La Tortuga

*Tock*...*Tock*

"Pase" dijo una voz algo apagada, parecía que le habían quitado el alma al dueño de la voz.

"Soy yo ,Wily..." Dijo Ron, entrando en los camarotes del capitán, miró a Wiliam que parecía estar escribiendo algo en su bitácora.

La habitación estaba hecha un desastre , libros estaban dispersos por todos lados, botellas vacías se encontraban tiradas por el piso, un gran mapa lleno de jeroglíficos se encontraba abierto en el medio de la mesa del capitán, con un cuchillo oxidado clavado sobre una isla.

El capitán miró a Ron entrando por la puerta , como era lógico el saludo protocolar estaba siendo llevado a cabo y el capitán portaba una pistola de oro, la cual apuntaba a la frente de Ron.

"Sabes, disparar esa pistola conduce al mismo resultado que no dispararla , si yo quisiera matarte ... En los dos caminos, vos no obtendrías lo que quieres en realidad, pero en uno de los dos yo muero..." Se quejó Ron , ya bastante cansado de la paranoia de su amigo.

"Sí ... Lo sé ... es solo costumbre ... Ahora, ¿cuántos participaron del motín? ... Espero que los grumetes avariciosos hayan mentido con el listado de nombres, 5 marineros menos es mucho..." Dijo Wiliam, no obstante, no bajo su pistola de oro.

Ron miró a su amigo, no sabía muy bien cómo decirle que únicamente 5 marineros sobrevivieron, su único trabajo serio era controlar a los marineros. Anoche había fallado, condenando a toda la tripulación a una situación crítica en donde estaban en dudas su capacidad de llegar a puerto.

"Por desgracia, fueron 5 los amotinados ..." Dijo Ron, sabía que la pregunta de fallecidos totales vendría, pero quería seguir huyendo de ella lo máximo posible.

Al escuchar el número, Wiliam se levantó de su silla y salió de los camarotes por primera vez en unas cuantas semanas. Ron algo aturdido, siguió a su amigo.

Wiliam vio la cubierta, estaban trabajando los 5 marineros y Dima, que lo miraron también aturdido como si hubieran visto un fantasma. El capitán ignoró a los marineros, subió al área del timonel vacía , se dirigió hacia la borda , miro el mar , luego la pistola en su mano , luego el mar. Como tomando una decisión lanzó con violencia la pistola de oro al mar y se quedó mirando como se hundía.

"... Porque no dársela a algunos de estos pobres diablos, esa cosa vale más que el barco…" Comentó Ron algo aturdido al ver la escena.

"Soy un cobarde Ron, le tenía miedo a morir en manos de un motín y mandar a la mierda una vida navegando en estos mares ..."

Ron se quedó callado, sabía que el capitán solo le temía ser asesinado por sus propios hombres, pero jamás lo había escuchado de su propia boca, solo lo había deducido con el tiempo.

"Este barco se fue a la mierda, no porque todos se volvieran locos , sino porque no hice nada para evitarlo…" Dijo el capitán de forma pensativa, mirando al horizonte infinito del mar.

Wiliam busco en su camisa, una petaca de oro llenas de joyas podía hallarse en su interior, le dio un trago, la vacío, la tiró al mar, se quedó mirando como se hundía y mientras tanto dijo en tono animado, no pegando con el humor del resto de marineros del barco:

"Navegar el mundo espiritual ... Navegaremos todos juntos de nuevo, Ron... ¿Quieres que te diga cómo lograr navegar por esas aguas?"

"No" Un 'no' rotundo se escuchó desde la espalda del capitán.

Al escuchar la respuesta, Wiliam se quedó mirando al horizonte, sonriendo con avaricia.

"¿Sabes por qué te dije que les dieras un ejemplo a los muchachos en este motín? ,¿no?" Preguntó el capitán sin darse la vuelta, no quería ver la cara de Ron este día.

"Para que no haya un tercer motín en este viaje..." Dijo Ron con algo de duda , no le gustaba el estado anormal del capitán, la última vez que empezaron estas preguntas, terminó descubriendo algo que no quería saber.

"Sí ... y lo lograste, Ron, dudo que haya un tercer motín ... ¿Cuántos muchachos quedan vivos luego del motín?" Pregunto William con cara seria y algo de expectativa por la respuesta.

"Solo 5 marineros, 7 si contamos a los cargos altos, por desgracia la situación es bastante complicada, podríamos no salir vivos de esta" Dijo Ron mirando la espalda de William con mucha preocupación, este podría ser su último viaje juntos.

Wiliam no contesto por unos cuantos minutos, se quedó mirando al horizonte con una gran sonrisa en su rostro, parecía la sonrisa de un viejo saludando a la muerte, mientras decía:

"No te pareció raro que la mayoría de las muertes se provocarán después del motín?"

"Sí... los marineros del motín sabían donde atacarme para que tuviera que entrar en coma ... los marinos que sobrevivieron sabían que no podía volver a despertarme una vez que vaya a dormir , los dos hechos fueron filtrados, probablemente por la misma persona que organizó todo el motín" Contestó Ron con cara de disgusto, si no fuera porque Wiliam no salía de su camarote hace tanto tiempo, se hubiera ido antes de responder, sabía que esto siempre terminaba mal.

Wiliam se apoyó los brazos sobre la borda , como si estuviera cansado y preguntó:

"Y quienes de los que sobrevivieron conocen esa información?"

"Dima ... y ..." Ron se quedó en silencio, pero su corazón ya intuía la respuesta correcta, decidió darse la vuelta y volver a trabajar a la cubierta.

"'La duda también amarga, no, ron?…" Preguntó el capitán, antes de que Ron pudiera escaparse por las escaleras del área del timón.

"Sí, amarga, pero hay cosas que es mejor no saber y vivir feliz en la ignorancia ..." Respondió Ron con tristeza mientras bajaba las escaleras del timonel.

Pero cuando Ron bajó las escaleras lo suficiente como para no ver la espalda de Wiliam, un grito resonó por toda la cubierta.

"Que grande capitán que soy ... Ja, ja, ja!!", río Wiliam como desgraciado, mirando el horizonte como si hubiera algo escondiéndose detrás de él.

"Vamos a salir con vida ,Wiliam!!" Grito Ron con algunas lágrimas en su rostro, mientras terminaba de bajar las escaleras del timón.

"Siempre lo hacemos!" Grito Ron con todo su pulmón, mientras terminaba rompiéndose en llantos.

"Ja, ja, ja ... O moriremos en el intento ... Ja, ja, ja!!" Río Wiliam con los brazos abiertos hacia el horizonte como tratando de atrapar un deseo.