Enredaderas y raíces emergieron repentinamente del suelo. Eran como enormes serpientes gigantes que parecían tener mente propia, se deslizaban y movían con una velocidad sorprendente. Eran imparables. Eaton fue completamente derribado al suelo por el ataque repentino. No tuvo tiempo de entender completamente la situación, ni siquiera de reaccionar.
Había oído de lo que Lilac era capaz, pero nunca había imaginado experimentar tal poder contra él en la vida real. Además, ella no debería estar despierta, bajo ninguna circunstancia. Se suponía que no podía recuperar la conciencia por sí misma. A menos que algo le hubiera ocurrido a Killian, el lector de mentes.
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