Shuri Himejima

Un chico de 15 o 16 años, que parecía tener entre 17 y 18, entro en un restaurante muy común, con una fachada azul, que tenía un leve estilo antiguo.

- Yue-kun, llegaste temprano, siéntate, tu comida esta lista –dijo una mujer de pelo largo y negro.

- Gracias, Shuri-neesan –respondió el chico al que la mujer se dirigió como Yue-kun.

Yue Tianlei era un chico de 15 años, cuyo padre era chino y madre japonesa, de ahí su nombre. Sin embargo, también era un hombre que había recuperado la mayoría de los recuerdos de su vida anterior.

Todo sucedió hace 5 años, cuando su Engranaje Sagrado despertó.

Yue Tianlei, que desde muy pequeño tenia sueños extraños, sobre cosas que no entendía o recuerdos aleatorios en ciertas circunstancias, poco a poco tuvo su personalidad influida por ellos, así, empezó a hacer ejercicio cuando antes no le gustaba, vagaba por la ciudad recaudando información sin saber porque, sobre todo, después de conocer la existencia de una cierta Academia Kuoh, e incluso, se motivo a aprender los principios del kunfu, karate, kendo así como yoga, aunque aparte de aprender los fundamentos, solo la yoga es la que tomo más en serio.

Entonces sucedió, a los 10 años cuando meditaba en su habitación, una llama roja dorada lo envolvió repentinamente y le hizo perder el conocimiento, cuando despertó, había recuperado los recuerdos de su vida pasada, al menos, la de sus primeros 28 años, y poco a poco, lo pudo entender todo.

Entendió el hecho de que había reencarnado, y reencarnado en el mundo de High School DXD, o por lo menos algo parecido, aunque la presencia del Engranaje Sagrado, casi no dejaba lugar a dudas.

Tiempo después, un día a los 13 años, mientras estaba dando vueltas por la ciudad, entro en un restaurante al azar para comer, y ahí se encontró con el primer shock de su nueva vida, a parte de la reencarnación, Shuri Himejima.

Fue un shock, porque ya se había determinado la existencia de Issei Hyuodou, que era un año menor que él, y porque ella, nunca debería aparecer en la misma ciudad que la Academia Kuoh, al menos según sus recuerdos. Que ella estuviera ahí, en ese mismo momento, significaba que el futuro que conocía, ya no existía, y el camino que ya había contemplado hasta cierto punto, se volvía horriblemente borroso.

Después de calmarse y usar ciertos trucos con la magia, entendió las nuevas circunstancias, lo que le calmo, emociono y hasta cierto punto, lo asusto.

- Aquí está tu comida, Yue-kun, siento haberte hecho esperar –dijo Shuri después de unos 10 minutos, mientras ponía la comida frente a él.

- No, no, incluso esperar todo el día valdría la pena –respondió Yue.

- Fufufu, ¿es así? –respondió ella, con una sonrisa juguetona.

Yue miro a la mujer que tenía frente a él, era una mujer que parecía tener entre 25 y 30 años, a pesar de que mínimo debería tener unos 32 o quizás hasta 38. Con el pelo negro, sedoso y brillante, que llegaba debajo de sus hombros, llevando un kimono de estilo antiguo, que no ocultaba su figura, tan exquisitamente bien proporcionada, lo cual la hacía ver tanto sexy, como elegante.

Yue podía apreciar unos pechos llenos y firmes, una cintura delgada y tentadora, unas nalgas redondeadas y apretadas, mientras que lo poco de sus piernas que asomaba del kimono, demostraba que eran firmes, blancas y extremadamente suaves, como si brillaran.

Aunque ella no era totalmente como la descripción de Akeno en forma madura, pues después de todo, era una persona real y no un dibujo del manga o imagen del anime, aun era muy hermosa, combinando lo mejor de una joven fresca y exuberante, con el atractivo fatal de una mujer madura y serena.

- … … pequeño Yue, ¿has mirado suficiente? –hablo Shuri, con un tono de fingido enojo, al ver la mirada perdida pero apasionada del chico frente a ella.

- No, aunque mirara para toda una vida, nunca sería suficiente –respondió Yue con un tono juguetón, fingiendo ser romántico, e imitando de forma muy obvia, a un caballero de palabras floridas, mientras lanzaba una mirada que en realidad decía, que no era del todo una broma.

- Bah –respondió ella, fingiendo no notar su mirada, y dándose vuelta hacia la cocina– voy a atender a mis otros clientes.

- Pero hoy es fin de semana, y no tienes clientes, aparte de mi –murmuraba Yue, viéndola entrar en la cocina.

Este era un restaurante común, familiar y no muy popular, pues aunque Shuri tenía muchos admiradores, que venían principalmente para coquetear con ella, en los fines de semana estaba casi vacío, por supuesto, Yue sabía que era de esa manera por algo más.

Yue había usado magia en Shuri para leer su mente, por lo que descubrió lo sucedido en el pasado, y lo que había cambiado.

Descubrió, que cuando Shuri y su hija casi fueron asesinadas, en realidad Akeno perdió la mente por un instante, lo que provoco que sus poderes se salieron de control, vaporizando con rayos todo a su alrededor, a más de cien metros de circunferencia, y aparte de ellas dos, solo unas tres personas sobrevivieron, pero el despliegue de poder, llamo la atención de muchos, lo cual causo que Rias, junto con su grupo, llegaron antes de lo previsto.

Rias encontró a la pequeña Akeno al borde de la muerte, esto, debido a que su pequeño cuerpo, no podía resistir todo su poder, y decidió salvarla, convirtiéndola en su Reina.

Originalmente, Shuri también se convertiría en el siervo de Rias o de Sona, que pasaba a estar presente, pero ella se negó, a pesar de las suplicas de la pequeña Akeno, pero con la llegada del grupo de Baraqiel, y Shuri, que a pesar de estar muy grave, todavía era mejor que momentos antes su hija, pudo sobrevivir.

Después, Baraqiel casi se lanza contra Rias y los Gremory, por lo que supuestamente le hicieron a su hija, pero Shuri, aun herida, se interpuso y abofeteo a Baraqiel, diciéndole que alguien que no estaba en el momento adecuado para salvar a su hija, no tenía derecho a opinar respecto a esas circunstancias.

La razón por la que Shuri no acepto convertirse en un demonio, a pesar de la amenaza de morir, era que no quería que Baraqiel hiciera algo estúpido, por pensar que "sus" mujeres, fueron "secuestradas" y "hechizadas" por los demonios.

Después de eso, la relación de Akeno con Baraquiel fue mejorando, y aunque no eran el dúo perfecto de padre e hija, se llevaban mucho mejor que en la historia original.

Por otro lado, la relación de Baraqiel y Shuri, fue de viva a muerta, pues aunque ella no lo culpaba, aun se sentía muy decepcionada, sobre todo porque sabía que los Himejima, solo fueron los perpetradores, mas no el cerebro; sin embargo, Baraqiel sabiéndolo, solo podía esperar y ver, lo que para colmo, termino en una situación que avergonzaba a todo aquel Ser, que se supone había vivido una pequeña eternidad, por lo tanto, ellos terminaron separándose, y a pesar de que sus sentimientos no se habían extinguido por completo, definitivamente ya no eran de amor, al menos no de parte de Shuri.

En cuanto a las circunstancias de Rias, a excepción de pequeños cambios, no era tan diferente, pues su carácter y situación no habían cambiado mucho, solo sus sirvientes eran más maduros o estaban menos traumatizados, ya que Shuri resultaba ser como una madre o consejera muy buena para el grupo, sobre todo para Koneko, que ya podía usar sus poderes de nekomata, y se había abierto a la posibilidad de que podría haber más de lo que pensaba en su pasado, aunque aun tenia temores e ira, mezclados con esperanzas.

… … … … … …

Este restaurante se había vuelto un lugar donde demonios y ángeles caídos se reunían, aunque un poco exagerado, ya que para no causar problemas, a excepción de Akeno, el grupo de Rias procuraba no venir, y en cuanto a los ángeles caídos, solo Baraqiel visitaba.

Yue había tenido suerte, al menos en un principio, dado que nunca se había encontrado con nadie que no fuera Shuri, aunque ahora que se acercaba a los 16 años y Rias entraría a la Academia Kuoh, estaba pensando en cambiar eso, solo necesitaba un poco mas…

Después de terminar de comer, Yue tomo sus platos y fue a la cocina donde Shuri preparaba más alimentos, para su hija que vendría hoy.

Él, la miro por detrás, no solo disfrutando la hermosa vista que ella daba solo por estar ahí parada, sino también, recordando que había estado "persiguiendo" a esta mujer en los últimos dos años, aunque ella siempre lo rechazaba, Yue suponía que aparte de no querer una relación, Shuri todavía lo veía como a un niño, a pesar de que a diferencia de ella, el siempre había parecido mayor a su edad.

- Ara, Yue-kun, no necesitabas limpiar la mesa –dijo Shuri dándose vuelta, al percibir su mirada.

- Quería preguntar algo a Shuri-neesan –respondió Yue– Veras, pronto será mi cumpleaños dieciséis, en dos meses para ser exactos, pero quería pedirte por adelantado una cita, para ese día.

- … … ara, ara, Yue-kun, veras…

- Tu sabes que no tengo quien me dé un regalo, aparte… –interrumpió Yue antes de ella pudiera responder, luego puso una mirada extremadamente seria, como para demostrar que sus siguientes palabras no eran una broma o excusa– … hay algo muy importante de lo que necesito hablar contigo ese día, por lo que, tanto para que escuches lo que tengo que decir, como para complacerme ese día, acepta mi invitación. Por favor.

- … … … –mientras ella miraba su cara seria con un dejo de suplica, ella asintió y acepto– … en esta ocasión aceptare, recuérdame unos días antes.

- Gracias, Shuri-neesan –respondió Yue, dándose la vuelta y abandonando el restaurante, como temiendo que Shuri cambiara de opinión.