—Pequeño Yi, vamos a darnos prisa en entrar —dijo Ye Xiaoyu.
—Vamos —Guo Yi sonrió. Miró hacia la Ciudad de Jade, preguntándose si hoy encontraría un trozo de Médula de Jade. Esperaba que la subasta de hoy no lo decepcionara.
La sala de subastas en la Ciudad de Jade era enorme, con capacidad para miles de personas. Aún así, la sala de subastas de hoy estaba completamente llena. La sala estaba dividida en varias áreas, con las filas delanteras reservadas para los ricos y poderosos, el medio para aquellos con algunos medios, y la parte trasera principalmente para espectadores que habían oído las noticias.
La subasta de hoy era extraordinaria. El Rey del Jade de la Frontera Sur estaba subastando artículos, y la Sala Bagua había traído algunos tesoros para subastar. Solo estas dos noticias eran suficientes para impactar a muchos. El Rey del Jade, un nombre familiar, mantenía el Récord Guinness, presumiendo de las piedras de jade más grandes del mundo y también las más puras.
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