En el cuartel general del Clan Meka 250 de los Segundos Cuerpos Medios donde se alojaba el Clan de Batalla Lingtiano, todos los días salían gritos agonizantes del área de alojamiento...
—Ustedes, pequeños idiotas, en realidad se atreven a obligarme a tomar este tratamiento. Esperen y verán... ¡AH!
Dentro de la sala de tratamiento temporal, un hombre barbudo, musculoso pero debilitado estaba atado a una cama de metal. No importaba cuánto luchase, no podía salir de las cerraduras de metal en sus extremidades.
Luo Lang levantó la vista y parpadeó un par de veces. Parecía muy inocente, pero sus palabras eran muy insultantes: —¿Por qué gritan? Basura como ustedes debería considerarse afortunada de que el hermano Yu use los agentes medicinales que ha inventado.
—¿Quién pidió tratamiento, imbécil? —gritó el hombre debilitado.
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