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El Purgatorio de LeNaguah

El gran y único dios LeNaguah se percató de los deseos de la humanidad por una vida eterna, pero, ¿Realmente los humanos merecemos vivir eternamente?.

ManuelRV · Du hí
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26 Chs

Capítulo 8

La joven Madeleine de quien se desconoce su pasado, fue una bella chica, que de no haber traicionado a Alexander, estaría junto a él en este momento, Iván todavía tiene las marcas de sus manos en la espalda, ha decidido no tomar el agua curativa, porque sabe que podrían presentarse cosas mucho peores.

Madeleine, sus últimas palabras fueron una plegaria que no fue respondida, a pesar de lo que parezca, una gran injusticia fue cometida cuando fue eliminada por Alexander, puesto que las palabras que ella decía cuando lo atacaba, eran reales, ella no era la autora de esos ataques, ella no quería herir a quien le había tendido la mano. Alguien estaba manipulando sus acciones, ella tenía unos pequeños momentos de lucidez cuando estaba luchando contra Alexander, se quedó junto a Alexander cuando lo creía muerto por miedo a que alguien volviera a tomar control de sus acciones.

Su plegaria fue sincera, era ella quien estaba hablando, pero sus acciones involuntarias ya habían sellado su destino…

Volviendo con el grupo de Alexander.

P.O.V Alexander Vólkod.

Al fin estamos en el 3er anillo, es increíble lo mucho que hemos avanzado, veo a Eria e Iván felices, espero estar haciendo un buen trabajo ayudándolos a llegar al final.

Ahora mismo pienso, ¿Cuántas más personas tendré que enfrentarme?, aunque al llegar al final mis recuerdos serán borrados, mis manos están manchadas, esas 6 personas que he eliminado también tenían sus deseos de seguir, no siento pena por Watson, pero los 4 hombres que nos atacaron al final del primer anillo, tenían un pasado que desconozco, Quizás tendrían algún ser querido con el que quisieran reencontrarse y yo les arrebate esa esperanza. Madeleine, todavía no comprendo porque me atacó era una chica tan dulce, el poco tiempo que estuve junto a ella fue suficiente para darme cuenta de ello. No soy un héroe como una vez me llamó Iván, tampoco puedo llamarme a mí mismo una persona que quiera el bien para los suyos, estoy llegando al punto de ser un monstruo, esas personas nunca regresarán, y es por mi culpa.

Tengo que alejarme de esos pensamientos, volteo a ver de nuevo a mis compañeros, ellos son mi fuerza, los defenderé, no puedo salvar a todo el mundo, pero al menos a ellos los protegeré, aunque me cueste la vida misma.

P.O.V Iván Salvatore.

¡Al fin hemos llegado al 3er anillo!, el frío inunda mi cuerpo y puedo ver la hermosa nieve que está a mi alrededor, adoro este escenario. Veo a Alex que ha estado serio desdé que llegamos aquí, me preguntó que le pasará, antes de que pueda hablarle Eria me lanza una bola de nieve y se ríe mientras se apresura a formar más.

Me dispongo a seguirle el juego, al fin y al cabo tenemos mucho tiempo de sobra.

Debe ser medianoche aproximadamente, no he visto los pilares aún, ¿Quizás no vuelvan a aparecer?. Ahora mismo no puedo concentrarme en otra cosa que no sea derrotar a Eria en nuestra guerra de bolas de nieve.

-¡Oigan compañeros! -Grita Alex- ¡Puedo unirme a ustedes!.

Alex está animado y su rostro muestra otro semblante.

¡No encuentro por ningún lado los pilares! -Dice Alex- ¡Deberíamos buscarlos cuando haya un poco de luz!.

Eria y yo asentimos con la cabeza.

En ese momento Eria se sienta un momento y en unos segundos dice:

-Después del hombre volador, somos los primeros en llegar, no hay nadie más es este anillo a excepción de el y nosotros, la persona más cercana a entrar se encuentra en el polo opuesto, ¡No corremos ningún peligro!.

Jugamos juntos hasta al amanecer y de esta manera podemos olvidarnos de nuestra realidad, seguramente si nos hubiésemos conocido en vida, habríamos sido amigos los 3.

En un momento caigo cerca de Eria y mi camiseta se desacomoda y deja ver las marcas de las manos de Madeleine.

-I-Iván, ¿Estás bien? -Pregunta Eria.

Me acomodo rápidamente la camiseta.

-Si Eria, tranquilízate, ya no me duele.

Me mira a los ojos y me dice con determinación:

-Toma el agua que te di.

-Eria, no es necesario tranquila.

-¡C-Claro que lo es! -Responde- ¡Alex y tu son mis compañeros, ambos me salvaron, no quiero verlos heridos si se puede evitar!.

Las palabras que dice Eria calientan mi corazón, ¿Qué hice para merecer compañeros tan buenos?, se preocupan por los demás, no de rinden y siguen adelante. Con este sentimiento en mi mente, solo un pensamiento llega a mi. Tengo que actuar de igual forma para no ser una carga.

Abro el recipiente y me tomo el agua frente a Eria.

De inmediato siento como las heridas desaparecen y siento el cuerpo más liviano.

Eria me sonríe aliviada, cuando le sonrió Alex me lanza una bola de nieve y grita.

-El juego aún no ha terminado compañeros!.

Seguimos distraídos hasta que ya es posible ver claramente todo el lugar.

Exploró todo panorama con la mirada hasta que veo un pequeño montículo de nieve.

Me acerco para verlo, muevo la arena con mis manos y consigo ver el pilar.

Este empieza a emitir un brillo verde y leo sus escrito.

"Para este momento, el amanecer del 4to día, quedan en el purgatorio 73 personas, dentro de este pilar encontraras una muda de ropa y agua curativa, cuidado ante lo que se avecina".

El pequeño pilar se cae a pedazos y dentro están la tabla con el escrito ropa y el recipiente con agua curativa.

Tocó la tabla y mi ropa cambia por un abrigo grande y unos pantalones gruesos color blanco que aíslan mi cuerpo del calor, guardo el agua en un bolsillo de mi abrigo.

Me volteo a ver a Eria y a Alex, ambos ya encontraron sus pilares y están cambiados, Alex viste igual que yo.

Eria carga un abrigo que no está tan holgado como el mío y unos pantalones ajustados que permiten ver la forma de sus piernas, sus manos están cubiertas por unos guantes.

Sin embargo, nuestra indumentaria sigue sin incluir algo para cubrir nuestros pies.

-Iván, Eria, cada uno guardé consigo su recipiente, solo lo usaremos en casos extremos, ¿Entendido? -Dice Alex.

Eria y yo asentimos con la cabeza.

-¡Bien, andando! -Grita Alex.

Antes de que empecemos Eria se concentra para analizar el lugar y dice:

-¡Se aproxima un hombre hacia nosotros, viene desde el anillo desértico no tarda en llegar!

Alex y yo volteamos y efectivamente logramos ver al hombre, se acerca a una velocidad increíble, ¿Quizás su habilidad sea súper velocidad?.

Empezamos a correr pero es inútil, el hombre logra alcanzarnos en unos pocos segundos.

-¡Entreguen su agua curativa y nadie saldrá herido! -Grita.

El hombre es alto, debe medir 1.80m, casi tan alto como Alex, es de tez morena, tiene la camiseta rasgada, tiene buena musculatura, pero eso no importa ya que tenemos la misma fuerza.

No podemos huir, es claro que nos alcanzará, pero, somos 3 contra 1, mejor dicho 2 contra 1, no pienso dejar que Eria combata, no seré un estorbo para Alex.

-Lo siento amigo -Dice Alex- Solo te dejaré inconsciente.

Alex se abalanza hacia el hombre.

El hombre adopta una postura con la que se prepara para pelear contra Alex.

Seguramente Alex tiene puesta una barrera sobre si mismo para evitar un altercado como con el señor Watson.

Alex está apunto de contactar un golpe a la cabeza, pero el hombre lo contrarresta con facilidad y le responde con un potente rodillazo al estómago.

Alex cae al suelo atontado.

El hombre adopta una postura diferente, creo que una vez la vi en televisión, parece un boxeador tailandés, Muay Thai, creo que se llamaba el estilo de pelea.

¿Por qué Alex no se protegió?

-¿Dime? -Dice Alex- ¿Dime cómo te llamas?.

-Theo Bonavista, ¿Con quien tengo el gusto?

-Alexander Vólkod, supongo que ya quedó claro cuál es tu habilidad.

¿Qué está diciendo Alex?.

El hombre sonríe y dice:

-Anular la habilidad de mi oponente es perfecto para mi, un experto en artes marciales mixtas.

¡Anular la habilidad!, Alex si se estaba tratando de proteger pero no pudo ya que Theo anuló sus barreras.

-Theo, tienes mis respetos por confiar plenamente en tu propia fuerza, sin embargo, no perderé contra ti.

Theo sonríe y dice:

-Veamos que tienes Alexander.

Y así dan comienzo a un combate sin ningún tipo de habilidad, no puedo interferir, sería un estorbo, nuevamente no me queda más que observar, por lo menos está vez estoy junto a Eria, ella está animando a Alex, supongo que es lo único que puedo hacer ahora mismo.