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Matar o morir

"AAAHH AYUDA" gritó alguien a lo lejos.

Al oír esto, rápidamente apretamos el paso para llegar de donde venían los gritos.

Lo que vimos nos impactó, ya que, si, habíamos visto muertos por balas, pero esto era mucho peor. Había tres hombres de pie, con machetes en la mano, dando patadas a alguien que habríamos creído que estaba muerto si no fuera por los gritos.

Mientras estábamos viendo esta escena, uno de los hombres se dio cuenta de nuestra presencia.

"Eh, ahí hay dos pichones más" dijo el que nos vio, alertando a los otros dos." Dadnos todo lo que tengáis si no queréis que os pase lo mismo que a este" nos amenazó, señalando con la punta del machete a la persona que estaba en el suelo.

"¿Quienes sois, y por qué coño le habéis echo eso?" pregunté.

"Somos de la Manada, y este es nuestro territorio. Este tipo no quería pagarnos, y tuvo que pagar las consecuencias, ahora soltar todo lo que tenéis o seréis los siguientes, no tenemos mucha paciencia" nos contestó, mientras se acercaban a nosotros.

De repente, los tres se miraron, y empezaron a correr hacia nosotros.

Sin apenas tiempo para pensar, saqué mi pistola, y disparé al que iba al frente, que era el que nos había hablado.

Bang. Bang.Bang.

El primero falló, pero los dos siguientes le dieron en el pecho y en el abdomen.

Al segundo siguiente colapsó en el suelo, gimiendo de dolor.

"Mierda estos tipos tienen pistolas" dijeron los otros dos, mientras corrían lo más lejos de nosotros posible.

Con las manos temblando, guardé la pistola, sin dejar de mirar al tipo que hasta hace unos segundos tenía intención de matarnos, pero ahora le quedaba poco de vida.

"Joder vámonos rápido" me dijo Jesús, agarrándome de la mano y empezando a correr, arrastrándome con el "como los otros dos vuelvan con más gente estamos muertos."

Poco tiempo después, llegamos al edificio donde estábamos, pero esta vez los guardias estaban atentos. Al parecer, habían oído los disparos.

"Quien hay ahí, levantar las manos."

"Creo que son unos de los que ha traído Félix, déjalos pasar" le dijo el otro guardia. "Me suena que traíais armas con vosotros, llamábais mucho la atención, ¿esos disparos han sido cosa vuestra?" nos preguntó.

"No, estábamos viendo la zona y de repente oímos los disparos, y vinimos corriendo de vuelta" dijo Jesús.

Después de entrar e ir a nuestro apartamento, nos preguntaron que tal había ido todo, a lo que Jesús, al ver que estaba todavía aturdido, dijo que necesitábamos descansar un rato.

Quince minutos después, volví a estar consciente de que por fin estaba en casa.

'Joder me imaginé que a lo mejor iba a tener que matar tarde o temprano, ya que sabía que lo peor de la gente sale en estas situaciones, pero no esperaba que pasara tan pronto' pensé.

Al ver que me había recuperado, Jesús les contó lo que había pasado.

Cuando terminó la historia, me dijeron que eran ellos o nosotros, y que no era mi culpa, cosa que ya sabía, pero que me lo dijeran ayudó.

Después de esto, decidimos que dejaríamos a alguien vigilando por la noche, por lo que pueda pasar, y me ofrecí a hacer la primera ronda.

Estábamos cenando un poco de lo que habíamos cogido del supermercado, cuando de repente se fue la luz.

"¿Mierda no podía ocurrir mientras dormíamos o mañana cuando nos fuéramos?" dijo Petra, mientras encendía la linterna de su teléfono.

Al ver que no volvía sin importar lo que hiciéramos, salimos para ver qué había pasado, y al parecer toda la luz de esta parte de la ciudad se había ido.

Al ver que no había nada que pudiéramos hacer, se fueron a dormir, mientras yo me quedé vigilando, y decidí usar este tiempo para intentar aprender más sobre que era ese orbe que nos permitía hacer cosas que no parecían posibles, y que había pasado.