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— Señor ¿Está seguro de esto? — Preguntó la mujer llamada Ucrania. Su bello rostro yacía vendado en la parte de su ojo izquierdo, lugar donde había recibido la golpiza unas horas antes al dar a conocer la situación.

— ¿Me estás contradiciendo, Ucrania?

— No señor, no podría. Pero no puedo ver si punto de vista, y si usted puede explicármelo, sería un honor.

— Jum… Que forma tan encantadora tienes de hablar, querida hija. Creo que fue un error dejarte aquí y no mandarte con tus hermanos Rumanía y Moldavia al exterior.— Habló aquel hombre alto y fornido. Mirando burlonamente a su hija esperaba una reacción de está pero Ucrania siguió mirando al suelo sin inmutarse.— Qué aburrido… Bueno hija mía, la solución que diste es demasiado escandalosa ¿Mandar a matar a los de la lista? Hacemos eso y recibiremos más interés por parte de ellos. Tienes razón al decir que si los atrapan, ellos darían todo el conocimiento que tienen sobre nosotros para poder salvar su pellejo. Pero por el momento, esos policías no harán nada. No tienen las pruebas suficientes para interrogarlos. Además de que esos idiotas saben que no deben de ser excéntricos ya que antes de caer nosotros, ellos serán los primeros en caer. Es por eso, que habrá que negarles por el momento su integración a nuestra familia. Y matar a todo aquel que desee formar parte de nosotros desde ahora o que esté fisgoneando.— Explicó con tranquilidad el líder de aquella mafia. Su nombre era URSS.

— ¿Y el ritual, padre? ¿No debería adelantarse? — Volvió a preguntar la mujer.

URSS golpeó a Ucrania justo cuando ella terminó de hablar. La chica solo tocaba su mejilla derecha mirando al suelo sin ninguna emoción de dolor, su torso yacía doblado hasta cierto punto gracias a la fuerza del golpe recibido.

— El ritual se hará según lo acordado. — Gruñó entre dientes mientras decía aquellas palabras.— Ahora mismo, querida hija, debemos preocuparnos más por la candidatura de aquel muchacho, tener ese puesto nos ayudará a poder expandirnos sin problemas.— Esta sugerencia fue dada con tranquilidad, como si el enojo hubiera desaparecido en tan solo instantes.

— Espero también, que sea entretenido los movimientos de ellos. Si tienen la valentía de meterse conmigo, habrá que ver si son lo suficientemente buenos para entretenerme.— Comentó sonriendo el hombre.

Ucrania asintió ante lo dicho por su padre. Y al recibir el permiso de este se retiró de aquella oficina. Apenas se encontró fuera de esta, camino lo más rápido posible al baño más cercano para así vomitar y escupir la sangre de su boca herida.

— Y allí se va mi desayuno...— Susurro viendo girar al agua del inodoro. A ella y algunos de sus hermanos, les daba asco que aquel hombre los llamara hijos. Era una reacción del cuerpo mismo, al principio su padre los golpeó y castigó cuando no podían controlar este vómito. Con el pasar del tiempo, lograron hacer que su cuerpo aguantara aquella reacción f��sica.

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Habían pasado algunas horas desde aquel combate. Ya habían sido atendidos por médicos y ahora se hallaban descansando en aquel cuarto lleno de computadoras mientras veían a un Canadá trabajando.

— ¿Falta mucho? — Preguntó el hombre que había estado herido en medio del combate.

— Sí. — Contestó Canadá sin despegar su vista de la pantalla.

— ¿No puedes meterle turbo a tu cerebro? — Preguntó el otro hombre de aquella sala.

— … Si pudiera hacerlo, te aseguro que ya lo hubiera hecho.— Volvió a responder el canadiense de la forma más amable que pudo.

— Canadá si pue---

— ¡Solo, por favor, retírense! — Vociferó el bicolor a los tres hombres presentes. Su mano derecha se encontraba sosteniendo su cabeza mientras que con la izquierda señalaba la salida de aquel cuarto.— Con ustedes acá, mi paciencia será lo único que se termine acabando. Yo les avisaré cuando haya logrado desencriptar esto.

Los hombres solo se encogieron de hombros al ver la reacción del bicolor retirándose del lugar.

USA fue en busca de su auto para regresar así a su casa. Era de madrugada, las calles yacían vacías, la luna llena era su única acompañante durante aquel trayecto.

Cuando llegó a su cuarto, simplemente se acostó en su cama cansado, esperando recuperar las energías perdidas.

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— Querido ¿No dormiste bien? Estás con unas ojeras tremendas. — Comentó Sussy la mañana siguiente al ver a USA entrar a su casa.

— No te preocupes, Sussy. Me acosté tarde. — Fue la respuesta del de estrellas. Se acercó a la mujer para saludarla con un abrazo.

— Eso no es bueno para la salud querido. Debes dormir como mínimo 8 horas. No quisiera que te enfermes. Nos preocuparías mucho a México y a mí.

— No me enfermare, tranquila.

— Bueno, confiaré en ti.

Sussy sonrió con ternura al de estrellas. Este la volvió a abrazar y cada quién continuó con lo suyo. USA dando una revisada a sus papeles y Sussy terminando de coser.

La mañana estuvo tranquila ya que el mexicano había ido a trabajar desde muy temprano. USA sintió soledad al no escuchar la música estridente del tricolor. Pero quitando aquel sentir de sí mismo siguió releyendo sus expedientes. Y esperando la llamada del canadiense.

Sussy lo invitó a comer, vieron unos capítulos de alguna serie random por televisión y como siempre, la mujer de edad se durmió en la tarde.

A eso de las seis de la noche, estando Estados Unidos en su cuarto, le tocaron la puerta. El abrió está extrañado ya que nadie solía tocarle la puerta. Y se topó con una sonrisa conocida.

— ¡Gringo! Alístate rápido que te vengo a raptar. — Dijo en broma el mexicano en forma de saludo.

— ¿Vamos a salir? — Preguntó USA riendo.

— Dije que te vengo a raptar güero, ya si quieres verlo como una salida, es pedo tuyo. — Trato de decir aquellas palabras de una forma seria pero la sonrisa no lo ayudaba.

USA hizo caso a esto y solo busco un abrigo para él. Su ropa de siempre consistía en pantalones o jeans junto con una camisa. Era una vestimenta simple que no lo hacía pensar tanto en qué ropa debía de usar.

El de estrellas solo siguió al tricolor, no pregunto a dónde irían ni siquiera le dio importancia a esto. México tampoco quiso decirle, más bien, el tricolor le estuvo contando durante el camino sobre su día y las últimas noticias que había logrado escuchar ya fuera en música, películas o series. USA compartió opiniones con él tratando de recordar la información que había leído sobre esos temas y así estuvieron hasta que llegaron a su destino.

— ¿Un mall? — Preguntó algo desanimado el estadounidense.

— No cualquier mall, gringo, este es el mall elegido para ser la fuente de regalos de Sussy. — Corrigió el tricolor. — Aún sí solo ha vivido 5 meses con nosotros, Sussy te tiene mucho cariño y el cumpleaños de ella está a la vuelta de la esquina. Así que tú serás mi cómplice para hacerle su cumpleaños. — Afirmó el mexicano orgulloso de sus palabras.

— Creo que Sussy quería pantuflas de conejo. — Contestó el de estrellas tratando de recordar todo lo que Sussy había deseado durante aquellos meses.

— ¡Ese es el espíritu! — Gritó feliz él mexicano.

Ambos jóvenes anduvieron por aquí y por allá, en busca del regalo perfecto para la mujer a la que querían. Habían encontrado algunas pantuflas pero no de la talla de Sussy, luego encontraron unas mantas hermosas las cuales sí compraron, algunos juegos de tazas y platos nuevos para la mujer y aunque les costó mucho, finalmente las pantuflas que Sussy deseaba.

De paso en el camino se compraron unos helados para disfrutar, vieron la cartelera del cine por si había alguna película para ver. Pero al verse cansados de tanta caminata decidieron ir a casa.

— Oye, al final… ¿Siempre saldremos a esa cita? — Cuestionó avergonzado el mexicano.

— ¿Cita? (...) ¡Of course! — Confirmó de igual forma el estadounidense. Ambos jóvenes esquivaban su mirada del otro y un pequeño sonrojo marcaba hermosamente sus mejillas.

México tomó un respiro para darse valor. Y acercando sus manos a la mano derecha del americano, le quitó el guante para poder sostenerla sin ningún obstáculo de por medio.

Estados Unidos reaccionó sorprendido alejando su mano del mexicano al verse sin guante en esta.

— Eh, pues yo…

— No, no, a mí no…

Ambos no supieron qué decir ante tal situación. La incomodidad estaba presente. Y Estados Unidos solo miraba con preocupación la marca que yacía en su mano.

— Yo quiero sostenerte las manos. Quiero sentir la textura de tu piel y el calor de esta. Pero si eso te incomoda lo entenderé.

USA no pudo responder ante aquellas palabras. Su mirada seguía fija en aquella marca y lo que ésta representaba. Cuando tuvo el valor para ver al mexicano, este le miraba con deseo y dolor, él no apartaba su mirada esperando paciente una respuesta, su boca torcida se encontraba tratando de aguantar las palabras que deseaba decir en ese momento. Solo tenía que esperar.

—… Está bien. — Fue la respuesta del americano. Estiró su mano derecha esperando la del mexicano. México sonrió al no verse rechazado, y sostuvo fuertemente aquella mano. Sus dedos lograron sentir la piel marcada y acarició con suavidad está zona. No sabía las razones del porque tenía una herida así en su mano, tampoco sabía mucho del americano y menos sobre su pasado, pero aún tenían tiempo para hablar, aún tenían mucho tiempo para poder conocerse.

Continuaron su caminata felices, tranquilos, con calidez en su ser. O así fue hasta que una mujer chocó contra ellos, tirando así sus bolsas de compras. Tanto el mexicano como el americano la ayudaron a juntar los artículos caídos que consistían en alimentos de primera necesidad. La mujer al parecer estaba un poco borracha, la cara de esta estaba deformada, habían muchas cicatrices en ella. La mujer solo miraba el como los dos hombres guardaban aquellas cosas que había comprado. Hasta que noto aquella cicatriz, esa cicatriz tan conocida para ella, esa cicatriz que había sido su perdición.

Agradece a quienes la ayudaron y vio como ambos jóvenes sosteniéndose de las manos se alejaban de ella.

Tenía que avisar, tenía que decirles a los otros que lo había encontrado. Había encontrado a uno de los integrantes que había robado el USB y el causante de toda su desgracia.

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⟩⟩ URSS está aburrido. Le gusta cuando las personas lo distraen. Por eso suele molestar a sus hijos llamándoles "querido/a" ya que sabe que ellos no soportan este trato, no después de los años de preparación para que sean los mejores en el negocio familiar.

⟩⟩ Cada hijo debe de mostrar su valía en un ámbito que beneficie a la familia, en este caso, Ucrania es buena en informática.

⟩⟩ ¿Recuerdan que USA propuso para ir hacerle un tatuaje al mexicano? Bueno, a esto se refería México con "cita"

⟩⟩ Aquella lista son de los nuevos integrantes a la familia. Esta sirve como "privilegio" en el otro negocio.

⟩⟩ Azerbaiyán, Uzbekistán, Kirguistán, Turkmenistán y Tayikistán son los "inversionistas" de la familia. Ellos buscan negocios y personas, invierten en ellos y con el tiempo si demuestras tener valía formas parte de la familia.

⟩⟩ La chica sobrevivió, pero su castigo le dejo muchas represalias.