Lo que quedaba de ciudad Heiss era una pila de escombros relativamente grande.
Incontables fragmentos flotaban en el vacío, grandes y pequeños. Estos chocaban continuamente entre sí mientras se convertían en cientos de pedazos.
―Noscent, que en otros tiempos ha sido gloriosa, acabó de esta manera. Pero quedar así destrozada también es bueno, al menos el maná producido por la Tormenta del Infierno es abundante ―reflexionó Lin Yun de modo casual al salir de la desolada biblioteca y mirar el caótico vacío lleno de fragmentos del continente.
Lin Yun permaneció allí durante unos meses luego de la destrucción de Noscent. Cada pocos días, salía y mataba Bestias de Arena. Esas Bestias de Arena difíciles de tragar eran lo único que le quedaba para comer.
En ciudad Heiss moría gente todos los días... Cada vez quedaban menos personas vivas.
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