Una semana ha pasado. El despertador estaba por sonar, pero lo apague, hace más de una hora estaba despierto por los nervios, falte una semana a la escuela y solo me encontraba sentado en la cama con mí ropa puesta pensando en que puede pasar o que no, que puedo controlar y lo que no, solo pedía por qué mí presencia pase desapercibida, pero eso se escapaba de mis manos así que solo cerré los ojos y dije en voz alta.
-Por favor denme fuerzas hoy.
Tras decir eso volví a ver y mire el techo con el único ojo que tenía disponible, había dicho que viviría por lo que no me quedaba otra opción. Tome mi mochila y me la puse, salí del cuarto para luego ver la hora desde mi celular, aún quedaba tiempo por lo que en lugar de salir fui a la cocina donde ya allí abrí la heladera, saque el yogurt en sachet y luego lo serví en un vaso, Mientras lo tomaba veía la casa, a pesar de ser algo pequeña era bonita, la puerta marcaba el eje que dividía la cocina del comedor, este solo tenía una mesa chica y un sofá del lado contrario de la mesa el hecho de que esté viendo de forma tan minuciosa mi hogar es para que mi mente se distraiga de todo aquello que sucedió hace una semana, aún lo recuerdo aquel mal sueño parecía ser una realidad...¿Quién soy?
Sacudí un poco mi cabeza tratando de despegar mi mente de aquellos pensamientos, terminé un último trago del yogurt y luego partí hacía la escuela solo me quedaba seguir una vida normal, es lo que prometí y lo que iba a cumplir. Las calles parecían estar más tranquila que la última vez, durante una semana me recluí en mi cuarto comiendo lo que tenía en la heladera y tratando de no pensar y principalmente, no dormir, temía que aquellos tres vuelvan a mí, sin embargo, nada pasó solo la soledad y el silencio me hacía compañía por lo que no necesitaba más. Sin embargo, la promesa implica más que mantener mi cuerpo vivo si no que volver a ser alguien común. Al llegar a la parada solo espere durante unos 3 minutos, los autos pasaban y la gente iba y venía y yo solo era alguien que se quedaba viendo todo pasar, el colectivo iba llegando por lo que tuve que pararlo para luego entrar en él, nuevamente esa sensación de que todo era más tranquilo me inundó ya que no había tanta gente, nuevamente presente mi tarjeta de circulación y entre al completo en el colectivo, me senté en los últimos lugares y solo espere que el recorrido se cumpla. Mi mirada se posaba sobre la ventana viendo cada lugar por el que pasaba, me daba curiosidad pasar por aquellas calles, pero mi recorrido era uno y no quiero que las miradas se posen sobre mí cuando pase con mí ojo vendado...
Cerré levemente mis ojos estaba cansado apenas había dormido 4 horas la noche fue difícil, cuando lograba conciliar el sueño el miedo de volver a aquel lugar me atacaba y despertaba, toda la noche se trató de aquel ciclo, dormir, temer, despertar. Al abrir nuevamente mis ojos note que la escuela estaba cerca por lo que me levanté de mí asiento y me acerque a la puerta de salida tocando el botón de mí izquierda el conductor paro justo en la escuela pero había un leve problema, había llegado a la hora justa y la vereda estaba llena de adolescentes que entraban a la escuela, tome aire y apenas abrirse la puerta del cole salí de allí, me movía con la cabeza cabizbaja mientras evitaba llamar la atención. tras dar unos pasos sentí como una mano se posaba sobre mí espalda enseguida me di la vuelta rechazando aquel contacto y allí la vi, era Miriam.
-Hey, tranquilo, fiera -dijo está con una leve sonrisa- desapareciste, me tenías algo preocupada...
-la miré con cierto descontento, ella me incomodaba y lo único que dije fue- No vuelvas a tocarme.
Tras aquellas palabras seguí caminando, sentía como ella me seguía de atrás pero no decía nada, hasta que ella nuevamente se puso a mí par.
-No te quería asustar... -Dijo de forma arrepentida mientras miraba para el suelo, la Miré de reojo y luego de un leve suspiro dije-
-No lo repitas.
Ya habíamos caminado hasta la entrada donde allí vi a Mónica recibiendo a cada uno de los jóvenes que pasaban por ese portón, ella enseguida noto mí presencia y solo me dedico una sutil mirada, algo me decía que eso significa que estaría acechando, pero no le di mucha atención solo mantenía mí compostura y trataba de mantener tranquilo a mí intranquilo corazón. Tras entrar al colegio el leve pasillo que antes había cruzado se volvió sumamente incómodo ya que todos se amontonaban para pasar, yo trataba de evitar el contacto hasta que por fin pude salir al patio, mí respiración estaba agitada y mi corazón ya se había agotado de aguantar aquel sentimiento tan desagradable que tenía cada vez que estaba frente a tantas personas, solo sentía que no estaba listo que aún mí retorcida mente no podría encajar en el pensamiento colectivo.
-Hey -Dijo Miriam mirándome Mientras de forma cuidadosa sus dedos agarraban el puño de mi camisa, esto a pesar de ser menos molesto no lo podía permitir así que con cuidado retire su mano sin la necesidad de tocarla.
-Mi ojo miro a su alrededor y vio como la gente pasaba a mi lado yendo a su lugar respectivo esto solo me hizo sentir más extraño.
-veni, dale bobo vamos nos van a hacer formar! -Miriam no tardó en comenzar a caminar, mejor dicho, a dar un leve trote tratando de evitar el hecho de formar, yo la seguí siendo que no me quedaba otra, demasiada gente junta podría hacerme recordar y es lo que menos quiero. Nuestros pasos no eran nada frente al bullicio creado por los demás así que escabullirse fue fácil por lo que en poco tiempo ya estábamos adentro del salón, yo me acomode en el lugar que antes se me había marcado mientras que solo veía llegar a cada integrante del aula menos a aquellos que estaban a mi lado, era un alivio saber que iba a estar solo en una fila, pero mi alivio no duró ni 10 minutos que ya veía como aquel chico rubio entraba por la puerta con una leve sonrisa y sus auriculares puestos, enseguida fue a su lugar y al verme hizo una leve mueca de sorpresa que enseguida trato de disimular pero no pudo.
-Hoolaaa! -dijo el rubio con una leve expresión de felicidad, parecía un niño por como actuaba. Este sin dilatación tomo asiento a mi lado, yo solo lo mire y le dedique una leve sonrisa falsa.
No quería hablar por lo que cerré mi ojo y solo recosté mi cabeza en el banco esperando que él no diga nada y por mi fortuna no fue así.
-Te llamabas Noah, ¿verdad? -Dijo el chico en tono curioso mientras yo sentía como este miraba mi espalda de forma directa.
-Si -Respondí de forma obligada evitando a todo momento emitir una sola pisca de amabilidad, solo quería que no me hable, pero no podía decírselo, por suerte mi salvación abrió la puerta y camino hacia su lugar, su paso era firme y sin dudas mostraba belleza, pero a pesar de que podía verlo no me atraía, está se sentó y miro al rubio.
-¿No te cansas de romperle los huevos al pibe? -Dijo de forma directa y concisa mientras sus ojos rebajaban levemente a su contrario demostrando la desaprobación que cargaba.
-Apa, ¿qué paso acá? Lo proteges mucho al nuevo Tamar, no es propio de vos... -Dijo el chico con una leve picardía yo no me gire por lo que no podía avistar sus expresiones.
-N-no peleen... -Dije colocándome recto en mí silla y dedicarles mi mirada a ambos, tras esto ellos solo desviaron sus ojos del mío, El rubio parecía querer decir algo más pero justo se escuchó la puerta abrirse entrando un profesor, este era alto, con su tez blanca y un cabello que les llegaba a los hombros además de contar con una barba de candado.
-Chicos! Disculpen, me tarde un poco...-Dijo este mientras sus pasos se dirigían al escritorio donde allí dejo su bolso- estaba hablando con Moni... -Este miro a todo el curso y cuando su mirada se encontró conmigo sentí un leve escalofrío, parecía un sexto sentido de sentir cuando alguien me mirada a pesar de no estar prestando atención.
-El profesor dio un par de paso hacia adelante y me miró a mí de forma directa, mientras yo solo desviaba la mirada- Noah. Soy Fabricio, su profesor de Ciudadanía. -Este parecía seguro, a pesar de que nunca nos cruzamos el me llamo por mi nombre y me habló como si fuera un conocido, Mónica le habrá hablado de mí.
-Un gustó... -Dije reacio a seguir hablando, este noto está acción de mi parte y enseguida empezó la clase sin titubeó alguno. A medida que pasaba el tiempo este iba explicando varios temas de cuestiones ciudadanas, mi ojo solo se dedicaba a seguir mirando a los que podía y a pesar de haber personas muy distintas ninguna me llamaba la atención. Fabricio hizo un leve parón para luego sentarse en su silla y decir.
-Chicos! ¿Se acuerdan del proyecto en conjunto que iban a hacer? -Algunos de la clase respondió con un mero si y otros se miraron algo confundidos, entre esos estoy yo, la confusión llegó a mi como una bala que atravesó mí ser- Bueno, ya tengo los grupos.
El profesor tras esas palabras comenzó a decir los grupos, estos eran cuartetos hasta que iba descartando poco a poco a cada persona hasta que mis oídos atentos por los nervios escucharon.
-Noah, Miriam, Tamar y Lucas es el último grupo.
Al escuchar eso mire a los dos que estaban a mi lado, notaba su mirada igual de confundida que la mía, ¿Cabía posibilidad de que esto sea posible? Voltee a mirar a Miriam y ella a diferencia de aquellos dos guardaba una sonrisa pícara, ella me miró a mi ojo y guiño el suyo. Enseguida me voltee nervioso, agarre mi pantalón con nerviosismo, esto significa tener que socializar más de lo esperado y no quería, allí fue cuando sentí como a mi lado apareció aquel león blanco con aquella luz negra, sin titubeó alguno dijo.
-Renuncia, vamos, hazlo, estarás mejor solo~ busca ser el anónimo que tanto quieres ser.
Mi piel se erizo frente a su voz y su propuesta era tentadora me quedaba aceptar o no, leves gotas de sudor comenzaban a recorrer mi frente mientras mantenía el silencio, el profesor hablaba, pero yo no podía prestar mis oídos, todo mi ser se concentraba en aquel sentimiento de cobardía que comenzaba a aparecer.
-huye, aún no estás listo para el mundo que casi te mato, el mundo es injusto y cruel, no debes vivir en él...
Cada vez me convencía más, pero sentí como mi hombro izquierdo fue zamarreado levemente, al ver hacia aquella dirección vi a Tamar con una leve mueca de preocupación.
-Estas bien? -dijo en un tono bajo Mientras me miraba, por mi parte sequé el sudor de mi frente con mi mano y solo asentí con la cabeza.
León apareció en medio de la clase, es obvio que cada día estoy peor y que mis alucinaciones en los sueños empezaron a afectar mi realidad, pero cerré mis ojos, tomé aire para luego soltarlo en un leve suspiro y seguí, no me iba a echar para atrás, aquel Noah cobarde está agonizando y es lo mejor que puede hacer.