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One piece : Soy Trafalgar D. Water law

Johan, un talentoso luchador de artes marciales, pierde la vida en una pelea trascendental. Sin embargo, su historia no llega a su fin. Renace en el mundo de One Piece como Trafalgar D. Water law, un pirata famoso con habilidades médicas y el anhelo de venganza por la muerte de su mentor, Corazón. Adquiriendo los recuerdos y la experiencia de vida de Law, Johan adopta la identidad de su nuevo ser y se embarca en un viaje para honrar la memoria de Corazón y buscar justicia contra el Gobierno Mundial y la búsqueda del tesoro soñado el ONE PIECE. (Pd. No soy dueño de la imagen, ni de la historia todos los derechos a Echiro Oda)

Kapit4nBlacke · Tranh châm biếm
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Desde las alturas, el cielo lucía adornado por una imponente y enorme águila real americana que surcaba el cielo, sus plumas brillaban bajo la luz del sol, y su mirada afilada vigilaba la escena caótica bajo él. A lo lejos, el edificio administrativo mostraba rastros de destrucción, y el bullicio que empezaron a formar los aldeanos le hizo tomar una decisión De pronto, con un movimiento rápido y decidido, el águila se lanzó en picada, rompiendo el techo del edificio con una fuerza descomunal. 

La estructura cedió bajo su peso, y una nube de polvo llenó el ambiente. Un remolino de viento disipó el polvo, revelando a un ser imponente: el águila ya no era un simple ave. En cuestión de segundos, su forma comenzó a cambiar. Las plumas se replegaron, transformándose en piel bronceada, y su figura se alargó hasta convertirse en un hombre. Alto, musculoso, con hombros anchos y una mandíbula marcada. Su cabello rubio ondeaba ligeramente con los restos del viento, y sus ojos azules, brillantes, observaban el lugar con intensidad.

Caminó con paso firme entre los guardias heridos y noqueados, inspeccionando cada rincón del lugar. Su mirada finalmente se posó en un joven que sostenía con nerviosismo un saco de esmeraldas. Sin vacilar, el rubio lo levantó del suelo tomándolo por el cuello, con una fuerza que dejó claro que no estaba dispuesto a negociar. 

—¿Qué sucedió aquí? —preguntó con voz grave y autoritaria, cada palabra retumbando como un trueno en el silencio que había caído en la sala. 

El joven, tembloroso y pálido, intentó balbucear una respuesta, pero el peso de la situación y la intensidad de la mirada del hombre lo dejaron sin palabras. Afuera, la gente se agolpaba, curiosa y asustada, mientras el caos comenzaba a encontrar un nuevo orden, uno dictado por aquel hombre que hasta hace poco surcaba los cielos como un águila majestuosa.

El hombre frunció el ceño y sin esperar respuesta lanzó al chico hacia una pared, el impacto fue tal que el chico quedó noqueado en el suelo, sin importar lo sucedido el hombre tomó a otro sujeto tembloroso por le cuello y pregunto.

—Ahora podrías decirme ¿Qué carajos sucedió aquí?— 

El tipo vestía el traje de guardia y lucía muy golpeado, pero eso no fue impedimento para que apretara su agarre en el cuello del tipo —¡Fue… fue un anciano! —logró decir con dificultad —. Y… y un joven.—

El hombre rubio entrecerró los ojos.

—Habla rápido. No tengo paciencia.

El guardia soltó un quejido ahogado antes de continuar.—

—El anciano… llegó con un saco lleno de esmeraldas. Pesaba unos cuarenta kilos, pero la cuota… la cuota es de cincuenta. El Rey Kairon exige cincuenta. Cuando le dijimos que no cumpliría y que solo recibiría una ración mínima de comida, empezó a protestar.—

El rubio alzó una ceja, esperando que hablara más.

—¿Y?

—Los guardias… golpearon al anciano.

 —Pero entonces, el joven que estaba con él… —El guardia tragó saliva otra vez, claramente reviviendo el terror—. Era moreno, cabello negro, llevaba un sombrero extraño y un abrigo largo, con manchas de piel de leopardo en el interior y una mirada fría… tan fría que parecía que te miraba directo al alma.

El hombre rubio relajó ligeramente el agarre, permitiendo que el guardia continuara.

—Ese joven… ¡era una bestia! Antes de que nos diéramos cuenta, golpeó a todos los guardias. Era increíblemente rápido, fuerte… como si no fuera humano. Derribó a cada uno de nosotros sin siquiera despeinarse.

El rubio frunció el ceño.

—¿Y el administrador?

El guardia tragó saliva con fuerza, su rostro pálido al recordar lo sucedido.

—El joven… el joven lo mató. Lo vi con mis propios ojos, el administrador intentó defenderse disparando contra el… pero las balas se detuvieron en el aire y luego regresaron hacia el cuerpo del administrador provocándole la muerte, después de eso tomo en sus brazos al anciano y se marcho. 

El hombre lo soltó dejando que cayera directamente al suelo preguntando con un tono intimidante. —¿Viste hacia donde se fueron?—

—No, no vi a dónde se fueron, fui noqueado antes de lograr observar más.— dijo el guardia afligido por sus heridas. 

—Claro que no sabes nada, como todos en esta maldita isla.— dijo el hombre tranquilamente antes de retirarse del edificio y transformarse en águila para salir volando. 

El hombre que fue arrojado hacia una de las paredes rocío un par de veces y se acercó al guardia y estiró su mano para ayudarle a levantarse preguntando. — ¿Ese tipo es quien creo que es?—

—Así es... —dijo con voz temblorosa, mirando hacia el agujero en el techo por donde el hombre rubio había desaparecido transformado en águila—. Ese no es otro que el perro rabioso del Rey Kairon, uno de sus peores subordinados... Magnus, el "Guardián de los Cielos".—

El joven frunció el ceño, su mirada se endureció al escuchar ese nombre.

—¿Magnus? —repitió, intentando procesar la información—. ¿Qué hace aquí, en persona?—

El guardia se estremeció y negó con la cabeza.

—el administrador debe haber pulsado el botón de pánico y por órdenes del rey han venido por órdenes directas del Rey. Cuando alguien desafía el sistema, A veces basta con Magnus. Su fuerza y brutalidad son suficientes para enviar un mensaje claro.— El joven apretó los puños, su rostro reflejando rabia contenida.

—El anciano y el chico moreno... —murmuró mientras su mente comenzaba a conectar las piezas —Si lo que dice es cierto, debe ser alguien del pueblo antiguo, allí es donde existe la mayor concentración de gente mayor…—

—————

Mientras tanto, Law caminaba con paso tranquilo de regreso a la aldea, cargando sobre su hombro al viejo Willy, quien permanecía inconsciente tras el caos. Law iba silbando con calma la melodía de "Wind of Change", como si el mundo a su alrededor no fuera más que un paisaje pasajero. Su abrigo ondeaba ligeramente con la brisa, mientras la tranquilidad del momento se veía interrumpida solo por los murmullos distantes de la naturaleza. 

Pasaron unos minutos antes de que un grito y una serie de golpes en su espalda rompieran su calma. 

—¡Bájame, maldito loco! —rugió el anciano, despertando de golpe y agitándose violentamente sobre el hombro de Law diciendo —. ¿¡Eres consciente de lo que has hecho!? ¿De la desgracia que me has traído?—

Law se detuvo, alzando una ceja con una mezcla de indiferencia y curiosidad, sin decir palabra, bajó al viejo con cuidado, colocándolo sobre sus pies. 

—Ahí tienes, viejo —dijo Law, ajustándose la chaqueta mientras observaba el rostro del anciano. 

Willy estaba visiblemente consternado. Sus ojos se movían frenéticamente, y su rostro reflejaba una mezcla de miedo, frustración y desesperación. 

—¿Sabes lo que acabas de provocar? —espetó el anciano, maldiciendo entre dientes y mirando en todas direcciones, como si el peligro pudiera surgir de cualquier sombra—. ¡Maldito seas tú y tu sangre fría!—

Law observó en silencio, dejando que el anciano desahogara su furia. Finalmente, Willy se acercó de forma abrupta, agarrándolo por la chaqueta con una fuerza sorprendente para alguien de su edad. 

—Mis nietos… —dijo con voz quebrada—. Tu tripulación está con mis nietos, ¿verdad? Dime que están con ellos. —

Law frunció el ceño, analizando al anciano y respondiendo. —Están a salvo, si eso es lo que te preocupa —dijo, con un tono neutro, intentando calmarlo. 

—¿Ellos son fuertes? —insistió Willy, apretando más fuerte la chaqueta de Law—. ¡Dime que lo son! ¡Tienen que serlo! Aunque sea solo para darles tiempo a mis nietos de escapar cuando esos monstruos lleguen! —

El viejo parecía al borde de la histeria, sus manos temblaban y su respiración era errática. Law, sin perder la calma, colocó sus manos sobre las de Willy, obligándolo a soltar su agarre con suavidad pero firmeza. 

—Calma, viejo. ¿Qué está pasando? ¿Qué sabes que yo no? ¿Que no me haz dicho?—

Willy retrocedió un paso, frotándose el rostro con ambas manos como si intentara aclarar sus pensamientos. Luego miró a Law directamente a los ojos. 

—Tú no entiendes... —comenzó, con un tono sombrío—. El hombre que estaba en ese edificio… no era un simple matón del Rey. Era uno de los suyos, un subordinado directo, seguramente algún bastado de la nobleza, alguien que lo obligara a no detenerse hasta encontrar a los culpables y darles un "castigo ejemplar." Alguien que no se detendrá hasta cumplir con su objetivo. 

Law cruzó los brazos, esperando más información. 

—Ese maldito Magnus… —continuó el anciano, con la voz cargada de odio—. Es el ejecutor personal del Rey Kairon, alguna vez fue un joven agradable y lo más importante uno de nosotros, era un minero desde niño y amigo de mi hija, pero desde que encontró esa maldita fruta.— el viejo apretó los puños y las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas — donde quiera que él aparezca, no deja nada más que destrucción a su paso ¡ahora se transforma en esa águila cazando sin piedad, ahora tú lo has enfurecido y nos matará como lo hizo con mi hija y la resistencia.—

Law quien mantenía su expresión seria, la cambio por una de interés y molestia.

—¿Magnus? —repitió, como si quisiera asegurarse de haber escuchado bien

El anciano asintió rápidamente. 

—Ese mismo ah de estar justo ahora en la sala administrativa o incluso volando hacia la aldea, después de todo nos tiene ubicados por aldeas donde mandan a los ancianos y donde tienen a los jóvenes.—

Law soltó un suspiro, como si todo aquello fuera un inconveniente menor. 

—No es la primera vez que alguien quiere atraparme, no te preocupes podremos con el y lo demás que venga.— dijo law tranquilo. 

—¡No lo entiendes, maldito arrogante! —gritó Willy, acercándose de nuevo y señalándolo con un dedo tembloroso—. Este hombre no es como los otros. Él no solo busca castigar; busca exterminar todo rastro de rebelión. ¡Irá tras ti, tras tu tripulación y… tras mis nietos, a el no le importa acabar con niños.—

El nombre de Magnus no impresionaba a Law, pero la mención de los nietos del anciano lo hizo pensar y fruncir el seño, no podía permitirse que alguien inocente pagara el precio de su enfrentamiento y mucho menos perdiera la vida. 

—Está bien, viejo. Ya entendí " lo peligroso que es ese bastardo. —Law dio un paso hacia adelante, colocando una mano firme pero reconfortante en el hombro de Willy

—. Iré por Magnus antes de que él venga por nosotros y si el ya nos encontró, créeme mi tripulación le dará una sorpresa que nunca va a olvidar.—

El anciano lo miró con una mezcla de incredulidad y esperanza. 

—¿Qué… qué planeas hacer? 

Law esbozó una sonrisa leve, pero en su mirada había determinación. 

—Lo que hago siempre. Poner las piezas en su lugar. Ahora sube a mi espalda, debemos llegar a la aldea antes que ese idiota.—

—está bien que tengas esperanza contra el, pero también tiene aliados, 2 hombres más que posen poderes de animales como el, uno que se transforma en tigre y otro que tiene el poder de un lobo.—

—Ya veo, no te preocupes viejo lideraremos con esto.— Sin esperar respuesta, Law retomó su camino, con el viejo subiendo a su espalda El aire, cargado de tensión, era cortado por el silbido tranquilo de Law mientras continuaba tarareando *"Wind of Change"*. 

——————

En la casa del viejo Willy, el ambiente era de pura alegría. Los nietos del anciano reían a carcajadas mientras corrían de un lado a otro, persiguiendo una pelota de caucho desgastada. Bepo, con su enorme tamaño y aspecto imponente, jugaba con cuidado, asegurándose de no golpear a ninguno de los niños con sus zarpas. Sus movimientos, aunque torpes, sacaban risas de todos, incluida la tripulación de Law, que parecía haberse relajado por primera vez en días.

Shachi y Penguin estaban sentados en un rincón, animando a los niños y lanzando la pelota ocasionalmente para que la persiguieran, mientras que jonny masterson y Scarletta se encargaban de preparar algo de comida con los escasos suministros que había en la casa. Era un momento de calma, una pausa necesaria en medio del caos que solía rodearlos.

—¡Atrápala, Bepo! —gritó uno de los niños, lanzando la pelota con todas sus fuerzas.

—¡Estoy en ello! —respondió el mink polar, saltando con entusiasmo para atraparla en el aire. Pero al caer, tropezó torpemente con una silla, haciendo que todos estallaran en carcajadas.

—¡Eres muy malo en esto, Bepo! —se burló Penguin entre risas.

—¡Solo estoy calentando! —respondió Bepo, fingiendo indignación.

De pronto, el ambiente relajado se rompió de forma abrupta. Un fuerte estruendo hizo que todos se quedaran en silencio. La puerta principal de la casa fue destrozada en un instante, lanzando astillas y fragmentos de madera por toda la estancia. El ruido resonó como un trueno, dejando a todos paralizados.

Bepo, instintivamente, se puso de pie y se colocó frente a los niños, extendiendo sus brazos para protegerlos. Shachi y Penguin se levantaron de inmediato, sus rostros serios, mientras que Scarlett y Jonny dejaron lo que estaban haciendo y se posicionaron detrás de Bepo.

Una figura alta y robusta se perfiló en el umbral destruido de la puerta. La luz que entraba desde afuera solo acentuaba su imponente silueta. Era un hombre de cabello rubio, musculoso, con ojos azules penetrantes y una expresión de pura autoridad en el rostro. Su voz resonó como un trueno en el pequeño espacio.

—¿Dónde está? —preguntó Magnus, el, con un tono que no admitía réplica.

Bepo dio un paso adelante, su pelaje erizado y sus ojos mostrando determinación. —¿Dónde está quién? —respondió con valentía, aunque su voz contenía un leve gruñido de advertencia.

Magnus avanzó un par de pasos, sus botas aplastando los restos de la puerta bajo su peso.

—No juegues conmigo osito, Estoy buscando al chico que estaba con el anciano. ¿Está aquí o no?—

Los niños, asustados, se escondieron detrás de la tripulación, mientras Penguin apretaba los puños, listo para lo que fuera necesario.

—No sabemos de quién hablas —dijo Shachi, intentando ganar tiempo—. Aquí no hay ningún chico, ni tampoco ningún anciano.—

Magnus los miró uno por uno, evaluando sus palabras. Luego, con un movimiento rápido, dio un puñetazo a sachi que lo lanzó al suelo, entonces Magnus observando y señalando a los nietos del viejo Willy dijo. 

— esos son los nietos del viejo bastardo, no quieran verm…—

Antes de que pudiera terminar de hablar bepo le dio un puñetazo con todas sus fuerzas lanzándole fuera de la casa y con un tono arrogante dijo. — Ya te habíamos escuchado la primera vez.—