Ya no nos debemos el uno al otro

Por supuesto, no tenía miedo de un poco de competencia. Comparada con modelos cuya carrera fue un camino sencillo, ella había experimentado altibajos y había visto la oscuridad del mundo. Entonces, ¿de qué podría tener miedo? Nada era más doloroso que ser traicionada por un amante, ser pisoteada por una amante y ser acorralada por una de las principales agencias de modelos. En cambio, las personas que actualmente la apuñalaban por la espalda deberían ser las que tuvieran miedo.

Pensando en eso, Lila se calmó; la ansiedad en su corazón también empezó a desvanecerse.

—Cariño, tienes que saber que, aunque Oceans Entertainment me pertenece... yo te pertenezco a ti. Entonces, siempre que lo desees, nadie en esta industria puede ser tu rival. Solo que no quieres manejar las cosas de esa manera.