—Los dos apresuradamente metieron a Ruo Xuan y Xuanyuan Que en el carruaje.
—Dentro del carruaje había tres otros niños, todos inconscientes.
—La mujer los siguió al carruaje, mirando a los pocos niños.
—Hei Biao fue a conducir el carruaje, dirigiéndose rápidamente hacia las puertas de la ciudad.
—Ruo Xuan estaba tan confundida por las palabras de la mujer que comenzó a dudar de su vida.
—Su hermano había dicho que ella estaba gordita, y esta mujer también lo decía. ¿Podría ser realmente que estaba demasiado gordita?
—Xuanyuan Que usó su sentido divino para examinar la flor y, al notar que toda su floración estaba marchita, dijo con calma: "No estás gordita, estás justo bien".
—Ruo Xuan recuperó inmediatamente el ánimo.
—No se atrevía a abrir los ojos pero usó su sentido divino para escanear y descubrió que había tres niños en el carruaje, una de las niñas tenía el aura del Señor Magistrado del Condado, probablemente su hija.
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