Siguiendo las señales de Suru, termine mascando una docena de sombras de exorcistas mobs y requisando sus armas sagradas, y lo digo, estos juguetes sagrados son divertidos, para mí que soy técnicamente un demonio, no puedo tocarlas o me quemare las manos pero~ si cubro mis manos con una ligera capa de sombras puedo usarlas sin problema, ante las dudas use protección (guantes).
Sosteniendo un par de pistolas mágicas con munición de luz y con un par de espadas de luz láser colgando de mi cinturón debo admitirlo.
--Ja jajajaja~ esto es divertido~ *Piu* aunque aún sabe horrible.
Escupí los restos de las sombras de los exorcistas y digerí lentamente la nueva información y honestamente no me gusto.
--Ah~*Suspiro* ¿Por qué en cada dimensión o universo, las religiones monoteístas son tan molestas? Aunque la técnica de fabricación de las balas de luz es una grata sorpresa~
Sintiendo un nuevo dolor de cabeza, lance mis preocupaciones a un rincón y volví a mi juego de mímica de Gun-Kata con las pistolas y las espadas laser, estoy esperando que un Ángel caído, demonio u cualquier otra cosa pique el anzuelo que es Iseei, no interferiré en su emotivo y casi letal encuentro con Freed pero cazare a cualquiera que quiera ver el espectáculo gratis.
Y hablando de pescadores de aguas revueltas.
***
Un joven alto y delgado de rasgos finos y delicados vestido con un traje de gala militar de colores blanco y oro debajo de una gran túnica o capa de terciopelo negro verdoso observaba desde la lejanía el espectáculo presentado por los demonios dirigidos por la joven heredera de la casa Gremory atravez de un círculo mágico color verde amarillento, el joven estaba sentando cómodamente en un trono de aspecto oscuro y lujoso, tranquilamente relajando sus pies sobre la espalda de una joven mujer semi desnuda de cabello rubio corto la cual usaba como reposa pies o taburete, a su lado otra mujer de rasgos parecido vestida con una versión sexualizada de los hábitos de una monja vertía vino en la copa del joven.
--¡Primero eso estúpidos sacos de plumas! ¡Y ahora! ¡Esa perra pelirroja de Gremory se está inmiscuyendo en mis planes!
*CRACK*
Tras un trago de su copa, el joven iracundo lanzo la misma así una de las otras catorce chicas a su alrededor, las cuales solo permanecieron en su lugar como meros maniquíes o muñecas, ya que su vida hacia mucho que había terminado y ahora no eran más que los juguetes para el joven demonio.
--Diodora-sama... parece que hemos sido detectados por algo.
--¿Algo? ¿De que estas hablando estúpida inútil?
*CRACK*
El joven lanzo la botella a la cabeza de la joven la cual impacto y mando al suelo a la chica quien solo contuvo el dolor y continuo su informe mientras la sangre cubría su rostro en segundos.
--Una señal de energía mágica fue detectada moviéndose a alta velocidad hacia nuestra dirección, el tiempo estimado de contacto es de 1 minuto.
La chica hablo lo más claro y rápido posible antes de caer inconsciente y convulsionar un poco debido a la contusión en su cerebro.
--Inútiles.
Bufo el joven demonio, antes de levantarse de su trono no sin antes patear a la chica a sus pies y caminar hacia la infórmate y pisar su cabeza con furia en su rostro serpentino.
--Bien es hora de irnos~ no puedo dejar que esa puta pelirroja de Gremory o la estirada de Sitri me encuentren en su ciudad... maldición, pero aún tengo que recuperar a mi Asia Argento...
El joven demonio se relamió los labios con lujuria sádica al recordar a la inocente rubia de ojos esmeraldas, sin percatarse de que su propia sombra estaba distorsionándose y doblándose de manera antinatural.
*BANG*BANG*
--¡Astaroth-sama!
Dos disparos y el grito de una de las mujeres, trajo de vuelta a la realidad al demonio llamado Diodora Astaroth.
Una de sus caballeros yacía a sus pies desangrándose por los dos impactos de bala en su cabeza y cuello, el mismo Diodora sintió una extraña calidez de su rostro y tras limpiarse vio la sangre salpicada de su sirviente en su mano, levantando la vista, lo vio.
Un ser humanoide, una figura humana hecha de la oscuridad misma apuntándolo con una pistola plateada grabada con las palabras de su enemigo y los símbolos de la iglesia, un aparente exorcista vestido con una armadura de oscuridad lo apuntaba.
El ser estaba rodeado por sus sirvientas pero aun hacia el demonio no se sentía a salvo, su instinto le gritaba que huyera pero su orgullo y su propia personalidad le gritaban que capturara a ese bastardo y lo torturara antes de darlo de comer a los perros de su casa.
--¡¿Quién eres exorcista?!
Grito el joven mientras señalaba a sus sirvientes que asediaran al intruso.
--Que diminutos son~
Respondió el intruso mientras esquivaba los misiles mágicos y los embates de las chicas ligeramente vestidas con atuendos monásticos adulterados, su mano derecha portaba una pistola de plata, su izquierda el mango de una espada de la cual pronto se extendió una hoja de luz azul celeste que ilumino la sala segando por un instante a los demonios.
En ese mismo instante la figura desapareció.
--¡¿Donde?!
--¡Diodora-sama!
--¡¿Qu---ARGHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!
Diodora Astaroth cayó de rodillas mientras se sujetaba su brazo derecho o al menos lo que quedaba de este ya que había sido cortado por la espada de luz sagrada en manos del sombrío exorcista.
Lágrimas de dolor e ira corrían por los ojos del joven demonio mientras era cubierto por sus sirvientas, el exorcista solo se quedó en el lugar mientras apuñalaba el brazo amputado y convertía en cenizas.
--¡MATEN A ESE MALDITO EXORCISTA!
Grito el demonio mientras un círculo mágico masivo se formaba frente a él, sus sirvientas a su vez también lanzaron sus magias pero no para atacar a exorcista sino para sacar a su amo de este lugar, habían llamado demasiado la atención y ahora un grupo de familiares se movilizaban hacia el lugar. Ellas podían ser castigadas por su maestro pero era mejor que ser ejecutadas por estar en el patio de juegos de las hermanas de dos de los 4 Grandes Maous.
--Lo sentimos Diodora-sama.
Las quince chicas tomaron tanto a su amo como el cuerpo de la otra y desaparecieron en un círculo de tele transportación, dejando solo una habitación llena de humo y sangre atrás. Donde el exorcista armado, revelo el rostro sonriente de un joven de ojos negros como el abismo y un cabello tan negro como la brea, levemente iluminado por las llamas a su alrededor.
--Ja jajajaja~ estos juguetes son realmente útiles~ lástima que no pude abrirle un nuevo agujero para respirar a ese fetichista de monjas~
El pelinegro deshizo su armadura y arrojo sus armas a las sombras antes de recostarse en el trono que antes ocupaba el joven demonio, los tentáculos que emergían de las sombras sacaron múltiples cadáveres de exorcistas y los arrojaban por todo el lugar simulando la escena de una carnicería, mientras otro grupo de extremidades, tomaba con cuidado las botellas de licor en la repisa y las movían a su interior.
--Oí, trae una para acá~
Dijo el joven a uno de los apéndices y este pronto le entrego una de las botellas.
--¿Chateu Mont Albert 1983? Suena caro y debe estar delicioso~
El joven sin ningún tipo de pudor o decencia arranco el corcho con los dientes y saco una copa de la sobra de su chaqueta.
Vertiendo un poco del vino en la copa y colocando el corcho de vuelta a la botella, olio el vino por unos segundos antes de tomarlo, saboreándolo lentamente en su boca antes de finalmente tragarlo.
--¡Oh~ sabrosito y acidito~ justo como me gusta!
Rio el pelinegro sacando nuevamente el corcho pero ahora vaciando el contenido directamente en su boca, importándole poco el circulo demoniaco azul oscuro que se formaba en medio de la sala.
--¡Hyodou Souji! ¿Qué significa esto? ¡...!
La heredera de la casa Sitri, Sona Sitri, salió del círculo acompañada de su nobleza la cual palideció al ver la cruenta carnicería dispuesta por el pelinegro.
--Oh~ My Lady~ ¿Quiere un trago?
El sonriente pelinegro se levantó de su asiento y dio una profunda reverencia sin soltar la botella.
--Dime Souji, ¿mataste a todos estos exorcista?
--Yes, My Lady~
Respondió el pelinegro, trayendo una nueva ola de pavor y miedo a sus compañeros, la joven peón Nimura Ruruko no pudo soportarlo y vacío su estómago, siendo consolado por el rubio cenizo de Seichiro Saji y la platinada Momo Hankai quienes solo vieron con resentimiento y miedo al pelinegro, Tsubasa Yura y Tomoe Megumi se mantuvieron indiferente pero la palidez en sus rostros las delataba.
--¿Que fue ese pico de energía demoniaca y por qué estás en este lugar?
Pregunto Sona a su risueña Torre.
--Algún idiota estaba aquí peleando con los exorcistas y escapo dejando a los exorcistas, vine y limpie el tablero~ por cierto~ no se quien sea ese demonio pero sí que le gusta la buena bebida~
Dijo el joven dando otro trago a la selecta botella de vino en su mano.
--¿Por qué no solicitaste apoyo o notificaste que había un demonio no registrado en la ciudad?
--Hmmm~ no me pareció necesario, no somos los encargados de la ciudad eso es responsabilidad de la pelirroja exótica quien está muy ocupada tratando (Falla) de que mi tonto hermano deje de morir como pendejo~
Comento el pelinegro mientras recibía las frías y calculadoras miradas de las dos bellezas de cabello negro y anteojos, de las cuales Tsubaki Shinra se rindió primero y mostro sus palmas con cansancio y elegancia.
--Kaicho, Souji-kun tiene un punto allí, todo lo que hizo esta acorde con lo que se espera de un demonio y aunque sus métodos son poco éticos o morales aun es lo que un demonio debe hacer al menos la anterior generación.
Comento la Reina de los Sitri mientras ajustaba sus lentes.
--Gracias Tsubaki-sempai... ¿Un trago?
Agradeció el pelinegro a la par que un par de tentáculos de sombras se acercaban con una charola de plata con dos copas de vino tinto en ellas, deteniéndose frente a las dos bellezas.
--Gracias Souji-kun.
Dijo la Vicepresidenta del consejo estudiantil antes de degustar el vino y asentir con sorpresa.
--Dijiste la verdad, quien quiera que fuera, sí que le gusta la buena bebida.
--Jajajaja~ lástima que los pequeños no soportar el espectáculo.
Se burló el pelinegro guiñando un ojo a la recatada Reina Sitri, por su parte Sona Sitri solo observo todo el caos a su alrededor antes de tomar la copa ofrecida por su torre y dio un gran trago.
--Ah... Souji-kun debes dejar de hacer estas cosas, ya no eres un simple asesino, ahora eres mi torre... ¿Entendido?
--Me disculpo, My Lady...
--Deja tu teatralidad Souji... es una orden.
--Entendido.
La sonrisa en el rostro del pelinegro desapareció así como el ambiente lúdico a su alrededor dando paso a una espesa y sangrienta aura que exudaba el joven.
--¿Este es tu Touki, Souji-kun?
--Se podría decir, Sona-sama.
--Este eres tú realmente.
--Mayormente...
--¿Confías en mí?
--Un poco o no te dejaría entrar en mi cabeza.
Dijo el joven sangriento con una vil sonrisa en su boca.
Me gusta el vino y el licor en general...Quien me regala una botellita...