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Capítulo 2- Ida

Su sangre había inundado todo el piso, las plantas de mis pies sentían una humedad fría, mis medias que eran blancas estaban absorbiendo su sangre y tiñéndose lentamente de un rojo escarlata. Miré a mi padre una vez mas no podía creer lo que estaba sucediendo pensé «¿será esto una pesadilla, acaso me he quedado dormida sin darme cuenta?».

Me acerqué al cuerpo de mi padre estúpidamente para asegurarme de que esto no podía estar pasando, de pronto recordé el día de ayer en la heladería esa maravillosa y resplandeciente sonrisa, su voz grave que decía mi nombre y esos cálidos y hermosos ojos café claros que me miraban.

Luego esa imagen empezó a desaparecer y aparecer de forma rápida, mi corazón empezó hundirse como si pidiera a gritos ayuda, un dolor agudo presionando mi pecho.

Cerré mis ojos fuertemente y empecé a sentir unos golpes en mi cara. Abrí mis ojos y era mi hermana quien me golpeaba con su cara vuelta un desastre en lágrimas mientras gritaba:

-Emilia, Emilia reacciona, nuestro padre Emilia, nuestro padre se ha ido.

Mis ojos se abrieron como si fueran a salirse, caí al suelo empapado de sangre y esta vez fui yo la que soltó un grito fuerte y aterrador. Mis lagrimas empezaron a caer y mi pobre hermana se agachó junto a mi y me abrazó para tratar de consolarme aún cuando ella misma también necesitaba consuelo.

...

Han pasado unos días, mi madre se mantiene bajo los efectos de los sedantes y en cama todo el tiempo, mi hermana mayor es quien se ha encargado de todo a veces la miro un poco y veo esas sombras de dolor y cansancio debajo de sus ojos y yo pues no e vuelto a soltar una sola palabra de mi boca me he encerrado en mi habitación como si fuera una burbuja que me protege un poco más del dolor pues cada vez que salgo es como si saliera a un mundo completamente extraño y diferente, a un mundo vacío, a un mundo sin él. Lloro y lloro como si mis lagrimas no tuviesen fin,

- ¿Papi por qué lo hiciste? ¿Por qué nos has abandonado?

El dolor era tan grande que sentía que mi pecho era aplastado y mi garganta se sentía estrangulada. Mi amado y cálido padre había decidido irse.

«Me imagino que ha de haber sentido mucho dolor detrás de aquella hermosa y radiante sonrisa que yo tanto amaba ¿por qué no me pude dar cuenta de su angustia? Si me hubiese dado cuenta lo hubiese llenado de más a amor, si hubiese sabido le hubiese dado un abrazo fuerte en la heladería, si hubiese sabido no hubiese permitido que mi madre me llevara a la habitación y me hubiese quedado a su lado.»

Mi mente se inundaba de preguntas que hacían que mis ojos se volvieran un mar, ese ¿Por qué? Y ese "Hubiese" Eran un detonante instantáneo para que mi tristeza por perderlo fuera aún más dolorosa y destructiva.

...

Al cabo de un mes mi madre sigue igual bajo los efectos de las drogas quienes la mantienen en un estado de sedación.

Alguien llama a la puerta...

La familia de mi padre a llegado y dicen querer tener una conversación con mi madre a lo que mi hermana responde:

-Mamá no está en condiciones de mantener una conversación adecuada.

Mi tío quien miro a mi hermana con un furia y desprecio en sus ojos le dice:

-Ya fue tiempo suficiente para que vivan en esta casa.

Mi hermana con cara de confusión le pregunta:

- ¿De que estas hablando tío Anthony?

- Dije que tengo que hablar con tu madre, ustedes ya deben marcharse de aquí.

Ellos decidieron ir a la habitación de mi madre por su cuenta mientras mi hermana y yo caminábamos detrás ellos.

Al llegar a la habitación mi tío despertó a mi madre de forma abrupta y le dice:

-Ana necesito que ya desalojes la casa, todo esto fue tu culpa, eres una asesina, mi hermano murió por tu culpa.

Mi hermana y yo estábamos con cara de asombro. «¿Qué es lo que acaba decir? ¿Acaso se ha vuelto loco? ¿Cómo es que este hombre se atreve a decir eso? Mi madre quien siempre ha sido devota a mi padre a nuestra familia y hogar jamás sería capaz de haber asesinado a mi padre».

Una vez mas de mis ojos estaban saliendo lágrimas de dolor.

-Mamá por favor contesta! --Dije sin pensar.

Mi hermana con una mirada triste y llena de cansancio me tomo de la mano y me llevó fuera de la casa.

Tras salir mi hermana comenzó a llorar sosteniendo fuertemente mi mano y me dijo:

-Tranquila mi pequeña hermanita nada de lo que ellos dicen o digan es cierto. Todo estará bien, no llores.

Luego se escucharon unos fuertes gritos de discusión y mis tíos salieron enfurecidos vociferando:

-Eres una asesina te damos 3 días para que te marches!

Regresamos adentro y mi madre estaba tirada en el suelo de la sala llorando. Mi hermana me dice:

-No te preocupes por nada solo ve a tu habitación, yo me encargare de todo.

Decidí irme obedientemente y tras entrar solo me tiré en mi cama, no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, pero en realidad lo único que quería era llorar, extrañaba tanto a mi padre y que todo volviera a ser como era. El dolor de mi pequeño corazón era como un cuchillo que atravesaba mi pecho de forma lenta.

Mas tarde me entere que todo era una forma sucia para ellos quedarse con la casa de mi padre.

...

Mientras los días transcurrían mi madre tomo la decisión de mudarnos a casa de mis abuelos fallecidos pues era tanto el acoso constante por parte de la familia de mi padre para que nos marcháramos y así ellos quedarse con toda nuestra herencia que mi madre colapsó. Mi hermana le suplico a mi madre que nos fuéramos ya que también estaba muy cansada y no soportaría la idea de perderla a ella también por la culpa de esos desgraciados más su luto y depresión.

Nos instalamos tranquilamente, mi mundo había dado un giro total.

Mi madre había conseguido un trabajo, mi hermano pequeño era cuidado por una prima de mi madre mientras mi hermana y yo íbamos a la escuela.

En la escuela mis compañeros los primeros días me daban el pésame, pero con el tiempo siempre me miraban con lastima y si no era que susurraban a mis espaldas cosas como "pobrecita su padre se suicido o que lastima fue echada de su casa por su propia familia".

Me daba mal sabor escuchar esos susurros, pero no me afectaba, el sentirme triste y decaída se había convertido en mi estado natural, yo había olvidado como se sentía la alegría.

...

Mi hermana que se había graduado y debía marcharse a otro estado porque había conseguido una beca para estudiar medicina en una prestigiosa universidad entro a mi habitación y me dijo:

- ¡Hola pequeña! Emi desde que papá no está las cosas han sido muy difíciles, hoy me iré, pero sabes que es para poder ser una gran doctora y así poder darles la vida que teníamos cuando papá estaba, por favor sigue siendo obediente y estudiosa mantente fuerte delante de nuestra madre para no causarle más pena y preocupación, sabes q ha sido muy difícil para todos nosotros, pero mamá es muy débil y se desestabiliza emocionalmente muy fácil. ¿puedes prometerme que lo harás?

Sonreí levemente y le contesté:

- ¡Claro lo prometo!

- Gracias mi pequeña hermanita, yo en cambio prometo regresar a casa cada vez que tenga tiempo libre y traerte regalos, Te amo con todo mi corazón.

Mi hermana me abrazo tan fuerte como si quisiera entrarme dentro de ella, Yo le devolví el abrazo, nos mantuvimos así por unos 5 minutos y así fue como me despedí de mi responsable y dulce hermana mayor.

...

Hoy es mi cumpleaños número 11, mi madre está en su trabajo, mi hermana esta en otro estado y mi padre ya no está.

La verdad es que hoy me siento muy sola y triste, es increíble como tu vida puede cambiar en tan solo un instante.

Siento un leve toque en mi hombre y escucho a alguien llamándome

- Emilia, ¡Emilia despierta!, ya es hora de ir a casa.

Era mi compañera con quien tenía tiempo que ya ni siquiera hablaba, al parecer me había quedado dormida en los últimos periodos de clases. Le agradecí y salí inmediatamente pues me avergonzaba un poco mirarla a los ojos y entablar una conversación ya que había pasado mucho tiempo y también la verdad es que mirarla y hablarle me recordaba mucho a los días en los q charlábamos mientras yo esperaba a nuestros padres.

¡Ah! estoy muy somnolienta hoy.

Mientras iba saliendo de la escuela ver a mi compañera sin duda me hizo pensar en aquellos días en los que mi padre venía a recogerme, tenia tantos deseos de saborear ese helado de pistacho.

Estaba cabizbajo recordando cada detalle de esos tiernos y alegres días.

Dos pequeñas y lentas lagrimas recorriendo mis mejillas. «Dios, te extraño tanto papi, decidiste irte y no te imaginas el dolor que nos has dejado». Limpié mis lágrimas y subí mi cabeza pues debo ver a mamá quien me había dejado una carta de felicitación de cumpleaños encima de la mesa junto a mi desayuno con una pequeña nota que decía: "Mi amada hija al regresar de la escuela te esperaré con un maravilloso pastel, ¡te amo! " .

«Sí, debo apurarme en volver a casa junto a mamá y mostrarle una gran sonrisa cuando vea mi pastel» .

Al subir mi cabeza y limpiar mis lagrimas no podía creer lo que estaba viendo, mi corazón empezó a latir como loco, mis piernas temblaron. Era mi padre, mi padre estaba ahí en su auto con esa gran sonrisa resplandeciente que tanto me encantaba. «¿será que Dios me ha dado un milagro como regalo de cumpleaños?»

No pude contener el llanto y mi cuerpo empezó a correr por si solo mientras como una loca gritaba:

- ¡Papá! ¡Papá! ¡Papi volviste!

El amor de mi vida ha vuelto.

pero mientras más me acerco más se va desvaneciendo mi padre «¿Por qué está ocurriendo esto?».

- ¡Papi por favor no te vayas, espera no me dejes de nuevo!

Desapareció por completo.

«Noooo... papa se fue una vez más»

Todo fue producto de mi somnolencia y anhelo.

Mientras seguía cruzando la calle en un estado de agonía a lo lejos escuché una bocina sonando sin parar, una luz fuerte que deslumbró mis ojos luego sentí un fuerte golpe y todo se volvió color negro.

- ¡Emilia, Emilia abre los ojos! ¡por favor, Emilia despierta!

¡Maldita sea llegue muy tarde!

«¿Quién es este niño que me llama con tanta fuerza y angustia? No puedo ver bien, veo muy borroso y mi cuerpo no se mueve, aaah tengo mucho sueño.»

Todo sonido se ha ido y mis ojos terminaron de cerrarse.