—¿Puedo pasar, Su Alteza?
—No recuerdo haberte llamado —dije.
—He venido a informar algo, Su Alteza —dijo Abel.
—¿Sobre qué?
—Es sobre la visita de Su Alteza.
—No te he dicho que me informes sobre ella. Está de vuelta a salvo y eso es lo único que importa —dije.
—Sí, eso lo sé, Su Alteza. Pero algo inusual ocurrió hoy —dijo él y ese fue el momento en que descubrí lo que había ocurrido, leyendo su mente—. En realidad, Su Alteza se metió en una pelea con la Señora Caerlion y la abofeteó.
—Hizo lo correcto. Cuéntame con detalle —dije.
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