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Capítulo 28 — La dama mayor en el juzgado

Cuando la luz verde se fue, todos lograron ver a la hermosa dama mayor, la cual sostenía un cuchillo en su mano derecha y su gema en su mano izquierda. Su gema la bajó hasta su pecho donde desapareció y su cuchillo lo puso en una especie de bolsa que estaba en su vestido.

—¿Qué hace aquí, dama mayor? —Cedius se arrodilló al presenciar la llegada de una mujer que sería la más cercana a una reina. Cedius no tembló y con firmeza clavó su espada en el suelo y apoyo sus manos en la espada con un poco de miedo en su interior. —Perdónanos por lo que hicimos.

El juez superior la miró extrañado por su presencia en este lugar, y sin saber por qué exactamente estaba acá le dijo:

—De verdad, no tenías por qué haber venido. —El juez actuó manteniendo su autoridad y poder frente a los demás exceptuando la dama mayor. —Es mejor que te vayas, Noi.

La dama mayor, con un semblante que demostraba un gran asco ante lo que había sucedido, le respondió a el juez superior:

—¿En serio?, ¿Permitiría que siguiese este caos? ¿Acaso eres idiota?

—A ti no te debería importar eso ¿¡No tienes algo mejor que hacer en vez de llegar a pincharme el culo!? —El juez superior empezó a enfurecerse cada vez más por la interrupción que estaba haciendo la dama mayor en este juicio y esta batalla, y tomó su gema preparándose.

—Si te atreves a usar esa gema…

Tengo cosas importantes, pero vengo a advertírtelo, juez superior. —La dama mayor dejó de ver los cadáveres y observó fijamente al juez superior con suma autoridad y poder.

No era normal que una figura tan importante en el reino estuviera aquí porque sí, ella estaba para parar este conflicto y darle una advertencia a el juez superior, ya que él provocó esto con sus actos injustos y discriminatorios.

La dama mayor era de los pocos nobles, como Lylia, Cedius y unos más, que compartían la idea de no juzgar a alguien por su apariencia sin antes conocerlo. Noi Sotyt no podía juzgar a nadie sin antes saber los actos que este cometió. Sin duda ella era una buena candidata a ser la jueza superiora.

Noi Sotyt era de las figuras más respetadas del reino de Aria, pero al mismo tiempo era tan misteriosa que su padre biológico era un misterio. Incluso se rumoreaba entre hechiceros que Noi Sotyt utilizaba su gema para evitar que supieran, por medio de magia, que persona en el reino era su familiar.

—¿¡Advertir que!? —El juez estaba hirviendo de ira por completo. Sabía que iba a joderlo a él y no iba a perjudicar tanto a Cedius esta advertencia. El juez superior, si pudiera, hubiese matado desde hace un rato a la dama mayor, pero entre los dos había una diferencia de poder más que abrumadora.

Era una batalla dos contra uno, una batalla sumamente desfavorable para el juez superior, quien apretó su puño con ira.

—La advertencia es que dejes de hacer actos tan injustos, porque sabes muy bien que no tolero eso. —La dama mayor ya había dado su advertencia al juez superior y era lo que este ya esperaba con odio escuchar.

El juez superior era tan cruel y despiadado que no le importaba en lo absoluto esta advertencia. Él haría lo que se le plazca, lo que quiera.

—¿Y si me niego? —El juez superior sonrió con malicia y descaro burlándose de la dama mayor, pero...

—Entonces tendré que crear un golpe de estado entre yo y varios nobles para derrocarte de tu puesto y así dárselo a Cedius. —La dama mayor fue clara y franca con su nueva advertencia. Si el juez superior no quería cambiar sus opiniones e ideas discriminatoria, sería derrocado y posteriormente, arrojado a la tierra de bestias en las fronteras del reino para que los lobos lo devorasen.

La dama mayor hablaba con autoridad y confianza en sus propias palabras, lo que sería digno de una verdadera reina. Por supuesto, Noi Sotyt era lo más cercano a reina en este reino y por tanto era una mujer muy respetada como si se tratase de una verdadera reina, de hecho, poco a poco ganaba personas que querían eliminar el sistema de los cuatro poderes y hacer a Noi como la reina.

Todos los que habían presenciado su llegada tomaron asiento y con sus gestos dieron a conocer mientras le alababan, ya que ella era una mujer de suma autoridad y respeto que iba más allá que el juez superior o un rey de la espada.

—¡Hkkk! Como quiera. —El juez no tenía tanto respeto por parte de muchos nobles y el pueblo, por lo tanto, su autoridad era inferior a la de la dama mayor, y por esa razón odiaba a muerte a la dama mayor, quien había poco a poco destruido la autoridad que el tenía hasta dejarlo en el punto en el que esta.

Pensó que se volvería más respetado y reconocido si hacía este juicio y tomaba las opiniones de los que estaban llenos de odio como un hecho. Sin embargo, nada sirvió y había perdido una gran cantidad de respeto por querer ganar más.

—También tengo algo para el ex alto caballero, una advertencia. —Seguramente con lo sucedido, la dama mayor debía dar una advertencia no solo a el juez superior, sino todo aquel que se vio envuelto en esta batalla.

Los únicos directamente envueltos en esta batalla solo eran Cedius y el juez superior, esto si se olvidaban del difunto Luit, que prácticamente se había suicidado.

Cedius no dejó de estar en su pose de inferioridad ante la dama mayor del reino de Aria. Cedius sintió algo de miedo por pensar en lo que Noi diría, ya que ahora ya no tenía la misma autoridad que antes.

—Cedius, lo que hiciste…, sé que intentaste que fuera lo correcto, pero gracias a tus actos murió el chico profeta. No quiero que vuelva a ocurrir algo así. —La dama mayor lamentó la muerte de Luit el cual su cadáver desapareció sin mostrar rastro alguno, ni siquiera la sangre estaba ahora. —¿Eh? ¿Y Luit? ¿Ahh?

Cedius sintió el peso de su pecado cayéndole encima gracias a la dama mayor, quien le había recordado lo que en parte había sido culpa de él, ya que sabía como era ese chico, sabía que tan peligroso era un combate en este lugar tan lleno de gente, sabía todo eso y decidió hacer el enfrentamiento. Era inaceptable e irresponsable. Cedius dejó caer su cabeza enfurecido consigo mismo y se dijo en su mente:

«Pude haber matado a alguien más. Por dios, ¿qué hice?»

—Lo siento... —Cedius clavó con más fuerza su espada en el suelo y quiso pensar que nada fue real.

—¿Y el cadáver de Luit? —preguntó Aldeib al observar por todas partes y no encontrar algo que dijera que Luit había muerto realmente. Aldeib parecía muy extrañado y confundido en esta situación. Notando lo raro, decidió buscar con su vista a Luit, pero no lo encontró. —¿¡Qué pasa en este mundo!? Cada vez entiendo menos…

—Es verdad. ¿Qué está pasando? —La dama mayor también estaba muy confundida por lo que estaba sucediendo, no solo la desaparición de Luit o lo que quedó de él, sino por la presencia de alguien tras ella…, y darse la vuelta, lo vio.

El chico de cabello dorado y ojos rojos la miró y le sonrió diciéndole con algo de descaro y malicia:

—¿Que tal, falsa reina de esta nación? —Luit se mostraba relajado y parecía que su muerte y todo lo que había sucedido no fue nada para él. De hecho, no mostraba señales de haber peleado en varios años y hasta parecía que se veía completamente nuevo y rejuvenecido.

—¿Qué mierda? ¿No se supone que volaste en cien pedazos? —Preguntó Cedius que se levantó de su arrodillamiento y miró a Luit con una cara que expresaba su miedo e incertidumbre por lo que había sucedido frente a sus ojos.

—¿No crees que los dioses están de mi lado? —dijo Luit, mostrando una leve sonrisa malvada que demostraba que lo que decía era la verdad absoluta. —No puedo morir, aunque quiera.

¿Por qué cuando Cedius lo agarró del cuello no tuvo miedo? ¿Por qué en el ataque de hace unos minutos murió con una sonrisa? Tenía sentido que "la voz de Dios" fuese ayudada por los dioses para que cumpla la misión que los dioses le encomendaron en este mundo. Esta misión tendría obviamente peligros, riesgos y sacrificios para que se cumpliere todo al pie de la letra, como los dioses querían. Uno de esos sacrificios fue la muerte anterior que tuvo..

—Te ordeno que no me digas "falsa reina". —dijo la dama mayor sacando su cuchillo con su mano derecha, lista para asesinar al chico la próxima vez que le dijera falsa reina. —Si solo para eso reviviste, hubieras permanecido muerto.

—No eres solo una falsa reina, sino que eres la falsa estelar humano actual. —Luit sabía lo que se avecinaba, una muerte segura, pero aún así no le importaba en lo más mínimo. ¿Decirle las verdades a la dama mayor también es parte del plan de Luit y los dioses? Tal vez sí... No, no es un tal vez, es un sí definitivo. —Como te dije, soy incapaz de morir.

De pronto, la dama mayor con ira hizo un corte perfectamente vertical con el cuchillo atravesando por completo a Luit, haciendo que este bañara a todos con su sangre y el cuerpo de Luit partido en dos, y cayó al suelo.

—Tu merecido.

—¿Falsa reina, falsa estelar humana? —Era de lo que todos en los asientos que presenciaban lo que estaba pasando, estaban hablando, hablando y dudando de la dama mayor, que en un instante empezó a perder mucha autoridad por culpa de Luit.

—Sí, como lo escucharon, falsa reina y falsa estelar humano. —Luit estaba parado atrás de la dama mayor, con una sonrisa que demostraba otra vez calma y también serenidad. Su cuerpo estaba limpio y sin marcas de una pelea, era el arte de un poder que rompía la leyes naturales del mundo, un poder que quebrantaba el ciclo de la vida tal y como se conoce: el poder de revivir.

Todos estaban maravillados y a la vez asustados por lo que Luit era capaz de hacer. Cedius estaba completamente aturdido por lo que sucedía, pero a la vez mostraba gran asombro. El juez superior no comprendía nada de lo que pasaba y todo esto se volvía confuso para él. Los arrestados no entendían lo que sucedía y solo se limitaron a ver. Los caballeros y las personas que presenciaban todo estaban muy confundidos y empezaron a discutir sobre lo que Luit había dicho de la dama mayor, pero no llegaron a golpearse.

El cuerpo de Luit recibió otro corte vertical volviéndolo a partir en dos pedazos y dejando ver todo su interior. De su corazón partido, sus venas y arterias, salieron grandes cantidades de sangre de manera descomunal que de pronto desapareció como por arte de magia.

Esta vez, Luit apareció en frente de la dama mayor, a unos metros de lejanía de ella. Habló con voz calmada y un rostro igualmente sereno:

—No tienes por qué matarme. De hecho si gustas me puedo retirar. —Luit le ofreció esta propuesta a la dama mayor, sabiendo que esta la aceptaría de inmediato.

—Obvio, retírate en este instante. —contestó la dama mayor, completamente enfurecida por lo que Luit le estaba haciendo pasar frente a muchos del reino. —Vete, no regreses más, basura. —Había quedado mal frente a la gente que le tenía miedo y respeto, pero que ahora parecía que no sería así por la desconfianza que generó a Luit a todos.

Luit dio una media vuelta y con una sonrisa en su rostro comenzó descender del aire y cuando tocó el suelo, caminó hacia la puerta del juzgado en donde estaba un guardia y le preguntó:

—¿En serio se piensa retirar? —El caballero tenía una mirada firme y estaba listo para un sí y abrir la puerta lo más rápido posible.

—Supongo que es obvio que sí. —Luit seguía con su sonrisa que daba un tono aterrador al ser mezclada con sus ojos rojos. —Ábrela.

Así, la puerta fue abierta por el caballero utilizando una palanca y Luit salió del juzgado sin mirar atrás, había cumplido su objetivo y ahora estaba muy feliz de haberlo logrado. Luego, la puerta del juzgado fue cerrada nuevamente por el caballero que se encargaba de abrirla y cerrarla.

—El más malcriado se ha retirado. —La dama mayor miró hacia el juez y le dijo con un tono frío y autoritario: —He escuchado todo este caso desde la sombras con mis espías, por lo tanto deben encarcelar de forma temporal a todos estos chicos que el día de hoy se les hizo juicio: Aldeib, Eilí, Raylt, Sara, Luisa y Denep. Mis espías se encargaron de recolectar la máxima información de ellos seis. —Noi le dio órdenes al juez superior de investigar el caso y mientras tanto mantener a los chicos arrestados de forma temporal.

No era algo tan malo como se podría creer, incluso, Aldeib esbozó una pequeña sonrisa de alegría por este milagro que creyó que hubiera sido imposible. Sin embargo, para sorpresa de Aldeib, aún tenía una oportunidad muy grande para salvarse de este problema.

La dama mayor. Era seguro decir que había conseguido mucha información de los seis chicos, al fin y al cabo, ella mencionó tener espías que posible desde la sombras estuvieron vigilando todo, esa pudo haber sido la razón por la cual ella llegó tan rápido a este lugar y conocía la situación como la palma de su propia mano.

—¡Hkk! ¿Por cuanto tiempo? —preguntó el juez superior con algo de rabia en su tono de voz el cual era grave y fuerte.

—Dos semanas, como mínimo. —respondió la dama mayor a la duda que el juez superior tenía.

—Dos, simplemente dos semanas como mínimo. —dijo el juez superior con enojo.

Dos semanas tal vez eran suficientes como para investigar el caso utilizando testigos y espías. Claro, Luit era una pieza clave que podría decidir si los chicos eran arrestados o no, pero ¿por qué? Fácil, Luit por su personalidad se podría decir que solo haría algo por su conveniencia y esto le implicaba estar de un lado o de otro. Aunque de alguna forma, Luit parecía estar más a favor de Aldeib y los demás, que a favor de la nobleza, por lo tanto tal vez diría la verdad e incluso podría deformar la realidad para hacer quedar a los chicos inocentes e impunes.

El juez injusto con dolor en su corazón de piedra, levantó el mazo con su mano derecha sobre su cabeza y dio un golpe finalizando por completo todo el juicio y el caos que había sucedido.

—Fin del juicio y como repaso: Aldeib, Eilí, Denep, Luisa, Sara y Raylt quedarán encarcelados durante dos semanas, mientras se investiga sobre su caso. —El juez se reacomodó en su asiento y miró a la dama mayor y murmuró: —Maldita mujer.

En ese momento en la boca del prisionero temporal, Aldeib, la alegría salió desde el fondo de su corazón, y no solo siguió con su sonrisa esbozada, sino que quiso brincar de alegría al darse cuenta que en este mundo, por fin le salía bien algo. Tenía a la suerte de su lado por primera vez en su vida y era algo digno de un fiesta enorme.

Al investigar el caso fondo, era probable que se llegara con la verdad absoluta y se tomara a Aldeib como un inocente, alguien que se defendió o como mínimo pocos años en la cárcel. Tal vez para Aldeib los escenarios que podrían pasar no eran los mejores de todos, pero sus amigos le podrían ayudar mientras está en prisión, visitándolo y apoyándolo.

—No. Me niego a eso. —dijo en voz baja.

Los demás aseguraban que si toda la verdad salía a la luz, serían inocentes y esto alegró el corazón de todos los que iban a ser encarcelados de forma temporal. Solo esperaba que nada de lo que estaba sucediendo fuera en vano por la mala suerte. Al final, este caso dependía de a quien apoyaría Luit.

Los que fueron arrestados miraron a Cedius y Melid, que les regresaron la mirada con una sonrisa. Era obvio que los chicos confiaban en esos dos para que el caso fuera tomando el rumbo de la verdad.