De hecho, ella sabía que él debía de estar hablando en serio.
Pero aún así sentía dudas e inquietud.
Porque quería saber, en su vida anterior, después de que ella fue a prisión, ¿esperó a que muriera para casarse con Lin Xinxin?
O quizás su decisión de no salvarla fue deliberada.
Después de todo, en ese entonces, no existía Hai Lan. Solo su existencia impediría que él se casara con otra mujer...
Hai Xiaotang sabía que esas cosas eran de su vida pasada, y no tenían nada que ver con esta vida.
Además, ahora todo ha cambiado, así que no debería importarle tanto, ser tan mezquina.
Pero aún así no podía evitar pensar en ello y le importaba.
No podía avanzar sin encontrar paz.
—Dongfang Yu, con tal de que digas que estás hablando en serio, te creeré —dijo Hai Xiaotang con una seriedad que desconocía.
Dongfang Yu la sostuvo suavemente, clavando sus ojos en los de ella, su mirada indiscutiblemente seria.
Su voz era más firme que nunca.
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