Después de tres años de matrimonio, Wendy Stewart estaba acostumbrada a los comentarios sarcásticos de Michael Lucas, sus amenazas frecuentes sobre el divorcio e incluso su indulgencia con una amante. Pensó que podría soportar todo esto toda su vida, hasta que accidentalmente quedó embarazada de un niño que Michael no quería. Finalmente desesperada, Wendy firmó el acuerdo de divorcio y se fue. Pensó que podrían haberse separado para siempre, pero Michael se negó a dejar de buscarla después del divorcio. Cuando se encontraron de nuevo, ella era la mejor diseñadora del mundo. Sonriendo dulcemente a su exmarido, dijo: —Mi querido, ya estamos divorciados. Michael simplemente la miró fríamente: —Dime, ¿qué hará falta para que nos reconciliemos?
—De hecho, algo ha ocurrido —dijo Timothy seriamente, pero con ojos calmados.
—¿Es grave? —Wendy frunció el ceño al preguntar—. Si el problema no es muy grave, ¿podríamos ocuparnos de ello después de la junta directiva? ¿No dijiste que la mayoría de los directores ya estaban aquí? No sería apropiado hacer que esperasen por nosotros. Si está relacionado con la Empresa HG, yo ayudaré a manejarlo si pudiera ser de alguna ayuda después de la junta.
—De hecho, necesito tu ayuda para manejarlo —dijo Timothy—. Así que, no asistiremos a la junta directiva hoy.
—¿Qué? —dijo Wendy con los ojos bien abiertos—. Estaba confundida, ¿Por qué?
—¡Porque el asunto te concierne a ti! —enfatizó Timothy.
Wendy tragó con dificultad mientras miraba hacia arriba.
La sala de juntas estaba justo allí.
Además, llevaba un collar incrustado con una cámara de espionaje.
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