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CAPÍTULO 4. EL NACIMIENTO DE UN VILLANO PARTE 1

Dos años antes de las votaciones para elegir al nuevo gobernador, un estudiante de la ingeniería mecánica de la mejor universidad de su país estaba corriendo a toda velocidad hacia la estación del metro, había olvidado cargar su celular y como este mismo ya tenía algunos años de usado, la batería ya no tenía la misma capacidad de antes y se terminó apagando después de medianoche. 

-No puede ser, el metro pasa en unos minutos, si no lo alcanzo llegaré tarde de nuevo, el día de hoy tengo examen con ese profesor.

Corría mientras murmuraba a si mismo sobre el examen de la materia de calculo estructural que tenía con el maestro mas estricto de la facultad. Este era un señor de 50 años de edad con muchas canas y cabello peinado hacia atrás con bastante gel, zapatos negros de vestir y pantalón café bastante holgado. Sin duda alguna este profesor pareciera el típico docente cliché que hace exámenes sorpresa y nunca sonríe, a lo cual es totalmente cierto.

El joven pasó los grilletes del metro y corrió al anden donde su transporte pasaba, para su fortuna el metro recién había llegado y le daba el tiempo perfecto para llegar y subir. Aceleró el paso hasta llegar al anden e ingreso al vagón, este se encontraba bastante lleno así que no pudo ir sentado ese día.

Al llegar a su estación salió rápidamente para evitar que los pasajeros que estaban esperando en el anden ingresaran y no lo dejaran salir cómodamente. Era común que a esas horas tan concurridas se llegará a ocurrir bochornosas situaciones donde los pasajeros no puedan salir del metro a causa de la multitud, pasándose una o mas estaciones de su destino. A él nunca le había pasado, pero si había visto anteriormente eso ocurrirles a otras personas y se llenaba de incomodidad imaginar que un día le llegara pasar a él.

Al salir del andén vio a una chica en el suelo recogiendo unos documentos, era una chica de aproximadamente 21 años con el cabello lacio color castaño oscuro y lentes grandes como los que estaban de moda hace unos años y eran usados por los famosos "hípsters". Al inicio pensó en pasar de largo, pero cuando se acercó vio que uno de esos documentos tenía el logo de su universidad y de su misma facultad.

- Hola, ¿necesitas ayuda? Yo también soy de la misma facultad, vamos que llegamos tarde.

Dijo eso mientras hacía una sutil sonrisa, se agachó y le ayudó a recoger sus documentos, eran bastantes y estaban regados por toda la escalera que daba hacia la salida de la estación.

- Muchas gracias, tengo que entregar este reporte de investigación, pero como no cabía en mi mochila se me ocurrió la brillante idea de llevarlo cargando.

- Son bastantes hojas, ¿de qué materia son?

- ¿Conoces al profesor Rufino? 

Dijo la chica mientras se levantaba y tomaba las hojas que el joven había recogido por ella.

- Sí, tuve la materia de metodología con él, ¿no me digas que el te dejo hacer este reporte?

- En efecto, el nos está dando una materia que supuestamente es una preparación para la elaboración de la tesis, pero nos hizo hacer además un reporte de investigación de mercado, encuestas a posibles beneficiarios, estudios geográficos y de infraestructura… Estoy harta de este proyecto, ayer dormí solo dos horas para poder terminar esto y me desperté media hora antes para imprimirlo todo.

- Al menos mira el lado bueno, hoy se termina el sufrimiento y estarás libre para hacer algo que te guste ¿no?

Dijo el joven de forma despreocupada mientras caminaban hacia la entrada de la facultad puesto que la estación del metro se encontraba a una cuadra de la institución.

- ¿Acaso me estas coqueteando? -Dijo la chica sonriendo de forma irónica.

- ¿Eh? No, perdón si me mal interpreté, pero no lo dije en ese sentido yo… - La chica rápidamente lo interrumpió. 

- ¡Es broma! Dios, no entiendo porque los chicos de ahora son tan amargados, no se si solo sea cosa de ingenieros jaja

- Jajaja… Bueno es que ahora hay muchas denuncias de acoso y ciertamente hay que tener cuidado con lo que se dice… Es mejor aclarar cualquier mal entendido, ¿no crees?

- Bueno, bueno… -dijo la chica mientras se notaba una expresión leve de frustración. - ¿Y a todo esto como te llamas? ¿Qué carrera estudias?

- Soy de la ingeniería mecánica, voy en octavo semestre y me llamo Saúl, mucho gusto. -Dijo mientras le daba la mano para darse un saludo. 

- Mi nombre es Olivia, soy de la ingeniería civil, voy en noveno semestre y te daría la mano si no tuviera estos documentos cargando jaja. 

- ¡Oh! Perdón, no me di cuenta, lo siento. – Dijo apenado mientras tomaba parte de los documentos para ayudarle a cargar.

- Jajaja no hay problema y gracias por ayudarme, igual la entrada de la facultad esta muy cerca ¿hacia que edificio vas?

- Tengo examen en 10 minutos en el edificio A con el profesor Rufino, por eso llevo algo de prisa. 

- Uy que mal, he escuchado que Rufino es muy estricto con sus alumnos, yo también voy para ese edificio, si quieres vamos juntos, aunque yo me quedo en la planta baja para ordenar mis documentos primero. 

- Está bien.

- ¿Eres muy serio no? Deberías aprovechar ahora que puedes hablar con una chica linda como yo. – Dijo la joven mientras sonreía alegremente y tomaba su identificación para ingresar a la facultad.

- Jaja si, todos me dicen que soy muy serio, aunque es mas que nada porque tardo en entrar en confianza.

- Bueno, en ese caso Saul espero y así sea. - Dijo mientras llegaban a la puerta de la facultad la cual tenia un sistema de barrotes que solo dejaba pasar a los alumnos que traían su identificación vigente de la institución.

- Oye Saúl ¿puedes tomar mis documentos un momento por favor? No puedo alcanzar mi identificación de la escuela. 

- Si claro, permíteme.

- Ok listo, gracias ahora dámelos para que saques tu identificación. 

Saúl le entregó sus documentos de vuelta y sacó su identificación de la escuela para pasarlos en el checador y poder ingresar en la institución.

- Bueno ya está, vamos al edificio que se nos hace tarde, no quiero que repruebes tu examen por mi culpa, por cierto ¿Cuál es tu WhatsApp? – Dijo Olivia sin ningún tipo de duda o preocupación.

Esa pregunta le cayó de imprevisto a Saúl ya que desde que ingresó a la facultad ninguna chica le había pedido su número. En los inicios de la carrera cuando recién ingresó a la facultad hubo varias fiestas de bienvenida y algunas veces invitaba a chicas a bailar o a salir después de las mismas, pero cuanto mas tiempo pasaba menos comunes se hacían los eventos, hasta que llegando a quinto semestre básicamente estas reuniones cesaron por completo y dejó de tener citas serias con otras personas del sexo opuesto.

- Claro, ahorita te lo paso nomas que lleguemos al edificio y puedas poner tus documentos en un lugar seguro y limpio.

- Oki, ¿oye y tienes novia? -Esta vez su lenguaje corporal notaba cierta preocupación y timidez, pero su voz y sonrisa constante que nunca desaparecía lo ocultaban perfectamente a los ojos de Saul por lo que pensó que solo era una pregunta de curiosidad.

- No, no tengo, hace como un año que no he tenido ningún tipo de relación. La escuela es bastante estresante últimamente y no tengo mucho tiempo de salir a conocer gente nueva.

- Ya veo, espero y ahora en adelante tengas más tiempo para salir conocer más personas interesantes.

- ¿Acaso me estas coqueteando? – Dijo Saúl de forma burlona como venganza por lo ocurrido fuera de la estación del metro.

- Puede ser. – Dijo mientras le miraba y le guiñó un ojo sonriendo.

Después de decir eso, Olivia aceleró un poco el paso e ingresó a un aula en la planta baja, dejó sus cosas en la mesa mas cercana a la puerta y anotó su número celular en el suyo y se despidió rápidamente.

- Te mandaré mensaje después de tu examen, apúrate que ese maestro te va dejar afuera si llegas un poco tarde. 

- Esta bien, nos vemos. 

Saúl rápidamente subió las escaleras y llegó hasta su aula donde tenia que aplicar el examen. Afortunadamente aun faltaban unos segundos para que fuera la hora del examen, el profesor ya se encontraba dentro del aula y sus demás compañeros ya estaban sentados en sus lugares esperando la hora.

-Muy bien estudiantes, a partir de ahora todos cierren sus libretas y guarden todo lo que tengan en su escritorio, ya empezará el examen. No quiero ver nada que no sea su lápiz, una hoja en blanco y una goma en sus escritorios ya saben el que haga trampa se anula su examen. -Dijo el profesor Rufino mientras caminaba de un lado a otro enfrente del aula.