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Mushoku Tensei: El placer de vivir

Un bastardo con mala suerte esta en los brazos de la muerte se sorprende al sentir que su vida se escapa y muere sin poder hacer algo para evitarlo. Este vuele a nacer con la posibilidad no sólo de vivir una vida totalmente nueva no, todo un mundo lo espera. Personas y misterios que son de lo en este mundo una cosa normal. La magia y la fuerza también es un factor importante. Esta es la historia de ludeus Greyrat. Nota: no se me ocurrió otra cosa para el título

Splotbreak · Tranh châm biếm
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Capitulo 9: Nueva maestra

Las cosas han avanzado bastante bien, al principio Lilia estaba un poco renuente a dirigirme la mirada. Claro que basto con ayudarle con más diligencia en sus labores para que tuviera más tiempo libre y pudieran volver a ser los mismos. Al final volvió a ser la misma de antes, solo que ahora no se bañan juntos de manera tan constante, ganó algo y perdió algo.

Claramente, Lilia puso su distancia no queriendo arruinar el lazo que hizo con el joven amo. No todos o cualquiera dedicaría tiempo a la servidumbre para ayudarla en sus labores o simplemente pasar tiempo con ella. Estaba este sentimiento de culpa y emoción que se mezclaban y provocaban que su estómago se revolviera. Veía a ese niño como suyo y no podía evitar culpar a sus padres por su falta de decoro frente a él.

Ahora ella también estaba empezando a sentirse frustrada. Ver a Paul actuar de manera tan cariñoso con su esposa y tener que oírlos en las noches durante sus secciones de sexo no tan discretas provocaban frustración y celos en ella. También quería sentirse amada y estar en la cama con alguien que le correspondiera como debe de ser.

Se sentía patética que Rudeus haya aliviado parte de esa picazón. Realmente era hijo de su padre, pero era enfermizo que hiciera algo con él.

Mirando como la pareja era cariñosa entre sí, no pudo evitar apretar el palo de la escoba ante la muestra de afecto. Ella también quería ser feliz.

Rudeus miro a su padre que parecía más alegre de lo normal, así que significa que al final pudo aliviar sus necesidades. No lo culpaba porque realmente lo había estado jodiendo. Su madre seguía siendo ella misma, alegre, juguetona y risueña como solo ella puede ser. Con un poco de erotismo en ella que no sabía si lo hacía de manera consciente.

Su manejo con la espada y la magia había avanzado realmente. Justamente hoy su madre iba a comprobar que tan avanzado estaba en el uso de la magia curativa. No tenía un animal herido y tampoco quería herirse así mismo para comprobarlo. Así que tuvo una gran idea de cómo solucionarlo.

Se paró enfrente del jardín de su madre, listo para probar todo lo que le enseño. Enterró sus manos en la tierra y empezó a mover el mano dentro de su cuerpo, dándole esa sanación cálida y eufórica que le era tan familiar como respirar.

Las plantas brillaron con un ligero resplandor mientras muchas de ellas empezaban a sanar por lo marchitas que estaban y otras empezaron a brotar de la tierra ante el impulso que la magia les daba. Miro satisfecho como el jardín de su madre estaba más lleno de vida que antes.

Su admiración y orgullo hacia sí mismo fue cortado por su madre, que corrió para levantarlo y darle un abrazo.

"Mira lo que logro mi pequeño genio. No eres realmente genial". Su madre lo alababa y engrandecía todo lo que le enseño cómo su maestra. "Rayos, ahora que lo pienso ya no podremos pasar tanto tiempo juntos. Si no quisiera que sacarás, todo tu potencial te guardaría para mí sola". Su personalidad dio un giro de orgullosa a una asustada para después estar celosa ante la idea que ya no será la única maestra de su hijo, esa mujer era difícil de leer, pero supongo que así son todas las madres.

"No te preocupes para mí, siempre serás la mejor maestra". Sus palabras hicieron que su madre gritara de alegría y lo abrazara más fuerte.

"Sin duda sabes qué decir a este paso tendré que cuidar a las niñas de ti". Zenith sonrió a su hijo feliz de los momentos que le hacía pasar. Era tan maravilloso ser la madre de su pequeño genio, pero a la vez tenía miedo. Él crecía más rápido que otro, no físicamente, pero si mentalmente, a pesar de que había cosas que él no comprendía, seguía siendo alguien muy joven para qué se apartará de ella.

Mientras tanto, con Rudeus él solo se dedicó a disfrutar del abrazo y la presión que le brindaba estar entre su pecho. Estos melones eran su lugar seguro.

Se despidió de ella preparándose para visitar a William. En este mundo la gente solo celebraba la edad de uno casa cinco años en vez de uno como era en su anterior vida. Teniendo en cuenta la clase de mundo que es y lo atrasado era algo lógico teniendo en cuenta la esperanza de vida a pesar de la magia. 

Su madre lo vio alejarse sin dejar de despedirse de él a pesar de que solo iría con su amigo. Zenith está desbordando de alegría al ver que su hijo tenía un amigo, la hizo darse cuenta de que estaba creciendo y tenía que aprovechar al máximo su tiempo con él.

Rudeus camino con un pastel que había hecho con la ayuda de Lilia, los postres no eran algo fuera de lugar en este mundo, pero tampoco lo eran tan común, aprovecho su experiencia en su anterior vida y la ayuda de Lilia para preparar algo que nunca olvidaría su mejor amigo. Fue recibido como siempre por varios borrones rojos que se lanzaron sobre de él, por suerte no tiro el pastel. 

Una vez dentro pudo ver a William junto a sus padres. Tenía que respetar al padre de William, ser capaz de mantener a una familia tan numerosa y que nunca le faltará nada, era digno de administración, eso y que el tipo se casó con dos bellezas, no una si no dos bellezas y eran gemelas. 

La fiesta empezó y el padre de William tocó un laúd para acompañar el momento, puso su parte y contó una historia para crear un mejor ambiente. Comieron hasta saciarse y probaron el pastel que él hizo, decir que les gustó era quedarse corto. No era algo totalmente inexistente en este mundo, pero un pastel era un lujo que no todos podían darse. 

Su padre le regaló un hacha a su medida que tenía que admitir que lo hizo querer tener una. Sus madres le dieron un conjunto nuevo de ropa hecha por ellas mismas y él le dio algo hizo con sus propias manos, un balón. Puede sonar poco original, pero en un mundo donde un juguete era algo que pocos se daban ese lujo y eran todos simplemente de madera y bastante toscos, un balón era algo bastante novedoso. 

La flora de este mundo era algo sorprendente. Utilizó plantas para realizarlo completamente, excepto cuando tenía que coserlo ahí, su madre lo ayudo. Al principio fue un dolor de cabeza, pero valió la pena. Su amigo lo abrazo mientras la fiesta continuaba. 

El padre de William lo sorprendió cuando empezó a beber y comenzó a realizar malabares con varias hachas. Bailo con sus esposas y las niñas lo sacaron a bailar. Fue un buen cumpleaños. 

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La espada de madera resbaló de su mano mientras retrocedía para alejarse de la zona de ataque de su padre

"Qué paso Rudy a este paso nunca podrás superarme". Ver esa sonrisa fanfarrona en el rostro de su padre lo hizo sentir asco hacia sí mismo. No ha podido golpear a ese bastardo durante todo este tiempo, lo enfermaba su debilidad ante alguien como Paul.

Respiro y tranquilizo su temperamento, no iba a dejar que su familia viera parte de su verdadero yo. Levantó la espada de madera y tomo su postura preparándose para el siguiente enfrentamiento.

"Eres bueno con la espada, pero no tan bueno como yo". Ver esa sonrisa en rostro de su padre. Sabía que necesitaba algo más que habilidad con la espada. Necesitaba usar lo que hacía a Paul, pues Paul, era un tipo mujeriego, confiado y arrogante. No podía culparlo, ya que estaba en el mejor punto de su vida y él usaría eso en su contra.

A esta hora llegaba un pequeño grupo de sus fans a verlo entrenar y él siempre estaba dispuesto a mostrar su dominio de la espada.

Aprovechando ese momento, atacando bruscamente, asegurándose de guardar energía para un ataque decisivo. Su padre ahora era donde menos le prestaba atención y solo jugaba con él para lucirse. Aunque le molestaba, aprovecharía eso en su favor.

Mientras Rudeus atacaba, Paul solo bloqueaba y desviaba sus cortes mientras les dedicaba una sonrisa y un guiño las jóvenes que venían a verlo. No estaba de más ser cortés y era de mala educación ignorar a una persona, en especial si era una mujer.

Rudy soltó su espada justo cuando su padre desviaría un ataque lateral. Paul lo miro confundido viendo como su espada caída. "¿Acaso se me pasó la mano y se cansó?". Se preguntó si esta vez se habían excedido con el tiempo entrenando y era demasiado para él.

Rudeus sentía su sangre empezar a correr más rápido en sus venas y la emoción lo dominaba. Se lanzó sobre y pateo su espada con su talón antes de tocar el suelo, atrapando esta misma con su otra mano. Logro dar un corte sobre su hombro izquierdo sin causar una herida real al ser la espada de madera. Estaba realmente feliz de poder golpearlo después de todo este tiempo, pero su alegría duro poco ante un escalofrío que conocía muy bien.

Lo sintió en él y por raro que parezca lo sintió en su padre, él se pondría serio esta vez y debía retirarse ahora.

Rápidamente, la tierra se levantó sobre sus pies, formando un pilar que aprovecho y lo uso para saltar y apartarse en cuanto apareció. Cuando sus pies tocaron el suelo su mirada ya no parecía la de un niño, parecía una bestia preparada para lanzarse en cualquier momento mirando como el pilar de tierra ya estaba completamente hecho pedazos. Fue lo suficientemente rápido para escapar de ese ataque de su padre, no lo mataría, pero sin duda hubiera quedado lisiado.

Paul no sabía que decir, su hijo había podido golpearlo y escapar a tiempo del golpe que lo hubiera dejado muy mal. Su hijo logró que se pusiera serio sin darse cuenta, se había confiado y casi lo lastima. Lo más importante ahora era esa mirada que tenía en su rostro, no parecía un niño ahora, se veía listo para atacar como si fuera un adulto experimentado. Podía ser que su hijo tuviera algo más que talento con la espada, él nació para empuñar una.

En la noche Paul miro el techo de su habitación mientras meditaba sobre su cama. Su hijo había logrado golpearlo, aun si estaba distraído, su hijo de cuatro años logro darle un golpe y usar magia para evadir su ataque en cuanto él reaccionó.

Tenía sentimientos encontrados al respecto, una parte de él estaba orgulloso de su hijo, que probablemente sería uno de esos genios que solo se cuentan en leyendas y mitos, pero por el otro lado sintió celos, era ridículo que se sintiera así ante su propio hijo.

Era totalmente irrazonable, pero él era alguien que siempre creció rodeado de gente que elogiaba su talento, llamándolo genio desde una edad temprana. Desecho esos pensamientos y trato de dormir, últimamente ha pensado de más las cosas desde que su esposa no lo ha complacido como cuando recién se casaron. La vida de casados y ser padre de familia todavía le era bastante extraño, cálido, pero extraño para alguien que era prácticamente un hedonista.

Mientras Paul meditaba sus pensamientos, Rudeus en su habitación estaba eufórico. La sensación de lograr golpear a su padre y evadir ese ataque lo tenía aún emocionado. Sintió algo nuevo, volver a despertarse en él.

El deseo de ser más fuerte, no por cuidar de los suyos o protegerse así mismo. Quería ser fuerte para estar sobre otros, tener el verdadero derecho a decir que era fuerte, que su presencia hablé por sí mismo mientras era respetado y temido. ¿Por qué no serlo en esta vida?

Mientras seguía pensando en el futuro, Lilia seguía pensando en lo que hizo con Rudeus y la forma tan melosa de ser de sus padres. A pesar de ser alguien con una expresión bastante fría y profesional como empleada doméstica, ella también tenía un corazón, uno bastante solo y lastimado que quería probar, aunque solo un poco de afecto.

Mientras todos ellos pensaban y estaban en sus asuntos, Zenith era la única que dormía y soñaba con su familia. Ella era feliz con lo que tenía y no necesitaba nada más.

Todos eventualmente tuvieron que dormir, dejando que sus ojos dieran paso al sueño en espera del mañana.

En la mañana Rudeus volvió a la rutina despertando antes que el sol saliera viendo como iluminaba los campos y el telón de la noche era levantado. Estaba feliz de estar vivo y tener esta nueva oportunidad de vida. No podía creer que un desgraciado como él pudiera tener esta suerte.

Hizo lo mismo de siempre ayudo a su madre en su jardín, ayudo a Lilia con la comida y sus tareas a pesar de que ella lo regañaba diciéndole que no era su deber y era su trabajo, al final ella ocultaba una sonrisa y lo dejaba ayudar. Tomo el resto del tiempo para el mientras esperaba a su nuevo tutor que llegaría hoy. Estaba emocionado con todo lo que podría aprender y como sería.

Espera a un Gandalf o una vieja bruja. Un poco estereotipado pero siendo un clásico siguiendo la lógica de este mundo.

Cuando finalmente llegó, todos estaban emocionados y ansiosos ante quien acepto el pedido de tutor para Rudeus. Cuando abrieron la puerta para recibir a su tutor no sabían qué decir al respecto.

Había una hermosa niña con el pelo azul en un par de trenzas. Usaba lo que uno esperaría de un mago con un bastón y ese sombrero. Pero era una niña en toda la regla.

"Encantada de conocerlos. Seré el tutor desde hoy, soy Roxy por favor cuiden de mí". Su voz dulce y su apariencia juvenil le daban un encanto especial haciendo que ella sea única.

Ver cómo su nueva maestra se presentaba lo hizo animarse. Se veía joven, pero quien sabe las apariencias engañan, bueno, al menos parecía tener modales.

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Veo que muchos no exprimen el buen personaje que es Lilia muy pocos le dan su reconocimiento y le dan profundidad.

Me di cuenta de que han estado saliendo más historia de este anime en particular, ya era hora, pero varias son meh que se le puede hacer, aun así hay una que otra que se va alzando.

Es más fácil escribir un fic de un anime que un personaje de cómic. Me resulta complicado escribir adecuadamente con mi historia de Jason. Al principio tenía más ganas de escribir sobre el que de Rudeus, pero me salió al revés. No he publicado nada, pero si he escrito, pero al leerlo pienso: vaya mierda que escribí, parece hecho por algún retrasado. Quiero que sea decente y verdaderamente agradable de leer.

También corregiré el prólogo de mi otra historia. Solo hasta ahora lo leí correctamente y siento vergüenza con mis errores ortográficos. Son muy notables y no sé cómo los pase por alto. Tengo mis fallas, pero ahí es más notable. Después de todo es algo que salió del momento y no quería perder la idea.