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Capítulo 1: Los conceptos básicos
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Haruno Mebuki no estaba de buen humor y hacía varias semanas que no lo estaba.
Antes de que llegara noviembre, todo había ido de maravillas para la mujer rubia Su marido había obtenido un mes de permiso y lo habían pasado juntos, como cuando eran una pareja de recién casados Su hija había estado sacando muy buenas notas en la academia y finalmente había superado algunos problemas de confianza en sí misma que la habían paralizado gracias a la chica Yamanaka que se había hecho amiga de ella.
Todo había ido sobre ruedas hasta que la habían elegido para convertirse en la supervisora chuunin del mocoso demonio.
Cuando los niños empezaban a asistir a la academia, si eran huérfanos, los sacaban del orfanato y los trasladaban a unos apartamentos pequeños.
Esto se hacía para evitar tantos accidentes como fuera posible, porque cuando una persona empieza a utilizar su chakra se produce un aumento pasivo que eleva su fuerza por encima de los niveles civiles Sin un supervisor dedicado, el acoso y la violencia física se volvieron angustiosamente comunes entre los niños cuando se dieron cuenta de que eran más fuertes que la mayoría de los de su grupo de edad Sin embargo, no se podía esperar que los niños pequeños se cuidaran completamente a sí mismos, y así nació el papel del supervisor.
Los shinobi y kunoichi semi-retirados en la lista de reserva, de rango chuunin y superior, eran seleccionados periódicamente para controlar a los estudiantes huérfanos de la academia para asegurarse de que se cuidaran a sí mismos y no se pusieran en peligro al ser tontos con lo que la Academia les enseñaba.
A Mebuki normalmente le gustaba ser supervisora, ya que le recordaba a cuando era sensei en la academia. Era una de las pocas que solía quedarse con su cargo hasta el final de la academia, en lugar de estar en una rotación de seis meses como otros.
Siempre había sido un motivo de orgullo para ella que todos los que habían estado con ella lograrán aprobar los exámenes de la academia con facilidad.
Parecía que el mocoso demonio estaba buscando arruinar ese récord.
Esto la había llevado a sentirse cada vez más
frustrada, y debido a que la licencia de Kizashi había terminado y él había estado en lo que parecía ser una larga misión negociando precios de metal de chakra en la tierra del hierro y ella estaba prescindiendo del sexo regular.
Afortunadamente, eso terminaría más tarde esa noche Sakura había comenzado a hacer dieta a pesar de sus protestas y había renunciado a lo que parecía ser una buena amistad con Ino por el último Uchiha leal.
No tenía nada en contra del chico, podía entender su actitud dado que había perdido a su familia el mes anterior, pero cualquiera con sentido común podría decir que iba a caminar por un camino oscuro.
En general, tenía muchas cosas que la agravando y no las suficientes para aliviar la irritación que la estaba acumulando.
Suspirando hizo una pausa en su camino hacia el apartamento del niño y miró el escaparate de una panadería.
Para ser madre estaba increíblemente orgullosa de su apariencia.
Claro que algunas mañanas se miraba en el espejo y se desanimaba cuando veía una nueva arruga pero a pesar de tener unos treinta y cinco años todavía tenía el cuerpo de una mujer sexy de veinte años.
Su estómago estaba tonificado y deja ver músculos sus pechos eran bastante grandes y flexibles pero no hasta el punto de que sean demasiado obscenos y no tenían el más mínimo atisbo de flacidez todavía se balanceaban y temblaban al caminar su cintura era pequeña y tonificada no al nivel de cintura de avispa si no perfecta ni muy ancha y no muy delgada era perfecta y sus caderas todavía eran perfectamente circulares sin romper su figura curva y su trasero era perfectamente redondo y elástico que se movía de arriba hacia abajo al caminar (explico básicamente como en la vida real algunas mujeres de trasero generoso al caminar cada ves que dan un paso un gluteo sube y baja y igual que esas balanzas de las corte que suben bajan de izquierda a derecha dependiendo del peso que tengan cada una) en general todo su cuerpo era muy generoso y firme.
Mirando más allá de su reflejo vio al adolescente detrás de la caje mirándola, pero él se sonrojó y miró hacia otro lado cuando se dio cuenta de que lo había pillado mirándola.
Mebuki sonrió levemente y sintió una oleada de placer Siempre le daba un empujón a su ego cuando se daba cuenta de que todavía podía hacer que chicos jovenes giraran la cabeza a mirarla
Mirando el escaparate decidió que pasaría por allí de camino a casa Todavía entrenaba con regularidad, así que un bocadillo no le vendría mal.
Y el chico detrás de la caja podría seguir allí para que ella se pudiera provocarlo un poco y lograr levantar aún más su ánimo.
Al darse cuenta de que solo tenía unos minutos más para llegar al apartamento del mocoso comenzó a apresurarse.
Sabía que el Hokage registraba el apartamento a la hora de inicio de las sesiones con su bola de cristal para asegurarse de que el supervisor apareciera.
Después de unos minutos, se detendría La única razón por la que Mebuki sabía esto era porque ara una sensor excepcionalmente aguda y tenía un control extraordinario del chakra.
No quería despertarse una mañana y encontrar al Hokage sentado en su cocina preguntándole por qué no había llegado a tiempo para encontrarse con Naruto.
Al llegar al edificio de apartamentos Mebuki suspiró y comenzó a preocuparse por un dolor de cabeza continuo de tres horas tratando de enseñarle a Naruto.
Al principio el escuchaba atentamente pero luego comenzaba a acosarla para que enseñará sus"técnicas geniales".
Las pocas técnicas que ella conocía ciertamente no se las enseñaría incluso si no fuera un demonio.
¿Un mocoso tan hiperactivo e irresponsable que andaba por ahí con varias técnicas de Liberación de Agua?
Con la cantidad de chakra que tenía y el poco control que tenía sobre él
la aldea se convertiría en un lago.
NO simplemente se quedaría un rato en su apartamento para asegurarse de que hubiera hecho los deberes y luego se iría a casa por la noche y esperaría con ansias darle a Kizashi una sorpresa de "bienvenida".
Y en el "proceso" tendría que lidiar con una gran cantidad de frustraciones.
Subiendo varios tramos de escaleras Mebuki llegó a la puerta del apartamento de Naruto y llamó.
Se encogió cuando escuchó un ruido sordo en la madera y el rápido ruido de pies en el piso La puerta se abrió.
"Ah hola Mebuki sensei" gorjeó el chico rubio que abrió la puerta.
A los seis años una persona imparcial lo llamaría adorable Con un espeso cabello amarillo brillante y brillantes ojos azules combinados con mejillas ligeramente regordetas una persona imparcial diría que era definitivamente angelical.
Dicho rubio también estaba haciendo todo lo posible para parecer inocente Y estaba fallando.
Muy mal de echo.
Mebuki no pudo evitar la imagen que se le escapó mientras sentía que el comienzo de su dolor de cabeza comenzaba a florecer.
"Naruto ¿qué has hecho?" Preguntó con toda la paciencia que pudo reunir.
Estaba bastante orgullosa de haber mantenido la mayor parte de su irritación fuera de su voz.
A juzgar por la chispa de vacilación que se había disparado a través de los ojos del mocoso algo se le había escapado.
Cerró los ojos y pensó hasta que recordó lo miro y dijo
"¿Lavaste los platos que te dije que lavaras la última vez que estuve aquí verdad Naruto-kun?"dijo su nombre con dulzura y calma.
Naruto comenzó a rascarse la nuca tímidamente.
"Eh cuando golpeaste estaba practicando con mi kunai,
¡y me asusté tanto que tiré los platos que estaban junto al fregadero"!
El ojo de Mebuki se movió una vez luego dos veces antes de pellizcarse el puente de la nariz.
"¿Cuántos platos?"
Naruto tragó saliva comenzó a reír incómodamente.