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Capítulo 42: Silencio

Zack y su grupo habían procedido ya en el bloque 3, por lo que antes de partir, Adam miró a Miguel. Este captó su mirada y se acercó —Tengan cuidado, no sabemos el alcance de ese monstruo, puede que el edificio ya haya sido invadido—. Ambos se voltearon a mirar el edificio de donde provenía el perro.

—Si, también creo que ese puede ser el caso —respondió Miguel, que miró a los novatos con cierta preocupación—. Buena suerte para tí también, me temo que la necesitarás.

Adam tardó un momento en darse cuenta de que Miguel hablaba con él, pues continuaba mirando a su equipo. En respuesta solo asintió y luego se volteó a mirar a todo su grupo.

—Vamos.

Todos asintieron y se acercaron a la reja que daba al patio del edificio objetivo. Después de una breve discusión, Marlen terminó pateando la puerta y rompiendo la cerradura. Adam aún no se acostumbraba del todo a la fuerza que podían llegar a tener ahora.

Marlen se adelantó a los demás y entró al patio, en donde inmediatamente se detuvo. Adam la siguió, algo extrañado por que se hubiera parado tan repetidamente. Sin embargo, la entendió inmediatamente cuando, de manera repentina, todo el sonido que podía escuchar desapareció sin dejar rastro.

El cambio fue tan repentino, que Adam quedó completamente confundido y tuvo que esforzarse por no entrar en pánico. La experiencia no era como cuando tu oído es afectado por un sonido y puedes escuchar un extraño pitido, sino más como si no existiera ningún sonido en este lugar.

Con la piel de gallina, Adam intentó hablarle a Marlen, pero al mover la boca no sucedió nada. Molesto, sostuvo a Marlen por un hombro para llamar su atención.

Marlen se sobresaltó y le miró, intentó hablar pero pronto se rindió e intentó señalar a Adam de que estaba bien. Para ese momento, todos habían entrado al patio y compartían el mismo sentimiento de intranquilidad y confusión que el repentino silencio trajo consigo.

Adam sentía que estaba en un vacío. Peor aún, no podía escuchar los latidos de su corazón o los sonidos internos del cuerpo que se dice pueden ser escuchados cuando hay demasiado silencio.

Todo el grupo avanzó unido, pegados unos a otros y mirando constantemente hacia todas partes. El primer susto se lo llevaron cuando, luego de doblar la esquina hacia la entrada del edificio, se encontraron de frente con dos Stalkers.

Por suerte, ambos zombies tampoco les habían detectado, por lo que Marlen simplemente golpeó con su hacha y los cortó a la mitad. Adam sintió un escalofrío al observar la pelea. Sin sonido, le parecía estar observando una escena en una película muda, como si él fuera un espectador ajeno.

Noah agarró a Adam por el hombro y le indicó que siguiera adelante. Todos en el grupo parecían impacientes y Adam podía entender perfectamente la razón. Todos se prepararon y continuaron adelante, preparados para despejar la planta baja y el primer apartamento.

Sin embargo, la cosas iban a tomar un giro inesperado para todos. Desde el tercer piso, oculto entre un grupo de zombies y en las sombras, un peculiar zombie observó al grupo hasta perderlo de vista en la planta baja.

El zombie subió a la baranda y saltó hacia el patio, en donde partió parte del cemento. Sin embargo, nadie del grupo de Adam se dio cuenta, pues la atención de todos estaba puesta en matar a los zombies en la planta baja. El zombie se acercó a ellos despacio y fijó su atención en Jane, que se había quedado de última mientras atacaba con el arco.

En cualquier otro caso, las habilidades de Jane le hubieran alertado del peligro, pero el zombie no solo era capaz de imponer un silencio absoluto en un área, sino que también era capaz de borrar por completo su presencia. Ni siquiera las habilidades dadas por el sistema podían detectarlo.

Jane disparó una última flecha antes de que el zombie le atravesara el corazón con las uñas. La mujer escupió sangre y cayó de rodillas, mientras todavía intentaba entender lo que había sucedido. Su cuerpo cayó al suelo, boca abajo, y nadie se dio cuenta. El zombie pensó por un momento en recoger su nuevo alimento, pero al ver que no quedaban muchos Stalkers, retrocedió un poco y saltó al piso superior, en donde volvió a desaparecer.

Noah terminó de matar al último zombie y se volteó a mirar a Miriam. Ella le vió palidecer y por reflejo siguió su mirada. Jane estaba tirada en el suelo, rodeada de un pozo de sangre y a solo unos centímetros de donde estaba.

Miriam corrió hacia ella e intentó lanzar [Luz sagrada] mientras las lágrimas escapaban de sus ojos. El hechizo no tuvo el menor efecto, por lo que estaba a punto de lanzarlo otra vez, cuando Noah la sostuvo por un hombro. Miriam le miró y el hombre simplemente negó con la cabeza.

Miriam apartó el brazo de Noah con violencia y luego sacó de su mochila una poción de salud. Noah pensó en detenerla, pero se lo pensó mejor.

Adam y Marlen aún no se habían dado cuenta de lo sucedido, ambos observaban a un Stalker que intentaba bajar por las escaleras. Noah se acercó a ambos, le disparó al Stalker y agarró a Adam con fuerza por el hombro.

Adam se volteó a mirarle. Al principio no pudo ver lo que había sucedido con Jane porque Noah estaba en el medio, pero este se apartó y Adam se paralizó. Marlen se dio cuenta de lo que sucedía casi al mismo tiempo.

Los tres se acercaron a Miriam, que aún intentaba curar a Jane. Marlen la apartó del cadáver y la abrazó cuando ella intentó resistirse. Adam no podía apartar la mirada del cuerpo de Jane.

Una horrible sensación le invadió el cuerpo y antes de poder calmarse, vomitó en el suelo. Noah se acercó a él y le golpeó suavemente la espalda.

Adam se dejó consolar. Un terrible arrepentimiento se apoderó de él. Por suerte, logró apartar de su mente estos pensamientos y decidió que no era el momento para ello. Miró a Noah a su lado, el cual no paraba de observar los alrededores, como un halcón.

Adam se acercó a Marlen y le señaló con las manos que estuviera alerta de los alrededores. Marlen asintió y luego ayudó a su hermana a continuar. Noah, Adam y Marlen rodearon a Miriam y avanzaron esta vez mucho más despacio.

Pero antes de avanzar mucho, Miriam se negó a continuar. Apartó a los demás, se acercó al cuerpo de Jane y la arrastró hacia el exterior del edificio. Adam entendió de inmediato y creyó que sería una buena idea. Todos los demás asintieron y siguieron a Miriam.

Desde los pisos superiores, el zombie observó la escena con enojo, los ladrones se estaban llevando lo que le pertenecía. Por lo que decidió que tendría que intervenir.

Volvió a saltar al patio y cayó detrás del grupo. Esta vez, Noah lo vio de inmediato.

[Void Zombie]

Noah sostuvo a Marlen con tanta fuerza que ella se sobresaltó y volteó a mirar lo que sucedía. Noah levantó su arma y disparó y, para su sorpresa, le dio al zombie a la primera.

El zombie intentó esquivar, pero no reaccionó a tiempo y el disparo penetró su hombro. El monstruo inmediatamente retrocedió, sorprendido. Marlen intentó perseguirlo, pero Noah se lo impidió. Ambos retrocedieron hasta alcanzar a Adam, que se había dado cuenta de lo que sucedía y había logrado ver brevemente al zombie antes de que desapareciera.

Los tres se apresuraron a seguir a Miriam y pronto se encontraron fuera de la zona de silencio. El sonido volvió de golpe y todos se sintieron algo aturdidos, a la vez que aliviados.

—Mierda, mierda, mierda, ese desgraciado la va a pagar caro.

Marlen nunca había estado tan enojada. Miriam permaneció en silencio, todavía no podía procesar lo que había sucedido.

—Entiendo cómo te sientes, pero creo que tenemos que tener cuidado. Esto pasó porque subestimamos a nuestro enemigo. Un campo de silencio es mucho más poderoso de lo que parece.

Marlen estaba a punto de golpear a Noah, pero se detuvo, pues tenía razón.

—Maldita sea, si tan sólo hubiera mirado hacia atrás.

—Esperen un momento, ¿Jane no tenía una habilidad que le permitía detectar peligros inminentes?

Todos se quedaron en silencio antes las palabras de Adam.

—No es solo silencio, Terry tampoco podía detectar nada

Mientras discutían, el Void Zombie todavía se estaba recuperando de la herida en su hombro. Había subestimado a su presa y había pagado por ello. La extraña arma había disparado algo a tal velocidad que no le había dado tiempo de reaccionar.

Si volvían a invadir su territorio iría con todo contra ellos. Sin embargo, si quería alcanzar al usuario de la extraña arma, tendría que afectarlo, de alguna forma, con su magia.