Inmediatamente, cuando Atticus vio la espada a punto de cortar la cabeza de Ember, su mirada se tornó aterradora.
Instintivamente, recurrió al único poder que sabía que podía ayudar en la situación. Era el primer tesoro que había obtenido al llegar a este mundo, el poder más fuerte que tenía en su repertorio actualmente —su Katana.
Su Katana siempre estaba en una posición, atada a su cintura izquierda. Sin importar a dónde iba o qué planeaba hacer, incluso durante actividades mundanas como darse un baño, su Katana era una constante compañera. Nunca iba a ninguna parte sin ella.
Su mano se movió instintivamente hacia la Katana, la cual brillaba y vibraba con anticipación. ¡Atticus la había ignorado durante demasiado tiempo!
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