14.

Luego de despedirme de Rob y de entrar en el departamento, me quité mi ropa, reemplazándola por un pijama, y me tumbé sobre la cama, exhausta. Tomé mi móvil y cuando lo encendí ví que tenía demasiadas notificaciones. Yo fruncí el ceño y lo desbloquee, para luego entrar a mis redes sociales. Todo el mundo me había comentado cosas acerca de mi relación con Rob. Yo reí al recordar su comentario, y luego de terminar de ver todas las notificaciones, dejé mi móvil en la mesa de noche y me quedé dormida.

***

Apenas lograba sentarme en la silla de mi oficina cuando alguien llamó a la puerta. Yo me froté las sienes, algo estresada.

- ¡adelante!- exclamé. Mary apareció y me entregó un libro.

- Este es el libro que me pidió ayer, con las ventas de este mes.- me explicó. Yo asentí con la cabeza y lo tomé.

- Gracias.- dije, abriéndolo.

- Y estas flores son para usted.- dijo, depositando unas rosas rojas en un florero sobre mi escritorio. Yo fruncí el ceño.

- ¿para mi? ¿de parte de quién?- pregunté confundida.

- De un chico. No me dijo su nombre, pero era bastante bonito.- dijo ella, sonriendo. Yo observé las flores durante unos segundos, para luego mirar a Mary.

- Está bien, gracias.- agradecí, y ella abandonó la oficina. Yo me quedé observando las flores, pensando en quien podría habérmelas enviado. Pasado un rato, mi única conclusión era Chester. Yo devolví mi atención al libro, y empecé a ojear las páginas hasta que la hora de irme llegó. Guardé el libro en uno de los cajones de mi escritorio y tomé mis cosas junto con las flores, para salir de mi oficina y acercarme a Mary.

- Ya me voy.- le informé.

- ¿ya sabes quién era el chico de las flores?- preguntó, señalando estas con la cabeza.

- Supongo que fue Chester.- dije yo simplemente.

- Si ese era Chester, tienes un mejor amigo muy bonito.- bromeó ella, a lo que yo reí.

- Adiós, Mary.- saludé.

- ¡Adiós, Hannah!- respondió ella, saludándome con una mano. Yo entré en el elevador y salí del edificio. Luego de encontrar un taxi disponible, volví a mi departamento. En este, me puse ropa más cómoda y tomé mis libros de estudio, y me pasé el resto de la tarde terminando los apuntes que había empezado hace unos días. Cuando ya era de noche, y yo sentía mi cabeza doler, guardé mis apuntes. Me dirigí a preparar la cena y una vez que estuvo lista, me senté en silencio a comer. Observé las flores en la otra punta de la mesa, y noté que traían una pequeña nota que no había visto antes. Yo fruncí el ceño y me levanté para acercarme a estas. Tomé la pequeña nota y leí un "gracias" en esta. Yo apoyé la nota sobre la mesa, aún más confundida.