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Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Thành thị
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Capítulo 102: Preparada para enfrentar cualquier obstáculo

Tras escuchar esas palabras, ella no podía volver a negarse.

Finalmente el director había conseguido que esa mujer aceptará su petición.

Él pensó que en verdad, jamás la haría cambiar de opinión, cuando a un actor novato se le ofrecía salir en un programa, ellos aceptaban inmediatamente.

Ella sin duda era una excepción.

—Director, ¿puede darme un consejo—preguntó Sun Hee esperando una respuesta afirmativa.

El director sonrió de oreja a oreja, se sentía como un anciano sabio. Nunca antes alguien le había pedido un consejo, se sentía halagado por esa linda joven.

—En verdad, no es complicado, se tu misma, nunca intentes cambiar tu actitud.

Sin duda acabaría mal, ahí muchos actores que son completamente diferentes a lo que suelen aparentar, puedo confirmar que ya conoces a una persona así.

Sun Hee asintió, siguió esperando a que el director le diera más consejos, ella ya tenía una lista imaginaria.

—No reveles nada acerca de tu vida personal, si llegás al programa y respondes cualquier pregunta... Ellos se cansaran de ti, no lo malinterpretes, lo que quiero decir es que las demás personas sentirán más intriga por ti si no saben cosas sobre tu vida personal.

Siempre habrán rumores si no saben nada de ti, esto hará que muchas más personas comiencen a interesarse.

Sun Hee arqueó una ceja, en verdad, ese paso no le agradaba completamente, ¿rumores sobre ella? Sabía perfectamente que la gente podría inventar cualquier locura.

Decidió no preocuparse y siguió escuchando al director.

—Tercer paso pero no menos importante, una pareja, esto es lo único que debes revelar de tu vida personal.

Es extraño, si algún día sales con algún actor, todas sus fans te atacarán.

Pero también puede tener sus puntos buenos, pero ahora no se me ocurre algún ejemplo adecuado, jaja.

Cuando Sun Hee escuchó el último consejo, recordó a su esposo.

¿Hacer que los demás supieran de su relación?

Imposible, Seong-Jin odiaría esa idea completamente, además, una de las reglas del contrato era no revelar su relación hasta que él no estuviera de acuerdo.

Sun Hee ya había terminado su lista imaginaria, claramente, borró las que no eran posibles.

Paso número uno, ser ella misma. Ese paso podía cumplirlo perfectamente, ella no tenía la necesidad de aparentar ser alguien que no era.

Paso número dos, no revelar nada de su vida personal. También estaba de acuerdo con ese paso. Si no era necesario, ¿porqué debería decir algo que no es importante?

Paso número tres, tener una pareja. La única persona que sabían sobre su relación eran las personas que convivían con ella o los familiares.

Ese paso no podía estar dentro de la lista, jamás debía revelar con quién estaba casada y tampoco podía buscar a otra persona.

Quizás con esos dos pasos le bastaría por ahora, estaba decidida a cumplir su nueva misión.

Sun Hee participaría en ese programa, no dejaría que sus estúpidas ideas destruyeran su carrera, era posible que quizás nunca más recibiese una propuesta como esa.

Debía enfrentar cualquier obstáculo, daba igual que un muro estuviera en medio de su camino, ella lo escalaria si era necesario.

—Director, se lo agradezco mucho, utilizaré estos consejos adecuadamente.

Cuente conmigo si alguna vez vuelven a ofrecerle una oferta.

Los ojos de ella estaban llenos de determinación, había logrado cambiar su actitud muy rápidamente.

Incluso era difícil de creer para ella, no se esperaba que finalmente aceptaría participar en un programa.

El director se sentía halagado otra vez, la felicidad de ella se contagiaba muy rápidamente.

—Me alegra oír eso... ¡Ahora vuelve al trabajo y dile a esos bastardos que levanten el trasero de esas sillas!