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Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Thành thị
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Capítulo 113: Camisetas de pareja otra vez

Su respuesta había sido afirmativa. Claramente, Seong-Jin no se lo esperaba, para que ella no notará lo sorprendido que estaba asintió rápidamente y enseguida se levantó de la cama.

—Te esperare fuera, no tardes más de diez minutos, si tardas más tendrás que ir caminando.

Sun Hee suspiró fuertemente, antes de que él saliera del dormitorio se acordó de algo que compró cuando estaban de viaje.

Sin dudarlo, se levantó de la cama y rápidamente fue al clóset.

Seong-Jin pudo escuchar los pasos de su esposa, inmediatamente volvió a cerrar la puerta y esperó durante unos segundos.

Sus ojos miraban el clóset que estaba siendo desordenado, varías prendas estaban tiradas en el suelo, cualquier persona que hubiera visto ese desorden hubiera pensado que acababan de entrar a robar.

Poco después vio como su esposa se giró rápidamente y levantó una camiseta, enseguida se le hizo familiar, tras examinar desde lejos un poco más esa camiseta recordó que era la camiseta que uso para ir a la casa de su madre. No pudo evitar pasar su mano por su frente cuando pensó en aquél día, nunca más quería volver a usar ropa de pareja.

—No voy a volver a ponerme eso, nunca más, date prisa y tira esa cosa—dijo mientras agitaba su mano para indicarle que se deshiciera de esa camiseta.

La expresión de Sun Hee cambio completamente, enseguida miró las dos prendas que sostenía en sus manos.

—Entoces no iré, yo he aceptado ir a cenar contigo, así que a cambio quiero que te pongas ésto, es un trato justo, ¿no creés?

Los ojos de Seong-Jin se entrecerraron y fulminó a su esposa con la mirada. Con desagradó se acercó y le arrebató la camiseta, luego sin decir nada se fue de la habitación.

Las comisuras de los labios de Sun Hee se elevaron levemente, formando una pequeña sonrisa maliciosa.

Recordó que solamente tenía diez minutos para prepararse, de ninguna manera quería perseguir el auto corriendo.

Tenía el tiempo justo, decidió parar de perder el tiempo y comenzar a prepararse debidamente.

Se puso la camiseta que le causaba tanta gracia y unos jeans negros.

Luego, soltó su largo cabello y se puso el reloj que compró.

Finalmente se dio unos pequeños retoques y se miro en el gran espejo que había en la pared.

Mostrando su gran sonrisa salió de la habitación caminando vigorosamente.

En verdad, se sentía un poco emocionada porque era la primera vez que tendría una "cita" con su esposo.

—¿Hermano? ¿Desde cuándo usas ese tipo de ropa? No me esperaba que cambiarás de estilo en un dia—comentó Shaoran cubriendo su boca para evitar que Seong-Jin viera como se reía.

Sun Hee no pudo evitar ver eso, se encaminó hacia ellos y rápidamente se puso al lado de Shaoran para que él pudiera ver que ella también llevaba esa ropa.

—¡Mira, mira! Camisetas de pareja, no fue tan difícil convencer a tu hermano.

Shaoran miró boquiabierto a Sun Hee, luego volvió a mirar a su hermano sorprendido, no podía creerse lo que estaban viendo.

¿Su hermano vistiendo algo como eso? Aparte, eran camisetas de parejas.

Sin duda, Shaoran pagaría el dinero necesario para volver a ver eso.

Seong-Jin siguió observando su camiseta, cada vez se arrepentía más de llevar eso, algunas veces llevaba camisetas pero... no de este tipo.

Enseguida pensó que Min Ho seguía en la villa, en ese mismo instante se acercó a su esposa y la agarró del brazo. No podía permitir que Min Ho lo viera llevando eso puesto, claramente, se reiría de él durante días.

—Salgamos ahora, llegaremos tarde si sigues sin moverte.