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EL OSCURO DESIGNIO (59)

¿Hay alguna abertura o entrada de alguna clase en la Torre?

Espere un minuto. Tengo que encender un proyector. Esas lámparas no son lo bastante intensas... No, no hay nada excepto metal liso.

Me pregunto por qué amerizaría aquí dijo Jill a Cyrano. El francés se alzó de hombros.

Supongo que quizá tuvo que posarse rápidamente antes de perder el conocimiento

dijo.

¿Pero dónde pensaba ir?

Hay muchos misterios aquí. Deberíamos ser capaces de aclarar algunos de ellos si aplicamos ciertos métodos de persuasión a Thorn.

¿Tortura?

El largo y huesudo rostro de Cyrano estaba grave.

Eso sería inhumano y, por supuesto, el fin nunca justifica los medios. ¿O esta afirmación es una falsa filosofía?

Yo nunca podría torturar a nadie, y no permitiría que nadie lo hiciera por mi.

Quizá Thorn quiera darnos voluntariamente su información cuando se dé cuenta de que no podrá ser libre hasta que o haga. Aunque realmente no lo creo mucho. Parece más bien testarudo.

La voz de Boynton les llegó de nuevo:

Con su permiso, Miz Gulbirra. Voy a traer de vuelta el helicóptero. Todo parece funcionar bien. Mis hombres pueden llevar de vuelta a Thorn en el bote.

Permiso concedido dijo Jill. Si es operable, llévelo hasta el techo de la Torre. Nosotros iremos allá más tarde. Al cabo de diez minutos el operador del radar informó que el helicóptero estaba despegando, Boynton añadió que todo estaba funcionando perfectamente.

Dejando a Coppename al cargo, Jill bajó al hangar. Llegó a tiempo para ver cómo el ensangrentado cuerpo de Thorn era izado desde el bote. Aún estaba inconsciente. Siguió a los camilleros hasta la enfermería, donde Graves se hizo cargo inmediatamente de él.

Está en estado de shock, pero creo que podré sacarlo de ésta. Por supuesto, no puedes interrogarlo ahora.

Jill apostó dos guardias armados a la puerta y regreso a la sala de control. En aquellos momentos el dirigible estaba elevándose, dirigiéndose de nuevo hacia la cima de la Torre. Media hora más tarde, el Parseval estaba de nuevo flotando sobre el campo de aterrizaje. Esta vez, se situó a doscientos metros del domo. Su morro estaba orientado contra el ligero viento, y sus propulsores giraban lentamente.

Al cabo de poco tiempo, la pequeña vagoneta construida por los mecánicos era bajada a la superficie. Tras ser arrastrada hasta la entrada, fue llevada hasta tan adentro como dos hombres pudieron llegar. Luego, largas pértigas preparadas por los mecánicos fueron utilizadas para empujar la vagoneta más hacia el fondo. A medido que eran necesarias les iban siendo añadidas extensiones a las pértigas. Poco después, la parte delantera de la vagoneta se apoyaba contra la pared del fondo.

Después de tomar seis fotografías, la vagoneta fue traída hacia el exterior mediante una larga cuerda. Jill extrajo ansiosamente las grandes placas, que habían sido reveladas electrónicamente en el momento de la exposición.

Miró a la primera.

No está aquí.

Se la tendió a Cyrano. Este dijo:

¿Qué es eso? Un pasillo corto y una especie de portal al extremo. Parece como si hubiera un ascensor más allá, ¿no? Pero... no hay cabina, y tampoco cables.

No creo que Ellos tengan que depender de algo tan primitivo como cables dijo Jill. Pero es evidente que Piscator pasó a través del campo y que tomó el ascensor.

¿Pero por qué no ha vuelto? Tiene que saber que estamos preocupados. Hizo una pausa, y luego dijo:

También debe saber que no puede quedarse para siempre ahí. Sólo quedaba una cosa que hacer.