Capítulo 13: El Susurro del Corazón - La Sombra
La Academia Seúl se había convertido en un palacio de sombras. Ryeowook, con la mirada vacía y el corazón lleno de culpa, se movía como un autómata entre las paredes frías y los pasillos oscuros. Su decisión de unirse a Jungkook lo había sumido en un abismo de tristeza y desesperación.
Jungkook, con su sonrisa fría y su mirada penetrante, lo observaba con una mezcla de satisfacción y desconfianza. Ryeowook se había convertido en su aliado, pero no en su amigo. Jungkook no confiaba en nadie, y Ryeowook lo sabía.
"Ryeowook," dijo Jungkook, su voz era un susurro que resonaba en la habitación. "Tienes que demostrar tu lealtad."
Ryeowook se encogió, sintiendo el peso de las palabras de Jungkook sobre sus hombros. Sabía que Jungkook no le daría tregua, que lo pondría a prueba hasta que estuviera seguro de su lealtad.
"Yo te soy leal," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de desesperación. "Yo te serviré."
Jungkook se acercó a él, su mirada era gélida, su presencia amenazante. "Tienes que hacer algo más que decirlo, Ryeowook," dijo Jungkook, su voz era un susurro de advertencia. "Tienes que demostrarlo."
Ryeowook se sintió atrapado en una red de mentiras y traiciones. No quería hacer lo que Jungkook le pedía, pero no podía permitirse desobedecerlo.
"Qué quieres que haga?" dijo Ryeowook, su voz era un susurro de resignación.
Jungkook sonrió, una sonrisa que no llegó a sus ojos. "Quiero que me ayudes a controlar a los demás," dijo Jungkook, su voz era un susurro de seducción. "Quiero que uses tu influencia para hacer que todos se sometan a mi voluntad."
Ryeowook se sintió horrorizado. No podía creer lo que estaba escuchando. Jungkook quería que lo ayudara a oprimir a los demás, a convertir la Academia Seúl en un lugar aún más oscuro y cruel.
"No puedo hacerlo," dijo Ryeowook, su voz era un susurro de resistencia. "Yo no puedo traicionar a mis amigos."
Jungkook se rió, una risa fría y cruel que recorrió la habitación. "No tienes amigos, Ryeowook," dijo Jungkook, su voz era una promesa y una amenaza a la vez. "Solo tienes a mí."
Ryeowook se sintió atrapado en una batalla interna. No quería traicionar a sus amigos, pero tampoco podía permitirse desobedecer a Jungkook.
"Te daré tiempo para pensar," dijo Jungkook, su voz era un susurro de paciencia. "Pero no pierdas la oportunidad de tener una vida mejor."
Ryeowook se quedó solo en su habitación, con el peso de la decisión sobre sus hombros. El susurro de su corazón se había convertido en un eco de su propia traición, una voz que le decía que estaba perdiendo el camino.
La sombra de Jungkook se extendía sobre Ryeowook, oprimiéndolo, obligándolo a tomar una decisión que lo llenaba de miedo y de culpa. La batalla por su libertad había terminado, pero la batalla por su alma aún continuaba.