" – sonrió Ash.
"Pues venga, vístete y desayuna, ya que te levantaste temprano, puedes tomar tu desayuno sin prisas" – dijo Delia saliendo de su habitación.
Tras verla salir, Ash se dirigió a lo que parecía ser un armario y lo abrió encontrando la ropa que Ash utilizó por primera vez en el anime, todo menos la gorra estaba allí.
"Qué recuerdos…" – dijo Ash mientras sacaba su ropa y se la ponía.
Luego, se sentó un momento en su cama y se puso a recapitular los hechos.
"Vamos a ver, no recuerdo si morí o no en el otro mundo, pero el caso es que ahora soy Ash y además con 16 años" – se dijo Ash a sí mismo.
Luego miró a su alrededor y vió la habitación del Ash original, estaba hecha un desastre con ropa tirada por todos los lados.
"De cualquier manera lamentarse ahora no sirve, habrá que afrontarlo, bueno, ahora que lo pienso, ¿tendré un sistema como esos que reencarnan en las novelas?" – se preguntó Ash.
Pero la respuesta llegó enseguida, no, no tenía ningún sistema y eso que lo intentó de todas las maneras posibles, pero no hubo suerte.
"Bien, entonces, renací como Ash de 16 años sin sistema…mejor, supongo…" – suspiró Ash.
Pero justo en ese momento se escuchó el grito de Delia.
"¡Ya está el desayuno, puedes bajar!" – gritó Delia.
Ash suspiró, se puso los zapatos y bajó las escaleras.
Allí, en la cocina le esperaba Delia con un delantal mientras servía los platos del desayuno, el desayuno era simple, unas tostadas con mantequilla y un baso de leche con chocolate.
"Siéntate, ah y dime como sabe la mantequilla, es de leche de miltank, en el supermercado me dijeron que estaba sabrosa" – sonrió Delia.
Ash asintió y se sentó en la silla, luego untó mantequilla en la tostada mientras Delia encendía la televisión.
"¡Siguiendo con las noticias de la mañana, nuevos avistamientos de un Pokémon misterioso se han podido observar en la región del Paldea, actualmente se desconocen más detalles de dicho Pokémon, pero los expertos ya están buscando pistas sobre le paradero de dicho Pokémon!" – decía el presentador.
"Vaya, todos los días se ve algo nuevo, un nuevo Pokémon no descubierto, que interesante" – decía Delia mientras comía unas tostadas.
Pero al verlo, Ash solo podía pensar en una cosa, que la televisión dijo Paldea, la nueva región, por lo que, en este universo, estaban todas las regiones disponibles hasta la fecha, incluyendo Paldea, lo cual era perfecto pues no quería tener solo Pokémon de Kanto.
"Por cierto Ash, ¿decidiste ya desde que región comenzar?" – preguntó Delia de repente.
"¿A que te refieres?" – preguntó Ash.
"No te hagas el tonto, obviamente me refiero a la región donde comenzarás, a los entrenadores primerizos siempre les dan la opción de empezar en la región que más les guste" – explicó Delia.
Genial, otra cosa que no conocía, pero tengo claro dónde empezar.
"Cierto, empezaré aquí, en Kanto" – dijo Ash sin dudar.
"Buena elección, aunque para ser sincera ya me la esperaba" – sonrió Delia.
Desde luego que podría haber elegido cualquier región pero prefirió empezar con Kanto por simple nostalgia, no había una razón profunda, solamente eso.
"Pero recuerda que una vez que te apuntas a la liga índigo no podrás participar en las batallas de gimnasio de otras regiones, solamente de Kanto" – le recordó Delia.
"Eso ya la sabía" – mintió Ash.
"Claramente, pero te lo recuerdo por si acaso, que eres muy despistado" – sonrió Delia.
Luego, continuó el desayuno tranquilo y cuando terminaron, Delia recogió los platos junto a Ash.
"Déjame recoger a mi los platos y vete ya al laboratorio, el profesor Oak te estará esperando" – dijo Delia.
Ash asintió y antes de salir Delia le volvió a hablar.
"Cierto, antes de irte, coge la gorra que te preparé para la ocasión, te la dejé al lado de la entrada, casi se me olvida" – dijo Delia.
Ash miró al lado de la entrada y en un pequeño mueble, vió la gorra que Ash utilizó en esas películas alternativas.
La cogió, se la puso en la cabeza y salió de la casa.
Hoy era un día ideal, el sol se alzó en el cielo desprendiendo un calor abrasador, pequeños spearows y pidgeys se posaban en los tejados de las casa, entre otros Pokémon bastante conocidos en la zona.
Ash miró a su alrededor maravillado por las vistas mientras veía a los Pokémon volar, pero pronto se dio cuenta de que tenía que irse y se apresuró.
Por suerte identificar el laboratorio no fue un problema pues era el edificio más grande de todo Pueblo Paleta.
Rápidamente, llegó a la entrada y llamó a la puerta.
"¿Quién es?" – contestó una voz.
"Soy yo, Ash" – dijo Ash.
"¡Ah, Ash, que bien, que bien, pasa!" – dijo la voz.
Ash abrió la puerta y se quedo sorprendido cuando vió a la persona, se trataba del profesor Oak en carne y hueso, allí, delante de él.
"Vamos, no te quedes en la puerta, entra" – sonrió el profesor Oak al ver su reacción.
Ash entró y se dirigió hacia donde estaba el profesor Oak.
"Parece que en verdad estabas emocionado y te levantaste más temprano de lo usual, lamentablemente tenemos un problema" – dijo el profesor Oak frunciendo el ceño.
"¿Qué problema?" – preguntó Ash confuso.
"Pues que Gary y otros dos entrenadores llegaron hace una hora y ya se llevaron a todos los iniciales, desgraciadamente" – suspiró el profesor Oak.
Oh, dios, ya sé donde va esto, pero sigámosle el juego.
"¿Todos, y ahora que haré? Incluso me levanté temprano" – dijo Ash decepcionado.
"Bueno…aun me queda un Pokémon, pero no sé si te gustará…" – dijo el profesora Oak mientras cruzaba sus brazos.
Curioso que incluso llegando a la hora Ash se quede sin Pokémon inicial y tenga que escoger al pikachu.
"¿Por qué no me lo dice y probamos?" – dijo Ash esperanzado.
Supongo que se puede intentar – dijo el profesor Oak mientras sacaba una pokéball de su bolsillo con un pequeño rayo en ella.
"Dentro hay un pikachu que capturé hace ya algún tiempo, el problema es que es algo rebelde" – dijo el profesor Oak.
Espero no llevarme la descarga.
"Lo intentaré" – dijo Ash.
"Pero…" – dijo el profesor Oak renuente.
"Hoy es mi decimosexto cumpleaños y saldré de viaje, para ello necesito un inicial profesor, tengo que intentarlo" – insistió Ash.
"Bien, pero no digas que no te lo advertí" – dijo el profesor dándole la pokéball.
Ash la cogió y con emoción la lanzó ligeramente al aire.
La pokéball se abrió y dejó ver a un pequeño pikachu con cara de mala leche.
Ash se emocionó al ver que en verdad era el pikachu de Ash, el del anime.
"¡Pika!" – dijo Pikachu enfadado mirando a su alrededor.
"Hola pikachu, mi nombre es Ash y a partir de ahora seremos compañeros" – sonrió Ash.
Pikachu lo miró fijamente.
"Dios ahí vamos" – dijo el profesor Oak nervioso.
Pero contrariamente a sus expectativas el pikachu no lanzó el rayo que esperaba, sino que simplemente extendió su pequeña mano a Ash sorprendiéndolo.
"¡Encantado!" – sonrió Ash.
Después de recuperarse del shock inicial, el profesor Oak sacó una pokédex y unas pokéball de sus bolsillos, 5 concretamente.
Ash la miró y notó que la pokédex era de las nuevas y no Dexter como en la original.
"Como parecen que se llevan bien, no los entretendré más, aquí tienes tu pokédex y tus pokéball" – dijo el profesor dándoselas.
Ash las aceptó, pero se dio cuenta de que se había olvidado la mochila, por suerte, llevaba el típico cinturón para guardar pokéball y la pokédex era lo suficientemente delgada como para caber en su bolsillo.
"Otra cosa antes de irte, como supuse que querrías empezar por Kanto me tomé la molestia de inscribirte en la liga, suerte" – dijo el profesor.
Ash suspiró y salió del lugar con Pikachu a su lado.
No es que Pikachu y el fuesen los mejores colegas, pero al menos no lo electrocuto y parecía tenerle más respeto que al original.
"Vamos pikachu, te presentaré a mi madre y luego nos iremos" -dijo Ash con una sonrisa.
"Pika" – asintió Pikachu.
Luego ambos corrieron hacia la casa de Ash donde Delia ya se encontraba esperándolo con la mochila en sus manos.
"Veo que al final te decidiste por el lindo Pikachu, buena elección, por cierto, toma tu mochila" – dijo Delia mientras le daba a Ash su mochila.
Luego cogió a Pikachu y comenzó a acariciarlo con emoción, Pikachu parecía incómodo, pero aun así se aguantó.
"Bueno, ya está, me voy mamá" – dijo Ash con una sonrisa.
"Está bien, ten cuidado hijo y no te olvides de llamarme de vez en cuando" – dijo Delia dejando a Pikachu en el suelo.
"Lo haré" – asintió Ash mientras salía a correr con Pikachu a su lado.
"¡Vamos Pikachu, a la aventura!" – dijo Ash con emoción.
"¡Pika!" – asintió Pikachu con emoción.