Decir la verdad puede ser bueno a veces, sueles ahorrarte problemas, sobre todo si quieres mantener una mentira efímera; El problema es... que justo ahora necesitaba la mentira más dulce, que la verdad amarga...
Pasaron 2 semanas desde que la tía May se enteró de que yo era Spiderman, nuestra relación se volvió algo distante, pero no era porque ella me tuviera miedo, hablamos al respecto y pusimos las cosas en orden.
La tía May no estaba preparada para todo este inesperado giro, su tranquilidad se había convertido en inquietud al saber que su único sobrino ponía en peligro su vida de manera ilegal y no le tranquilizaba en lo absoluto el hecho de que ahora sería adiestrado en una academia para Inhumanos.
Las dos semanas se fueron en un destello, mis profesores no comprendían el cambio repentino, por supuesto conté una "verdad" distinta para que se pudiera completar mi baja.
"He tenido inconvenientes con mi don recientemente, en mis papeles estoy registrado como "sin peculiaridad" debido a que no se consideraba un don realmente notorio, así que mis familiares no consideraron que debía ser puesto como un don, pero ahora tuve ciertos problemas con él, en una repentina evolución del mismo muchas personas se vieron implicadas, por ello las autoridades indicaron que debía tomar medidas adecuadas para su contención y control, y por razones legales debo de acudir obligatoriamente a la academia de Superpersonas "A.S.A." y cumplir con las medidas que me impongan, con estas razones, solicito mi baja definitiva de la institución"
Eso fue lo que declaré...
Todo marchó como debía, me di de baja en mi actual escuela, dejé mi trabajo a medio tiempo en el periódico, y por supuesto el contacto que tenía con Harry y los demas.
Antes de retirarme me detuve un momento para, contemplar la escuela, y sin darme cuenta ya estaba pensando en todo lo que pude haber vivido si no me hubiera mordido esa araña.
Hubiera terminado mi carrera y graduado con honores, hubiera buscado trabajo en OSCORP o STARK INDUSTRIES, aunque sonara un poco ambicioso, tal vez incluso encontrado a alguien con quien estar, no lo sé, vivir mi vida como alguien normal, y, sobre todo, el tío Ben aun estaría vivo. Pero aun con todo eso, en todas y cada una de ellas, me veo lamentando el hecho de que nunca alcancé mi sueño, que renuncié sin siquiera pelear un poco, y eso me hace darme cuenta de que por más que imagine eso, lo que en realidad quiero es...ser un verdadero héroe...
Antes de que me retirara me topé con Miles, el parecía estar algo molesto, creía que él no me perdonaría por haberle ocultado cosas y dejarlo de lado, desde que entré aquí él se ha preocupado por mí, me ha cargado en sus hombros sin molestarse.
Él se acercó, gritaba molesto, - ¡Porque...cuando pensabas decírmelo! - yo estaba resignado a recibir un fuerte golpe, cerré los ojos y entre dientes me disculpaba, pero las palabras no salían completas, cuando me di cuenta, Miles estaba rodeándome con sus brazos. - Podías decírmelo viejo. -susurró. -Somos hermanos ¿recuerdas? -
Mis actos egoístas habían ignorado esto, con su acto todo me quedó claro, mi razón para luchar, mi razón para ganar, mi razón para ser un héroe.
Miles estaba preocupado, no solo porque abandonaba la escuela, sino tambien por el hecho de que yo estuviera sufriendo a causa de mis poderes. Me quedé congelado, aunque no por mucho, me disculpé, le expliqué algo rápidamente, lo dejé más tranquilo...
Despues de eso él y yo decidimos ir a comer algo, las hamburguesas que debíamos compartir. Era mi última reunión con él, un amigo que jamás creí tener y que estaba ahí para mi desde siempre, y yo sin darme cuenta no lo sabía hasta que...bueno...estaba por dejarlo ir.
Aunque él no estaba de acuerdo, Miles inconforme decidió apoyarme, aun con las distancias seguiríamos estando en contacto, y como era de esperarse hizo que le prometiera otra cosa. - Cuando te gradúes, tú y yo formaremos un equipo, yo seré el creador de esos geniales artefactos y tu mi maniquí personal que los exhibe aquí y allá. - Ambos soltamos una carcajada, pero aun así yo asentí, no quería perderle, no importaba como yo no quería perder a alguien más. - Y ademas, si tienes vacaciones, para la próxima yo invito. - Dijo mientras se comía su última papa frita.
Sonreí y le ofrecí de las mías, Miles se exaltó y no dudo en tomar algunas.
Luego de eso él y yo tomamos diferentes caminos, pero con la promesa de que un día trabajaríamos juntos, y que Spiderman sería aclamado como un genial héroe.
Nos despedimos, pero nuestra historia apenas comenzaba...
Despues de que terminé con todo, comencé a reunirme con el señor Stark, el me preparaba para las pruebas que vendrían en el examen, ademas de ciertas cosas extra.
- Bueno niño, ¿estás seguro de que estarás listo para diciembre?, queda menos de un mes. -
- ¡Por supuesto!, ademas debe ser este año, le prometí a la tía May regresar lo más pronto posible, así que no ¡tengo tiempo que perder! -
- ¡Esa es la actitud! Entonces...no te la voy a poner facil.
El señor Stark sonrió maliciosamente, una plataforma en la sala donde nos encontrábamos se abrió, pequeños androides salieron del suelo y comenzaron a correr hacía mí. -Se que tenemos un mes, así que, durante este mes, te estaré bombardeando sin parar. - Su voz se escuchó desde un altavoz. - el ritmo será infernal, tal vez mueras...-
No hay de otra, si perdía aquí eso significaba que no sería capaz de avanzar, así que solo me quedaba hacer una cosa...
¡AVANZAR!
- ¡No voy a retroceder! - Grité mientras avanzaba hacía los androides, uno por uno fui intentando destruirlos. - si me detengo aquí entonces eso significa que no podré, y que clase de héroe sería si no me vuelvo a levantar! -
- ¡Ese es el espíritu!, entonces vuelve otra vez! -
- ¡SÍ! -
Fue un mes infernal, horas de estudio extensas, sobre las leyes y las consecuencias sobre romperlas...día tras día desde la mañana hasta la tarde durante ese mes, iba acostumbrándome al ritmo que los aspirantes de la academia.
La academia tenía un sistema de clases propedéuticas, debías de tomar el curso por al menos 10 meses previos antes del examen, ya que la prueba escrita y física sobrepasaban por completo las capacidades humanas e inhumanas, lo hacían principalmente para escoger únicamente a los mejores.
El programa se creó para crear héroes confiables y capaces, ademas que no podían tener toneladas de supers con poderes autorizados por las calles, la academia ha estado activa durante años, el rededor de 10 generaciones o más se han graduado exitosamente, y mentiría si no fuera verdad que muchos no llegaron a completarlo, por razones personales o "externas".
Si, no era extraño que héroes mueran en servicio, pero es por eso lo riguroso del programa, para evitar que se sufran bajas innecesarias tanto de los héroes como de los civiles.
Ahí es donde estaba mi problema, yo no tomé ningún curso de preparación, y ese mes que me quedaba era lo único que definiría si podía entrar o esperar otro año.
Y como era de esperarse ese mes, se fue volando, antes de que me diera cuenta llegó el día...
18 de diciembre de 20XX
Finalmente llegó el día del examen, antes de salir de casa, la tía May me entregó un chándal color rojo y azul, - Creo que esto combina contigo, suerte...- ella me animó, puso una mano sobre mi cabeza y luego me abrazó susurrándome al oído. - Has crecido rapido, tu tío no te reconocería ahora. -
Aun despues de todo, la tía May seguía apoyándome, me despedí de ella con un beso en la mejilla, antes de cerrar la puerta pude decirle - Descuida, se perfectamente que el me reconocería de inmediato.
Me apresuré lo más rapido que pude para llegar a la torre Stark, ahí un transporte nos recogería para llevarnos hacía A.S.A.
No podía decir que estaba completamente preparado, debía admitir que...tenía miedo, mi cuerpo ardía un poco, la tensión por el entrenamiento aún persiste en cada musculo de mi cuerpo, aun en todos los combates que libré antes, nunca había llegado a tal punto.
Una vez ahí, el grupo de personas era bastante reducido, podía contar al menos unos 15 que esperaban por el transporte.
Un Quinjet, uno de los aviones que los vengadores suelen utilizar para sus misiones, fue vergonzoso que todos los del grupo notaran mi emoción al subir en él.
Cuando finalmente llegamos, yo no cabía en mi sorpresa, era la primera vez que veía la A.S.A. en persona, era enorme, no me imaginaba estar por ahí, me imaginaba que me perdería el primer día, probablemente hoy sería ese día.
Cuando descendimos nos indicaron que fuéramos hacía el edificio B, ahí nos darían las siguientes indicaciones para el examen...
Este era el día, hoy decidiría como continuaría mi futuro, caminaba hacía la entrada del edificio pensando y respirando erráticamente, creo que esta es la famosa ansiedad que sientes cuando vas a un examen para estudiar, creo que...así era como me sentía. "Este es...mi primer paso para ser un héroe", eso era lo que pensaba mientras tropecé justo a mitad de camino.
Y creo que aun si no estaba por morirme, vi mi vida para frente a mis ojos, pero no fue un largo momento de caída lo que pasó, sin darme cuenta estaba flotando en el aire.
- ¿Eh? Ehhhhh? ¿Ahora van a decirme que puedo volar? -
Eso fue lo que pensé en ese instante, pero en realidad una voz dulce sonaba detrás de mí.
- ¿Estás bien? -
¿Eh?
- Perdon por usar mi poder sin preguntar, pero sería malo que te cayeras antes del examen. -
Una chica castaña estaba detrás de mí, tenía una apariencia bastante linda, ella me puso de pie haciendo un ademan con sus manos y luego me soltó.
Antes de que pudiera decir algo, un destello blanco apareció, diciendo a la chica...
- ¡Hermana! Te dije que no te separaras de mí, ¡Vamos! el examen está por comenzar. -
- Sí, lo siento, tengo que irme, suerte en tu examen. -
Así como llego ambos se esfumaron rápidamente, el chico tenía un pelo plateado y era rapido como un rayo, creo que sentí un poco de pena por mi poder. Aunque eso no importaba ahora, yo también debía apresurarme.
- ¿Viste a ese tipo de la sudadera roja? -
- Jajaj, creo que este examen será sencillo. -
Nos dirigieron hacía la sala número 12, nos dieron una ficha con un folio que nos ubicaba en un salón en concreto. Todos a mi alrededor se veían tan calmados, todos ellos tenían meses de preparación, yo apenas y contaba con unas pocas semanas...o al menos eso era lo que creía.
Cuando todos los aspirantes entraron, las puertas se cerraron, las luces se apagaron y una especie de reflectores apuntaron hacia el atril que estaba en el centro. Y de un momento a otro una voz se escuchó en toda la sala.
- ¿Y BIEN? TODOS USTEDES...-
Detrás del atril se abrían unas compuertas y apareció un personaje mítico que todos conocían, pero que en realidad nos preocupaba un poco que fuera nuestro aplicador.
- ¡¿ESTÁN LISTOS?! -
Su grito se extendió en toda la sala y una vez que todos los aspirantes lo vimos, todos gritaron unísono.
*¡¿DEADPOOL!?*