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El Carnicero De Eones

"Reyes y Emperadores divinos, Dioses Antiguos, Hadas Celestiales, Genios de una Época, no son más que cerdos al matadero frente al Carnicero de Eones." Reseña: El Carnicero de Eones, es una novela de fantasía, aventura, misterio y acción. Basada en diferentes referencias de las novelas del género wuxia o xianxia, con toques de realismo mágico occidental. La emisión de capítulos se hará de tres a cuatro capítulos por semana dejando un intervalo de un día para mantener la calidad del producto. Sinopsis: Una diosa ha recibido un nuevo mundo bajo su custodia, pero una calamidad se aproxima y un héroe es necesario. Acompaña a Deus e Indira en su travesía por el mundo mientras intentar prevenir una tribulación divina, se testigo de su papel en la maquinación de entes incomprensibles y su lucha por escapar del juego llamado destino.

Nexion · Kỳ huyễn
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17 Chs

La mina

—"Es imposible que tengas nueve años, mírate al espejo!"—, refuto Indira indignada.

—"Pero en verdad tengo nueve!"—. Continuó oponiéndose Deus, aún más indignado por la duda sobre su edad.

Indira negó con la cabeza, era imposible que un niño de nueve esté tan desarrollado, pareciera como si hubiera consumido...esteroides...

De pronto los ingredientes mágicos y misteriosos que podia encontrar pasaron velozmente por su memoria.

—"Ah.. tendría sentido... que comer tantos alimentos mágicos y nutritivos hayan acelerado su crecimiento..."—, evaluó perpleja.

Pero análisis fue interrumpido por Augusto que parecía haber vuelto a la vida, —"Santa! El joven maestro Deus no es un adolescente, es un niño! Lo que significa que puede competir con los demás niños!"—, dijo emocionado.

Indira lo miró de reojo y preguntó, —"¿Hay un campeonato de niños también? ¿Cual es el premio?"—

—"El premio es significativo, algo simplemente referencial. Pero no hay problema alguno, podemos junto con los cambios drásticos de esta nueva edición del torneo cambiar el premio principal, el premio irá para el ganador del torneo de niños!"—, dijo rápidamente al no poder evitar ver una luz de esperanza en el plan del señor de la ciudad.

Pero Indira echo un balde de agua fría sobre Augusto, —"Eso no cambia nada, Deus sigue sin tener la preparación necesaria, los jóvenes prodigios y descendientes de grandes clanes han entrenado desde pequeños, si bien no hay conocedores del camino entre ellos, estoy segura qué hay varios maestros de batalla, es muy peligroso."—

Deus acababa de abrir y limpiar sus canales de mana, en condición física debería estar a la par de un maestro de batalla e incluso superior, pero su falta de experiencia y dominio de técnicas era una ventaja abismal, por más que se le diera una arma y atacara d, solo por la agilidad y entrenamiento los demás chicos podrían esquivarlo con facilidad.

No había forma de que permitiese que Deus participase, pero cuando iba una vez más a rechazar la solicitud, Deus habló por sí mismo.

—"Debo participar."—, simplemente.

Indira levantó la ceja, su discípulo no era tonto por lo qué había visto y el uso de las palabras indicaba mucho. Deus no había dicho "deseo", o "me gustaría participar", sino debo. Había un deber e Indira advirtió que había un motivo oculto, pero supo que contradecir a su disculpó o pedir explicaciones delante de Deus no era conveniente.

Sin ahondar más dijo, —"Ya que mi pupilo desea participar, lo permitiré. Pero nos proporcionarán acceso anticipado a la mina y los recursos necesarios para que en el poco tiempo que falte pueda intentar alcanzar el nivel de los demás."—

Este extraño cambio de actitud no pasó desapercibido por Augusto pero simplemente sonrió, era ambicioso conseguir al discípulo de la Santa para la competencia, no era sabio tentar a la suerte intentando inmiscuirse en asuntos privados.

—"Claro que si Santa, enviaré a mis hombres a avisarles cuando el ambiente esté listo, con su permiso,"—, dijo Augusto y procedió a retirarse sonriendo.

Una vez solos en la habitación Indira, pregunto seriamente, —"¿Por qué el cambio de opinión? Sabes muy bien que lo estás preparado."—

—"Maestra, el artefacto me volvió a susurrar, me dijo que es fundamental que logre ingresar a la mina. Por el momento me dijo que aceptase."—, dijo sonriendo.

—"¿Ah? ¿TE HABLÓ?"—, exclamó Indira agudamente. Sus sospechas estaba confirmadas, el artefacto tenía inteligencia y una muy desarrollada.

Un artefacto de tal nivel no era un chiste, tanto su fuerza como su recopilada experiencia y conocimientos lo hacían una voz a considerar. —"Si el artefacto tiene sus motivos por los cuales Deus deba entrar a la mina, debe haber algo que estoy ignorando."—, pensó Indira.

—"Deus, ¿puedes preguntarle al artefacto el motivo? Nos sería de mucha utilidad saber qué ocurre tras bambalinas en este embrollo."—, preguntó interesada.

Pero la respuesta del Niño la decepción. Deus ya le había repetidamente preguntado varías cosas al artefacto, pero solo había conseguido ser totalmente ignorado.

—"En fin, seguiremos con el plan, prepárate!"—

Al día siguiente, Augusto los esperaba en la puerta del hostal con un brillante carruaje, —"Esta todo listo, hemos acondicionado un lugar perfecto para que pueda entrenar el joven Maestro Deus. También tendrá de primera mano los recursos extraídos de la mina, solo debe pedirlos e inmediatamente los obreros le brindarán la cantidad de cristales que necesite."—

Indira asintió satisfecha y procedieron a subir al carruaje.

Una vez en la mina, Indira pudo advertir que había sido estratégicamente camuflada por formaciones, a lo lejos parecía una simple bosque, no obstante, tras ingresar una pequeña fortaleza se alzaba. Las formaciones extraían el mana natural de la tierra y generaba la apariencia o ilusión de un bosque.

Al ingresar, el par visualizó un enorme hoyo en el centro de la fortaleza, ahí rústicamente se había implementado una infinita escalera que descendía a las profundidades de la mina.

Guiados por un guardia uniformado, Indira y Deus descendieron en la oscuridad, el camino era levemente iluminado por una infinidad de antorchas posicionadas en diferentes lugares, cada una de ellas parecía intentar iluminar el lugar con toda su fuerza, más sus intentos eran en vano, ya que la oscuridad se tragaba su luz apenas se alejaba de su origen.

—"Por alguna razón las antorchas o cualquier tipo de luz no logra brillar de manera normal aquí. Tenemos que usar muchísimas antorchas para poder siquiera ver el camino."—, explicó el guardia al ver la mirada consternada de Indira.

Una vez recorrieron por un buen tiempo el camino hacia las profundidades, pudieron visualizar a lo lejos una minúscula luz que se encendía, de un tono azul celeste. Al acercarse, pudieron advertir que la luz provenía de los mismos cristales de mana incrustados en la tierra. Estos estaban repartidos por todos los canales de la mina e iluminaba constantemente todos los caminos y lugares.

Los canales de desplegaban del centro de donde habían descendido y se adentraban en diferentes direcciones, cada uno de ellos era inmenso y en ellos se podía observar caminos y carriles por todos lados. Había carruajes y carreras por doquier, muchas personas avanzaban apuradas y otras paseaban relajadas.

En el centro de todo un pequeño pueblo minero se alzaba, Indira no pudo evitar abrir la boca de sorpresa.

—"Es inmensa!"—, exclamó.

En efecto, la santa podía ahora ver el motivo de interés por parte de los poderes del reino, la mina sencillamente tenía la capacidad de proveer a la mitad del reino de cristales por muchos años, ahora tenía sentido el premio, no importaba cuánto Deus necesitara de los cristales, podía pedirlos diariamente por años y nunca se acabarían, ni siquiera significaban una pérdida real para la mina.

No obstante, lo más notorio de todo ello era el pequeño pueblo minero.

Un pequeño pueblo minero era lo único que había en ese momento, los trabajadores y sus familias residían ahí en donde descansaban del trabajo, se divertían y procesaban ciertas partes del mineral, pero era evidente que con el tiempo y la llegada de más personal pasaría poco tiempo para que el pueblo creciese.

Indira sabía que no faltaría mucho para que el pueblo se convirtiera en una ciudad minera, los cristales valían mucho y el dinero atraía comercio, era seguro decir que en algunos años la ciudad minera se volvería una de las principales ciudades del reino. Si en efecto el control de la nueva ciudad minera persistiría en las mano del señor de la ciudad y su familia, el nacimiento de un nuevo gigante en el reino estaba predestinado.