Después de tres años de matrimonio, Wendy Stewart estaba acostumbrada a los comentarios sarcásticos de Michael Lucas, sus amenazas frecuentes sobre el divorcio e incluso su indulgencia con una amante. Pensó que podría soportar todo esto toda su vida, hasta que accidentalmente quedó embarazada de un niño que Michael no quería. Finalmente desesperada, Wendy firmó el acuerdo de divorcio y se fue. Pensó que podrían haberse separado para siempre, pero Michael se negó a dejar de buscarla después del divorcio. Cuando se encontraron de nuevo, ella era la mejor diseñadora del mundo. Sonriendo dulcemente a su exmarido, dijo: —Mi querido, ya estamos divorciados. Michael simplemente la miró fríamente: —Dime, ¿qué hará falta para que nos reconciliemos?
Wendy estaba muy contenta de que la anciana le gustara Jake. Entonces, Wendy se sintió un poco mal con la Sra. Lucas cuando pensó en cómo estaba llevando a Jake de vuelta a la Ciudad de Rheinsville.
No importaba cómo fuera su relación con Michael o con los Lucas, desde el principio, la Sra. Lucas nunca le había hecho nada malo. Por el contrario, siempre había protegido y defendido a Wendy.
Durante sus tres años de matrimonio, si no fuera por la Sra. Lucas, probablemente Wendy habría sido atormentada hasta la muerte por Michael.
Al recordar el pasado, Wendy solo sentía cuán ciega había sido, tanto los ojos como el corazón.
Afortunadamente, ya no era la tonta e incorregible mujer que solía ser.
Wendy observó a Jake irse a jugar con su bisabuela con sentimientos encontrados en su rostro. Se giró y caminó hacia la cocina. No venía mucho a la casa principal, pero aún estaba bastante familiarizada con ella.
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