Prólogo

La brisa delicada iba acariciando toda superficie que podía alcanzar en las tierras de Vale. Este reino tenía como eje cultural su propio festival que reunía a diversos territorios a lo largo del mundo, cuya atracción principal es el torneo que se reunen estudiantes de todas las academias de cazadores más importantes del mundo.

Como espectador te debes de estar preguntando, ¿qué son los cazadores? Bueno, como su propio nombre indica, son personas entrenadas que buscan eliminar a toda la oscuridad del mundo, llamada Grimm, que toma la forma de seres parecidos a animales y que se ven atraídos por emociones negativas como el miedo o la preocupación, y que acechan en cada lugar del mundo. 

Este grupo de valientes hombres y mujeres arriesgan su vida en más de una ocasión para mantener la paz y el orden en todo el mundo, aunque sus vidas corran riesgo constantemente.

Volviendo a la trama de este relato, nos centramos en un chico que caminaba rápido por las tumultuosas calles de Vale, las cuales estaban llenas de puestos callejeros y, por ende, de gente atravesando estos puestos, así que trataba de cruzar estas calles rápido pero sin provocar ningún malentendido con empujones y demás. 

Observándolo más a detalle, detallamos que sus ojos eran rojos y penetrantes, aunque a su vez vacíos, y un pelo negro revuelto y corto. Su ropa era algo simple, y consistía en unos pantalones holgados de color beige, una camiseta negra simple, una chaqueta roja con capucha y un collar de bolitas rojas y negras, intercaladas entre si, en su cuello.

A su costado izquierdo, yacía una vaina enorme metálica de color gris oscuro, de la cual sobresalía un mango de espada negro. Al izquierdo, una maleta sostenida de su mano.

Prosiguiendo con la historia, este chico avanzaba a paso acelerado durante 10 minutos, hasta que llegó a una estación de Bullheads y tomó uno a la academia Beacon. Llegó enseguida, y empezó a recorrer los pasillos de esta hasta llegar al despacho de la persona que dirigía toda la academia, Ozpin. Tocó la puerta dos veces, esperando una respuesta. Esta llegó sin mucha tardanza, en forma de un "Pase" de una voz masculina. 

Entró y vio al director mirando a la nada. Era un hombre de pelo blanco alborotado, ropa formal como una bufanda verde, un traje negro y unos pantalones verde oscuros. Portaba objetos en cada mano; en la derecha una taza de café, de la que brotaba humo, con el logo de Beacon impreso en ella; y en la izquierda, un bastón negro.

Ozpin: tú debes de ser el nuevo estudiante que se incorporaba por estas fechas ¿no?- cuestionó mientras tomaba café y mantenía la mirada en el horizonte.

?: buenas tardes director, soy el nuevo estudiante, me llamo Mich...

Ozpin: Michael Branwen, sí, lo sé.- dijo dandose la vuelta lentamente y dejando ver sus gafas, por las que se veían sus ojos verdes.

El chico no tardó en mostrar su impresión, no había colocado su apellido en la solicitud de inscripción a Beacon cuando la envío, solamente una foto.

Ozpin: deberás preguntarte por tu expresión que cómo sé tu identidad. Bueno, conocí a tu madre de hecho, además de que la ubicación de tu domicilio esta muy cerca de la última ubicación conocida del asentamiento de la tribu Branwen. Dime, ¿cuales son tus motivos para estar aquí?

Sus emociones estaban a flor de piel, llegaba incluso a temblar. Lo habían descubierto apenas entró por la puerta y no sabía ni que decir. Por saber, ni siquiera sabía la reacción de su madre y tribu por esto. ¿Lo echarían? No se sabe. ¿Lo castigarían? Lo más probable. ¿Habría decepción? Eso sí era seguro. No sabía ni como reaccionar.

Esto fue notado por el hombre que tenía delante. Claramente el joven no estaba allí porque quería.

Ozpin: ¿Se puede saber el motivo de tu ingreso? ¿Es por tu deseo de ser cazador...o una orden?

Michael: un...un....una....

Ozpin: no te oigo muchacho, dilo más fuerte- insistió viendo que casi no hablaba para hacerlo confesar.

Michael: ¡UNA ORDEN, SEÑOR!

Tras la explosión de sus emociones negativas, las cuales venían acompañadas de lágrimas, la sala se quedó en un silencio sepulcral, casi perfecto, solo escuchándose el timbre de un cambio de clases y el murmullo de las personas que caminaban por los pasillos.

Ozpin: bien, entonces bienvenido a la academia Beacon- dijo finalmente, mientras mostraba unos papeles- firma aquí dando tu consentimiento a las normas. Tu uniforme será enviado en 1 día.

Otro silencio, este menos tenso que el anterior, pero igual de profundo, ya que el chico no sabía que decir.

Michael: ¿pero...pero no va a echarme? ¿A forzar mi salida del edificio...o incluso a arrestarme por pertenecer a una tribu de bandidos y criminales?- reclamó incrédulo por la falta de alguna suspensión.

Ozpin: ¿tú realmente quieres eso? Veo que tienes tus razones para estar aquí, aunque también es notorio el hecho de que no es por tu propio gusto.- adivinó simplemente el hombre.- así que quiero darte una oportunidad pero con restricciones. 

Acto seguido, se levantó de su silla y empezó a dar vueltas por toda la estancia, ante la incredulidad del joven de 17 años, que ni siquiera sabía por qué todo sucedía tan deprisa, ni por qué el director le daba oportunidades cuando era realmente un infiltrado y, hasta cierto punto, un criminal por pertenecer a una tribu de bandidos.

Ozpin: ahora mismo no me gustaría tener un conflicto con el clan Branwen, así que prefiero hacerle parecer a tu líder de que todo va bien. Supongo que vienes por espiar las instalaciones y proveer de información general, ¿estoy en lo cierto?- cuestionó mientras el chico solamente asentía como un perro reprimido- bien, te dejaré asistir a esta academia, pero con la condición de proveer información limitada y de conocimiento público, además de que estarás vetado de actividades escolares que involucren enfrentamientos de práctica entre estudiantes hasta que se te evalúe como un apto para ello, esto debido a que no conocemos del todo tus motivaciones. 

El joven, incrédulo por esto, no sabía ni que decir. Estaba siendo admitido por Beacon aún teniendo todo en contra para ello. Solamente pudo tomar un bolígrafo lentamente y firmar los papeles de consentimiento de las normas.

Tras revisar todo lo correspondiente, el de pelo blanco empezó a escribir otro documento. Esto hacía dudar al Branwen, pero después pudo ver que realmente era un justificante médico falso.

Ozpin: le mostraré esto a los documentos a los profesores, con motivo de hacer de tapadera, y hasta que todo esto acabe, ocultará su apellido. De ahora en adelante, será llamado Michael Sallow. Además, te asignaré a un equipo ya existente, y llamare a su líder para que te muestre las instalaciones básicas y tu futura habitación. Dame un momento.

El director procedió a tomar el teléfono y a realizar una llamada, apartándose unos metros de la mesa. Mientras, miles de pensamientos nerviosos pasaban por toda la cabeza del estudiante. No sabía ni siquiera si esto era real, se pellizco la piel de su brazo para comprobarlo y, efectivamente, su quejido lo confirmó.

No pasó mucho tiempo para que un joven de pelo rubio, ojos azules y más alto que Michael entrara por la puerta, vestido con el uniforme de la escuela, abriera la puerta de la oficina del director.

???: ya estoy aquí director Ozpin, he hecho algo malo?- cuestionó el chico nada más entrar, con un tono nervioso.

Ozpin: señor Arc, este es Michael Sallow, un nuevo estudiante, que será su nuevo compañero de equipo. Señor Costa, este es Jaune Arc, le guiará hasta su habitación junto a sus demás compañeros. Espero que su comportamiento sea bueno, ya pueden irse.

Para Arc, esto era bastante soprendente, pero aún así no le pareció mal, y tras unos segundos, se acercó a su ahora nuevo compañero y le tendió la mano.

Jaune: espero que nos llevemos bien, compañero, ahora te presento al resto del equipo.- comentó con una sonrisa.

Michael: igualmente, es un placer- dijo con una pequeña sonrisa y aceptando el apretón de manos.

Tras este saludo entre ambos, Michael y Jaune se dirigieron a la habitación del equipo, para que el primero se instalara y que ademas conociera al resto del equipo.

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