Capítulo 3.

"Me rehúso" de Danny Ocean sonaba en la fiesta, causando que los adolescentes bailaran a cuerpo pegado y cantaran algunas partes de la canción. Pero no era el caso de Elsa e Hiccup que se encontraban en el baño, encerrados.

—No tienes por que disculparte por sus actos, no eres su madre.— explicó Hiccup.

—Sé que no soy su madre, pero… de igual manera te debo una disculpa. No se si nuestra ruptura solo hará que empeore su comportamiento contigo…— dijo cabizbaja.

—Sabes, Elsa. Siempre he creído que el te detiene, tus notas son cada vez más bajas, faltas más a clase, te cuesta concentrarte en clase… Todo eso es por causa de él.— Elsa lo miró sorprendida.

—¿Cómo sabes todo eso?— preguntó confundida.

—Te veo Elsa.— se acercó a ella, casi a centímetros de distancia. —Yo te veo… Y me preocupo por ti, por tu futuro.— Elsa parecía sorprendida y confundida, la actitud de Hiccup era nueva, aunque siempre lo había visto atractivo, nunca se hubiera visto en esta situación. Mucho menos con la ruptura de Jack tan reciente.

—¿Desde cuando…?— preguntó con voz baja.

—Desde siempre, desde la primera vez que te vi caminando por Emerald. Desde ese momento no he podido dejar de verte, pero estando con él… la escuela, con todo eso, nunca tenías tiempo para voltear la mirada un poco y ver lo loco que estaba por ti. Lo loco que estoy…— suavemente tomó la barbilla de Elsa para hacer que lo mirara. Viéndose fijamente, era demasiada la tensión que había en ese baño.

El chico comenzó a acercar la cara de Elsa a la suya, dispuestos a lo que siguiera, un pequeño roce entre sus labios. La chica dudó un poco, tal vez era muy pronto. Aunque… solo tal vez, siempre lo había estado deseando, pero como lo dijo Hiccup, gracias a Jack nunca había tenido tiempo de ver a quien de verdad la quería. Se dejó llevar sin más, sus labios chocaron con los de Hiccup en un beso lento que poco a poco subió de intensidad. La chica rodeó el cuello de Hiccup con sus brazos, atrayéndolo más hacia ella. La puerta del baño se abrió de golpe, causando que rápidamente se separaran.

—¡¿Es enserio?!— gritó Jack al ver aquel acto, entró al baño y rápidamente se dejó ir contra Hiccup, haciendo que Elsa se golpeara la cabeza con el tocador para después caer al suelo. Un par de golpes en la cara de Hiccup por parte de Jack, uno tras otro, causando que este sangrara de la ceja. El chico tomó al otro y lo arrojó a la bañera, dispuesto a golpearlo más, la chica se levantó y tomó el brazo de Jack con el que se disponía a golpear. —¡Suéltame!— se zafó del agarre para después empujar nuevamente a la chica y hacer que cayera y se golpeara nuevamente con el tocador.

Justo antes de que Jack empezará a golpear al castaño en la bañera, éste con su mano izquierda empujó la cabeza de Jack contra la pared haciendo que este perdiera el equilibrio. Hiccup se reincorporó y soltó unos golpes para después soltar unas patadas en los bajos de Jack, haciéndolo caer fuera de la bañera, rápidamente Hiccup ayudó a Elsa a levantarse.

Rápidamente más chicos entraron al baño y vieron aquella escena, algunas manchas pequeñas de sangre en el suelo y pared. Jack se levantó y se arrojó contra Hiccup nuevamente, pero los chicos lo impidieron. El castaño salió del baño con la chica que se apoyaba sobre él, había sufrido varios golpes en la cabeza.

—¡Te lo advertimos, viejo!— gritó uno de los chicos que trataba de detener a Jack, este no se calmó, al contrario, siguió tirando golpes a diestra y siniestra en contra de los chicos. El resto de la fiesta se acercó a la puerta del baño, viendo aquella escena. Jack estaba golpeando como podía a sus atacantes. Al ser dos, pudieron arrojarlo contra el escusado, este lleno de ira y coraje, tomó la tapa del tanque del escusado y la estampó en la cabeza de uno de los chicos, haciéndolo caer al suelo, este al instante comenzó a crear un charco de sangre alrededor de su cabeza. La música de la fiesta cesó. —¿Rick?— el chico se puso de cuclillas para intentar ayudar a su amigo.

Todos miraban aquella escena con asombro. Entre la multitud se encontraba Kristoff, que miró a Jack con decepción.

—¿Qué carajos te pasa?— Jack al escucharlo, al ver la escena, dejó caer el pedazo de tapa que tenía en su mano y corrió hacia la puerta, todos con miedo le abrieron paso. Jack corrió por las escaleras directo a la puerta de la casa, al salir, pudo ver cómo Hiccup se llevaba a Elsa en su Dixxer.

Jack comenzó a respirar con fuerza, sin control, sus manos llenas de sangre comenzaron a temblar, cerró sus puños con fuerza y salió corriendo del lugar.

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Lunes, 7 de Octubre de 2024.

—Ustedes son muy listos, es por eso que sé que todos aprobarán este examen.— dijo la profesora con orgullo. —Pueden comenzar.— dijo para después sentarse en su escritorio.

Las preguntas eran sencillas, al menos para Anna, que aunque estuviera un poco desconcentrada, sabía las respuestas. El vibrar del celular de la profesora la distrajo aún más. Y todavía más, cuando la profesora tapó su boca con su mano izquierda, sorprendida por el mensaje que le acababa de llegar. —Tengo que salir un momento, chicos. No se levanten de sus asientos.— dijo para después salir del aula, un par de chicos vieron aquella escena sin darle mucha importancia.

La chica se levantó de su asiento y caminó hacia la puerta del aula, pudo ver por la pequeña ventana de la misma a la profesora con el director, ambos hablando, cabizbajos como si estuvieran hablando de algo malo. El presentimiento de que algo andaba mal se hizo más fuerte cuando la profesora se tapó la cara, estaba llorando. El director la abrazó intentando consolarla.

—¿Qué?— se susurró a si misma. El vibrar de un celular dentro del aula se hizo presente, Anna giro a ver de quien era el móvil. Era de Mérida, que demostró una expresión de asombro parecida a la de la profesora. Otro celular vibró y otro y otro más. Las vibraciones inundaron el aula, para que después de unos segundos el celular de Anna también vibrara, era un mensaje de Hans. Al verlo, entendió las expresiones de los demás y lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. —No puede ser… Elsa…—

Aquella noticia sacudió a Emerald Hight. El examen se canceló y por medio de los altavoces todos los estudiantes fueron citados en el campo de soccer, sentados en las gradas mientras el director acomodaba su micrófono para poder hablar.

—El día de hoy. Nos dieron una noticia horrible. Una compañera suya, alumna mía y amiga de muchos, ha fallecido. Elsa Spark era una alumna ejemplar…— seguía diciendo mientras todos escuchaban ese típico discurso que para nada demostraba empatía, solo decía lo que todos ya sabían. Que Elsa era una buena persona. Posiblemente ni el director sabia su apellido hasta esa tarde. Anna podía ver a Jack entre la multitud, parecía calmado para la noticia tan fuerte que se había dado.

Todo era tan confuso, tan extraño.

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—¿Quieres ir a su casa después de clases?— preguntó Hans recargado en el casillero al lado de Anna.

—De hecho, iré ahora. Que el director dijera que tenemos que seguir con las clases a pesar de las adversidades solo demuestra lo poco que le importamos.— explicó Anna, molesta.

—Bien, iré contigo.— ambos chicos salieron de Emerald con dirección a la casa de Elsa, donde pudieron ver la motocicleta de Hiccup estacionada al lado de la acera. Bajaron del auto y caminaron hasta la puerta de la casa. Tocaron la puerta y unos momentos después el padre de Elsa la abrió. Demacrado por la pérdida de su hija, ojeras, pálido y cansado. —Lamento su pérdida, señor…— el padre no dijo ni una palabra, sólo abrazó a la chica. —¿Cómo pasó?— preguntó en voz baja.

—Pasen, por favor…— suplicó el padre de Elsa, para después dejar de abrazar a Anna, tanto ella como Hans entraron a la casa, al acercarse a la sala pudieron ver a Hiccup sentado en uno de los sofás, con una taza de té en la mano. —Les traeré té.— dijo nuevamente el padre, para después ir a la cocina.

—¿Qué pasó? ¿Cómo? No entiendo nada…— dijo Anna, Hiccup dio un sorbo a su taza. —¿Cómo supiste tú?— preguntó. Hiccup dejó su taza en la mesa de centro.

—Le llamé varias veces el sábado, no hubo respuesta así que vine a verla, pero no había nadie en la casa, para mi sorpresa. Estando afuera volví a llamar a su móvil y esta vez contestó su padre. Me dijo que estaba en el hospital, me dijo que había fallecido.— soltó un suspiro pesado. —Que se había suicidado…— Anna tapó su boca con ambas manos, las lágrimas se hicieron presentes nuevamente. Hans la abrazó con fuerza para intentar calmarla. —Rápidamente fui al hospital, pude verla… Tenía unas enormes cortadas en sus muñecas.— sus ojos comenzaban a cristalizarse también. —No pensé que fuera capaz de hacer tal cosa…— cerró los ojos con fuerza.

El padre de la chica volvió con las tasas de té, las dejó en la pequeña mesa para después sentarse en otro sofá. —Sigo intentando, pensar, que fue lo que la orilló a tomar esa decisión… Tal vez no fui un buen padre… tal ves no le presté la atención suficiente…— nuevamente comenzó a llorar. —¿De verdad hice tan mal trabajo? Para que mi hija quisiera irse de mi lado…— Anna se zafó del agarre de Hans para después abrazar al padre de la difunta.

—Usted no hizo nada malo, hizo todo lo que pudo… ella lo amaba, era su adoración. Usted lo era todo para ella…— ambos lloraban, todos lloraban. A excepción de Hans que trataba de contenerse. —Lamento no estar aquí para ella…— dijo comenzando a sollozar.

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La habitación de Elsa era de color azul cielo con algunos estampados de copos de nieve cristalinos, unos posters de algunas boybands y kpopers adornaban el lugar. La cama, totalmente limpia y tendida, todo perfectamente ordenado.

—¿Cómo pasó esto viejo? No pensé que ella fuera suicida, no lo parecía.— explicó Hans, parado al lado de Hiccup, que no dejaba de ver la cama de Elsa. —Simplemente no lo entiendo, tenía planes para su futuro… ¿Por que planeaba su futuro si planeaba quitarse la vida?— preguntó confundido.

—Yo también quisiera saberlo… de verdad no tienes idea de cuánto…— dijo Hiccup sin dejar de ver la cama.

—Simplemente no puedo creerlo…— volvió a decir. —Ella no pudo morir así…— miró a Hiccup con desconfianza. —¿Qué pasó después de la fiesta? ¿La trajiste a casa?— Hiccup lo miró, extrañado.

—Si, la traje a casa y estuvimos hablando un rato…— explicó.

—¿Y luego?— insistió.

—¿Qué quieres decir?— se pusieron frente a frente.

—¿Qué pasó después?— volvió a insistir, con seriedad.

—Lo que va a pasar es que te voy a tirar los dientes si estas intentando insinuar lo que creo…— dijo comenzando a molestarse.

—Solo digo, fuiste el último en verla ¿No? Tal vez le dijiste algo que la lastimó y por culpa tuya se suicidó.— Hiccup bufó.

—Te voy a decir algo, Sherlock. Tus deducciones son muy estúpidas y lo único que estas descubriendo es que tengo más paciencia de la que crees.— ya estaba molesto, la actitud de Hans le estaba colmando la paciencia al chico.

—Solo digo, podría ser que tengas algo que ver con su fallecimiento.— Hiccup no mencionó palabra alguna, solo se le veía molesto. Salió de la habitación no sin antes dar un leve empujón con su hombro a Hans. El chico a paso veloz salió de la casa, subió a su moto y se puso su casco que aún tenía el olor al perfume de Elsa, ese aroma… Lo calmó un poco, encendió la motocicleta y se fue. Sin darse cuenta que alguien lo miraba unas calles a lo lejos.