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El Alfa: Reclamando a la Hija de su Enemigo

## CONTENIDO MADURO! ## —¿Por qué tienes cicatrices? —De repente, Iris cambió de tema, mientras miraba a Cane directo a los ojos. Seguía aferrándose a sus mangas. —Tu padre me las hizo —respondió Cane. Pensó que Iris no recordaría esta conversación cuando despertara. —Debe ser muy doloroso. —Lo es. —¿Las cicatrices sanarán? —No lo creo. La noche de verdad te hacía vulnerable y te permitía decir cosas que nunca admitirías cuando estaba claro. La oscuridad ablandaba tu corazón. —Qué pena. Tienes una alma cálida. —Iris frunció ligeramente el ceño. —Ya no tengo alma. Había vendido su alma por la libertad de su pueblo. No quedaba nada de él en este momento. —Sí la tienes, pero estás sufriendo mucho. —Iris parpadeó. —Tu bestia está sufriendo. Tienes tantas cicatrices. —Las únicas cicatrices que tengo están en mi cara. —Iris negó con la cabeza débilmente. —No hablo de tu cara. Hablo de tu alma. Qué lástima, estás sufriendo tanto… lo que mi padre y hermano te hicieron debe ser doloroso… Y después de eso, Iris cerró los ojos y se durmió. ====================== Ella es la hija de un alfa que mató a su familia, arrasó con su manada y también convirtió a su pueblo en esclavos. Ahora, ha logrado vengarse después de diez años de ser tratado como esclavo y vivir una vida que nadie podría imaginar jamás. Vida similar al infierno. Y diez años después, el Alfa Cane logra tomar el control y matar al alfa que empeoró la vida de su pueblo más allá de la muerte. Era hora de que hiciera pagar a los hijos del alfa por lo que su padre había hecho. Solo que... Iris era un renacuajo y era muy diferente a su padre.

i_want_to_sleep · Kỳ huyễn
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1040 Chs

MALA ELECCIÓN DE PALABRAS

La tormenta había pasado y cuando el cielo finalmente se despejó de todas las nubarrones sombríos, todos pudieron suspirar aliviados. Esa fue la noche más horrenda que alguien podría pedir y afortunadamente, llegarían a su destino en unas pocas horas.

 

Ahora mismo, todos estaban revisando sus carruajes y sus pertenencias. Casi todo se había barrido en la tormenta. Afortunadamente, todavía pudieron salvar algunas de sus cosas valiosas.

 

Sin embargo, debido a que los carruajes se habían destruido, debían continuar su viaje a pie. Solo los guerreros tomarían los caballos, excepto Redmond y sus hombres, ya que tenían que vigilar sus alrededores durante el resto del viaje, en caso de que hubiera otro ataque de los monstruos.

 

En esta multitud, Stone encontró a Iris, quien estaba hablando con Hanna. Se acercó a ella con pasos vacilantes. Ania estaba en sus brazos. La niña pequeña dormía en paz, ya que por fin estaba fuera de peligro.

 

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