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Capítulo 7: ¿Una Heroína o una Duquesa?

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Los ojos de Linilla se abrían lentamente, mientras observaba con un poco de confusión el lugar donde estaba.

Los ojos azules de la chica fueron explorando el lugar, mientras sentía muchas vendas en sus brazos y piernas, nuevamente observo el techo del lugar desconocido tratando de hacer recuerdos de lo que pudo haber pasado con ella.

En eso, sus ojos se abrieron a lo grande al terminar de recordar todo lo que ayer sucedió, terminando de desmayarse en los brazos del Duque.

Tenía un leve sonrojo de vergüenza por lo sucedido.

En ese momento una sirvienta entro con un conjunto de ropa en sus manos, Linilla observo con extrañeza el conjunto de ropa, la sirviente simplemente inclino la cabeza en forma de saludo y se retira.

—Uhm… no creo que fuera necesario que me atiendan de esta forma —replico para sí misma, mientras movía su cabello rubio, de reojo observo el conjunto y decidió darse un baño.

Natsuru por otro lado pensaba seriamente en todo lo sucedido, sabe perfectamente que la hazaña de Linilla es irreal en varios sentidos, y salir con pocas heridas es aún más asombroso.

Observaba de reojo el pequeño presente que tenía guardado en su bolsillo, con media sonrisa en su rostro, haciendo que las doncellas del ducado se estremezcan de una emoción inusual, algunas de alegría, otras de enojo por saber que finalmente una chica toma el asiento de la Duquesa de Windey.

Cuando todos observaron como una chica de largos y sedosos cabellos amarillos, con dos brillantes ojos azules cielo, una figura indiscutiblemente bien formada, con una armadura blanca con tonos morados en varias partes, tenía una cicatriz debajo del ojo derecho que parecía recientemente hecha.

Pero ninguna pudo decir algo, inconformes o no, ante el gran aura que expiraba la mujer que estaba caminando por sus territorios, definitivamente es una mujer de carácter.

—Linilla, finalmente has recuperado el conocimiento —dijo Natsuru con media sonrisa bromista observando como la mujer se paraba frente a él, con la mirada al frente, algo que cautivaba también al Duque, porque hasta ahora nadie tuvo la capacidad de mantener la vista frente a él, el tiempo necesario para al menos ver sus rasgos.

Todos agachan la cabeza frente a él.

—si me hubieras dicho que esta prueba y entrenamiento sería tan duro… ¿podrías al menos dejarme unas vendas que pudiera usar? —comento graciosamente la chica, el Duque de Windey, admirando en secreto la belleza de la mujer, no le dio tanta importancia.

—Te queda bien el traje de batalla, Linilla —adulo con media sonrisa, mientras observaba como una ceja de la mujer se movía irritada.

—¿aprendiendo a adular a una chica? ¿No da pena el duque? —pregunto Linilla de forma sarcástica con los brazos cruzados observando al pelinegro que solo reía un poco.

—¿y que te hace pensar que te estoy adulando? —respondió Natsuru con otra pregunta, mientras sostenía un mechón de su cabello con su mano, tratándolo con tal grado de cuidado, como si fuera seda suave y fina que puede romperse con cualquier cosa.

Acercando el mechón de cabello a su nariz olio un poco, definitivamente huele a flores de la primavera.

Linilla, por su parte, su corazón de doncella saltaba de un lado a otro, después de todo es primeriza en el amor, un sonrojo cubrió su rostro, y los recurrentes sueños que tuvo en aquellos días que parecían tan reales no ayudaban en nada.

Por parte de las doncellas y sirvientes, al observar todo lo presente, no pudieron evitar llegar a una sola conclusión al respecto

Ella será la nueva duquesa de Windey, y no hay objeción alguna.

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Linilla tenía su nariz enterrada en los libros, después de todo su entrenamiento aún no ha acabado.

Bien ahora puede defenderse pero es carente de educación, la nobleza y aristocracia podrían destrozarla intelectualmente a pedazos.

Por lo que debe tener un alto nivel de conocimiento, pero…

«¿Qué pasa con este pobre conocimiento científico?» sinceramente Linilla estaba decepcionada, incluso ella que no le presto absolutamente nada de caso a sus clases en la escuela media podría destrozar a un erudito en este mundo.

Definitivamente la matemática, física y química no avanzaron lo suficientemente por la magia, aunque más que todo, no culpa de la misma magia en sí.

Si no por las pocas ganas que tienen todos en aquellos en investigar los conocimientos de este mundo, definitivamente el alfabetismo debe ser demasiado grave.

—Me siento un poco decepcionada… —finanzas, educación, etiqueta, administración, matemáticas básicas y un poco de alquimia, fue tan fácil aprender todo que no valía ni el esfuerzo, ahora su concentración esta en los lenguajes.

Le llamaba poderosamente la atención el lenguaje espiritual, como si algo naciera en ella.

Una nostalgia y un cierto poder dentro de ella.

«El lenguaje espiritual, el lenguaje de los dioses antiguos fue interpretado por el primer rey espíritu conjunto con el dios Multiversal, [el monarca humano] Alky Kyline… es un conjunto de 25 letras antiguas llenas de gran poder» mientras recitaba mentalmente la definición del lenguaje espiritual, ambos iris azules parecían resplandecer cual oro.

Cuando una mano se posiciono en el hombro de la chica interrumpiéndola de su lectura, ambos iris dejaron de resplandecer volviendo a su color original.

—Ah… señor Melton —cuestiono Linilla observando al mayordomo principal de la casa.

—Señorita Linilla, el señor la solicita —con una agradable sonrisa el mayordomo llamo a la rubia que simplemente asintió y dejo los libros en el lugar donde los consiguió.

A palabras del hombre, si hubiera algo que describiera a la mujer a su lado, simplemente diría místico… ella es algo fuera de este mundo.

Aprender todo lo que le dejo la iracunda jefa de sirvientas y ridiculizarla en el proceso llamando a esto simple, demostrando cálculos que simplemente no se le hubieran ocurrido ni al mejor erudito de la época, un manejo impresionante del papeleo y para variar, es una heroína en formación.

Si llegara a ganar ese torneo… ella sería una heroína completamente formada, tendría un estatus similar a la del duque.

Nadie podría decir absolutamente nada si ella tomara el asiento de la Duquesa.

Y en opinión personal, no puede esperar a verla ocupar el asiento de la Duquesa.

Claro, sin mencionar que la señorita aveces es un poco tonta, ella no se ha dado cuenta de las intenciones actuales del Duque, no solo quiere volverla heroína, quiere volverla su heroína.

—Linilla —hablando del diablo, Natsuru la estaba esperando en la puerta de la gran mansión, Linilla por su parte simplemente se acomodó un mechón de su cabello para ir frente a él.

—entonces, ¿qué quiere el duque de Windey de mi persona? —que haya mejorado su educación y etiqueta no quiere decir que respete de mejor forma al Duque, sigue tratando de igual forma, y parece que al Duque no le importa en lo absoluto.

Un punto a favor a la chica.

—Muy graciosa… tenemos que cambiar tus armas, pueden romperse en cualquier momento, por lo que iremos a la herrería de una buena amiga —comento de reojo Natsuru con mucha calma.

Linilla simplemente alzo los hombros ante la orden de su maestro.

Caminando al lado del duque ambos salieron del hogar mientras el mayordomo observaba con una leve sonrisa en su viejo rostro.

Pero sus ojos se desviaron rápidamente hacia cierta persona.

La jefa de las sirvientas, que estaba apretando los puños de la furia, ante lo que parece fue su última oportunidad de poder impresionar a su señor.

Ella quería ocupar el envidiable puesto de la Duquesa, después de todo, si Natsuru no conseguía una mujer, tendría que conseguir algún reemplazo para evitar los rumores de la desconocida descendencia que dejara en este mundo.

Pero ahora aquella mujer de cabellos rubios era una excelente candidata para el puesto.

Intento humillarla de diferentes formas, pero parecía demasiado perfecta.

Claro, teniendo en cuenta la separación de mundos que tenían ambas chicas, Linilla era del siglo 21, de la era del capitalismo donde la tecnología era demasiado avanzada.

Tratar de sabotearla en conocimientos era simplemente absurdo, si tan solo ella hubiera atacado con el idioma hubiera logrado algo.

Sin mencionar que, sus acciones de niña pequeña era algo muy trivial.

El mayordomo se acercaba hacia la mujer que estaba apretando los dientes, sin notarlo, eso hasta que escucho un golpe a su lado.

—Parece que hay muchas ratas en esta casa —el mayordomo discrepo hacia la jefa de las sirvientas que estaba asustada, si hay algo que se sabe perfectamente sobre el ducado de Windey, es que no solo el duque era inconmensurablemente poderoso, todos los trabajadores también eran poderosos.

—Señor… esto —la jefa estaba temblando de miedo ante el mayordomo viejo.

—¿Codiciando algo que no podrías obtener jamás? —el mayordomo se acercaba de forma amenazante mientras una sonrisa demencial surgía en el rostro.

Varios guardas se hacían presentes arrastrando a la mujer que simplemente gritaba de enojo e ira total.

El mayordomo simplemente la miraba indiferente mientras pedía a todas las mucamas de la mansión para ocupar un nuevo puesto de jefa de sirvientas, todo mientras se retiraba.

Mientras tanto, Natsuru y Linilla caminaban por la ciudad que se alzaba en el ducado, ambos caminaban uno detrás del otro, Linilla simplemente suspiraba observando como las personas saludaban al Duque con grandes sonrisas.

Se podría decir que era alguien que tenía la opinión publica de su lado, y eso indicaba que las miradas no se hicieron esperar en ella.

Después de todo ya se había extendido que una rumoreada mujer de cabellos rubios se ostentaba en la mansión del Duque, todos decían que podría ser la futura Duquesa de Windey por lo que tenían curiosa de la futura nueva señora.

Y sinceramente, todos podían decir que el Duque parecía tener un buen ojo para las damas. 

Estaban alegres con la presencia de Linilla, así llegaron a cierta tienda de armas.

Julius, el cajero, observo al dúo entrar a la tienda, extrañado… al parecer la nueva Duquesa tiene una afición similar a las espadas y otras armas.

—buenos días amigo, necesito arreglar estas espadas cortas —Natsuru dejo las cuchillas de Linilla en el mostrador, haciendo que el cajero alzara una ceja extrañado.

Después de todo, las cuchillas cortas no eran exactamente usadas en el mundo, de hecho, eran inusualmente usadas.

Natsuru que capturo los pensamientos del cajero simplemente chasqueo llamando su atención, y luego señalo con su dedo pulgar, el cajero observo de forma estupefacta como Linilla intentaba manejar una espada larga pero la misma arma se repelía con ella.

Luego tomo un estoque, el cual también se repelía.

El cajero simplemente suspiro mientras se agarraba los cienes.

—Entiendo… entonces quieres ver a la herrera ¿no? —contesto el cajero con una mirada apática mientras Natsuru asentía levemente.

—En efecto —Natsuru respondió mientras ambos pasaban adentro de la tienda, dejando a la chica afuera mientras solo asentía al observar como otro estoque, la rechazo con un puchero.

Pero de repente choco con otra chica la cual quedo un poco desconcertada al igual que ella.

Y ambas se vieron la una a la otra, haciendo que la chica desconocida, de cabellos verdes claros abriera los ojos a lo grande.

—¡Linilla Erder! —grito asombrada la chica de cabellos verdes haciendo que la rubia se extrañara al respecto, pero de repente un golpe en su cabeza lo hacía retroceder.

Un gran dolor de cabeza hacia que Linilla se agarrara la cabeza.

—¿Quién eres tú…? ¿Cómo me conoces? —Decía Linilla mientras grandes dolores de cabeza se manifestaban en ella.

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—¿Qué quieres ahora? —susurro Linilla al punto del colapso, cuando ella rompió las cadenas fácilmente debido a que ahora está agotada.

Coloco sus manos en los hombros de Linilla y la lanzo hacia un agujero de gusano, que llevaba curiosamente hacia el mundo.

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—¿Acaso no te acuerdas de nada? Ciertamente… el reseteo produjo errores en la historia, así fue como que puedo ahora estar aquí justo como prometí —comento la peli verde con una sonrisa amigable acercándose a una levemente aturdida Linilla.

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—¿Alguien te ha dicho que eres muy persistente? —Pregunto cambiando su trayectoria hacia el sol —prometiste volver con tu amado... espero que este bien y que los dos les vaya bien.

—¡¿Por qué haces esto?! —decía Linilla al borde del colapso.

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—¿Tu…? ¿Acaso? —pregunto Linilla con sus ojos completamente dorados y brillaban de forma que parecían levemente a una linterna.

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—Veamos... será que simplemente estoy arrepentida de todo lo que paso... si tan solo pudiera reencarnar otra vez como tú lo hiciste… —comentaba aquella mujer de cabellos verdes mientras parecía caer por aquel portal.

—Espero que nos veamos ese día, no como enemigas sino como unas amigas que se cuentan de sus vidas, que se rían de lo ocurrido aquí y lo mejor de todo... que cuenten con el apoyo incondicional de la otra... si tal vez hubiera sido diferente... —dijo aquella chica mientras caía directamente hacia el sol, derritiéndose partes de su cara.

—Yo espero que nos veamos de nuevo, Linilla Erder —mientras se terminaba de derretir en el sol, Linilla intento ir pero el portal al que fue lanzada lo succionaba a toda velocidad.

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—Sí, soy yo Linilla, Soy Zelia Kaminy —dijo la peli verde con una sonrisa en su rostro —antes Diosa de las tempestades, aunque ahora me dicen "Heroína de las tempestades", heh. 

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¡ZELIA! —grito la pobre Linilla viendo como ella volvía hacia el mundo de regreso.

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Y en ese momento finalmente el hilo que tenía atrapado a Linilla Erder se destruyó, y una oleada de recuerdos la golpearon…