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- ¡Despierten! - me remuevo entre las colchas al escuchar la tan conocida voz de mi hermana. - ¡Mamá, no se despiertan!

- Déjalas Luna. - una voz que no reconozco responde.

- Sí, las chicas debieron haber dormido tarde, déjalas descansar.

- ¡Pero ya es de mañana!

- Pero no hay colegio.

Abro los ojos y me quito las colchas de la cara. Veo a la madre de Bia, la mamá de Less y a Luna paradas en la puerta de mi dormitorio. Ellas se van y cierran la puerta y, apenas me levanto, las otras dos me miran.

- ¿Qué hora es? - pregunta Celeste confundida.

- Son casi las 10. - dice Bia prendiendo su celular. - Que raro que nuestras madres estén aquí tan temprano.

- Eso si es raro.

- Lo se Cari, pero aquí hay una de las cuatro que no está enterada de nada. - dice Bia señalando a Chiara.

Me levanto con pereza y abro las cortinas, rayos de luz se filtran por la ventana.

- Está haciendo sol. ¿Vamos a la alberca? - pregunto.

- Chicas, ¿esas no son nuestras mochilas? - pregunta Bia mirando los tres bolsos en el suelo.

- Seguro mamá les dijo a sus mamás que podríamos entrar a la alberca, y les han traído ropa. - me encojo de hombros.

- Confirmo. - Less se acerca a su mochila y mira dentro. - Nos han traídos los trajes de baño y algo de ropa para más tarde.

- ¿Chicas? - pregunta Chiara adormilada. - ¿Por qué están despiertas? ¿Por qué hay tanta luz?

- Buenos días bella durmiente. - bromea Bi.

Jalo su colcha.

- Levántate Chiara. El sol ya salió, y yo también, ahora hay que jugar. - imito a Ana y me tiro encima suyo. Ella ríe, y me tira un cojín.

Bia y Celeste ríen.

- Buena esa Cari.

Las dos se suben a mi cama y me recuesto al costado de Chiara, mientras las dos nos miran.

- ¿Qué hora es?

- Son casi las 10. Nuestras mamás ya llegaron, están abajo, y nos han traído ropa para la piscina.

- Tengo hambre.

- Nosotras también. ¿Nos cambiamos ahorita o bajamos en pijama? - Bia pregunta.

- Bajemos así. - Propongo.

Nos levantamos, nos peinamos y bajamos en medias hasta la cocina. Allí sentadas vemos a nuestras madres conversando y a Luna con Simón, Nina, Mateo y Manuel en la puerta de servicio, ellos no se dan cuenta que bajamos.

- Buenos días chicas. - dice mamá.

- Buenos días. - decimos las cuatro.

- ¿Qué tal durmieron? - pregunta Alice, la mamá de Bia.

- Bien ma, bastante bien, pero Chiara fue la última en levantarse. - nos sentamos en la isla y mamá nos entrega un vaso de jugo a cada una.

- Porque no me sorprende. - dice Celeste y reímos, Chiara nos mira mal.

- Vamos, me quedé cansada de entrenar anoche. -se defiende.

- Yo estoy igual que tú pero me levanté temprano.

- Tú eres un caso aparte Carmín.

Reímos. Las madres se van al jardín y en ese momento entra Luna y compañía.

- Imperdible. - escuchamos a Simón y volteamos, Manuel ya nos estaba tomando fotos con su celular.

- Manuel... - digo en modo de advertencia.

- Buenas noches principessas. - dice Mateo riendo.

- Buenos días. - me cruzo de brazos.

Bia besa la mejilla de Manu y este le abraza.

- Las fui a despertar pero no me hicieron caso. - dice Lu.

- ¿Ya comieron algo? - pregunta Less, ellos asienten.

- Mejor antes que nos sigan tomando fotos vayamos a cambiarnos. - dice Bia, y salimos corriendo escaleras arriba mientras escuchamos el click del celular de Manu.

- Manuel nos va a atormentar con eso por días. - digo.

- Espero que se les olvide pronto. - dice Less.

Ordenamos el cuarto, guardamos los colchones y las colchas y nos cambiamos. Yo me pongo un traje de baño negro, Bia un top y un short color rosa pálido con una remera encima. Less se pone una especie de enterizo azul que le queda muy lindo y la única que se pone bikini es Chiara, quien se pone una blusa suelta para bajar.

- Cari, - volteo y veo a Chi sacando de mis cajones un bikini parecido al de Bia en color verde jade. - ¿Por qué no te pones este?

- No... no me gusta mucho. - respondo y sonrío, intentando ocultar mi incomodidad.

Bueno, para ser sincera, no tengo un mal cuerpo, pero a veces me avergüenzo mucho de mi pecho. Siento que tengo mucho, y algo de pancita, y mis piernas también son algo rellenitas...

- Vamos. - Less se lleva a Chiara y Bia me mira.

- ¿Estás bien? - asiento. - ¿Segura?

- Sí...

- ¿Es por lo que dijo Chiara?

- Si, ósea no. - suspiro. - Sé que no tengo un mal cuerpo, pero igual me incomoda, y me parece una tontería que me ponga así por ningún motivo.

Bia se sienta a mi costado y toma mi mano. Sonrío.

- Tienes que abandonar de a pocos este temor Cari, ¿si? Te voy a ayudar a que eso suceda.

- Gracias Bi. - nos abrazamos. - Bajemos de una vez antes que las chicas vengan.

Me pongo una falda amarilla y bajamos. Las chicas ya nos esperaban abajo, y vemos que Simón, Mateo y Manu también tienen intenciones de meterse a nadar.

Luna aparece con su traje de baño rosa con puntitos de colores y un short y Nina con un traje de baño color vino, una falda encima y una polera algo suelta.

- Creo que todos estamos de acuerdo esta vez. - asienten.

Manu no puede dejar de mirar a Bia. Ella es preciosa y tiene un tremendo cuerpo, además que su cabello castaño y su piel bronceada la hacen aún más atractiva. Aprovecho que está distraído y lo empujo, cayendo primero a la alberca.

- ¡Hey! - reclama él.

Me agacho para mojarlo pero él es más hábil, me toma de la mano y me jala hacia el agua. Termino dentro y le miro mal.

- Pendejo, mi falda.

- Perdón. - dice riendo.

Salgo y me la quito, aunque ya mojada ya no importa. Luna y Nina se acercan para bajar por las pequeñas gradas, pero Mateo es más rápido, toma a Lu en brazos y se tira al agua.

- ¡Mateo! - chilla ella.

- Tenía que hacerlo. - se encoje de hombros.

Celeste y Chiara entran saltando y salpican a Simón, quien no duda en tomar a Nina de la mano y lanzarse a la piscina. Bia hace lo mismo. Ya todos dentro nos seguimos mojando y reímos.

Mateo y Simón salen y hacen su competencia de clavados. Mientras mi hermana y Nina nadan por ahi, las chicas y yo nos quedamos conversando.

- ¿Están listas ya para el Open?

- ¿Cuándo es? - pregunto preocupada. - Me olvidé por completo.

- Este miércoles. - me responde Luna.

- Ósea mañana.

- Sí.

- Lo harás genial Cari. - dice Bia animándome.

- ¡Si! - me anima Chiara. - si cantaremos las tres "Tu color para pintar" todo estará bien.

- Deberíamos ensayar antes. - dice Less.

- Siempre precavida Less, anda, relájate un rato. - dice Chi mojándola un poco, ella ríe.

- ¡Bola de cañón! - nos cubrimos al ver a Manu tirarse hacia nosotros.

- Oeee, algo de respeto.

- Perdón Carminura. - dice riendo.

Bia se acerca hacia él y este le carga entre sus brazos. Salgo de la alberca y voy por mi celular para tomar fotos de todo. Mis amigas y mi hermana riendo, mis mejores amigos haciendo tonterías y yo disfrutando todo; simplemente precioso.

- Carmín, entra, yo les tomo la foto. - Alice se me acerca, le doy mi celular y entro, mojando a las chicas.

Nos juntamos los nueve y la mamá de Bia nos toma la foto. Le agradecemos y algunos minutos después vuelven nuestras mamás con toallas. Nos las acercan y salimos, aún mojados, hacia la cocina.

- Chicos, vayan al jardín, ya alistamos la mesa.

Lo bueno de vivir en una casa tan grande es que podemos almorzar en el jardín, y se ve hermoso. Nos sentamos todos envueltos en toallas y nuestras mamás se acercan.

- Veo que se han divertido. - dice mamá colocando la ensalada.

- Si, y mucho. - dice Manu.

- Mateo me empujó al agua. - dice Lu cruzada de brazos.

- Lo vi cariño, pero tienes que admitir que fue divertido.

- Mamá, no te pongas de su lado.

Me levanto de la mesa y me dirijo a la cocina para ayudar a mamá a llevar los platos. Papá había prendido ya temprano la parrilla, y el abuelo había salido nuevamente. Comienzan a pasar los platos y nos servimos. Las mamás conversan lo suyo pero nosotros solo comemos, sin duda remojar en la piscina nos da hambre. Acabamos antes de lo debido, y Luna y yo corremos para traer los tarros de helado a escondidas de mamá.

Nos juntamos todos y comemos, pero mamá se dio cuenta, al final no se molestó. Los chicos se vuelven a meter a la piscina y nosotras nos quedamos sentadas tomando el sol. Lu y Nina se van al cuarto de mi hermana. Nos quedamos conversando un rato más, hasta que nos cambiamos y las chicas tienen que irse. Los chicos también, solo quedando Lu con Nina y conmigo.

- ¿La pasaron bien? - pregunta mamá mientras llevo los platos a la cocina.

- Si, estuvo buenísimo, gracias por dejar que las chicas se queden ma.

- No hay de que cielo, me alegra verte feliz. ¿Hablaste con Tamara?

- Sí, dijo que podría ser mañana o el jueves, pero como mañana tenemos Open supongo que será el jueves.

- ¿Vas a cantar con Chiara y Celeste? - asiento.

- No hemos practicado mucho pero sé que saldrá bien.

- Yo también confío en eso cariño.

- Me voy a mi cuarto a cambiarme, la ropa de baño me molesta. - ella asiente.

Llego y me coloco el pijama, total no íbamos a salir más tarde. Al final cambio de opinión y me pongo otra falda y una polera suelta, y bajo con las medias puestas.

Salgo al jardín y voy hacia la alberca para recoger la falda mojada de la mañana. La tomo y me dirijo de vuelta a la casa para llevarla a la lavandería cuando escucho el sonido de una guitarra.

Me acerco, es para el otro lado del jardín, y veo a mi hermana con la guitarra azul de Simi Simi.

- ¡Lu! - se sobresalta al verme.

- Hola Carmín.

- ¿Aprendiendo? - ella asiente.

- ¡Es muy difícil!

- Pero lo estabas haciendo bien.

- Me duelen los dedos.

- Tienes que hacer fuerza para que suenen las notas pero tampoco tanto. ¿Qué tocabas?

- Es la canción que voy a cantar mañana. Intentaba hacerlo acústico como ves, pero mejor me resigno a usar la pista.

- No te rindas. - la despeino un poco. - Sigue practicando.

- ¿Me ayudas? Tu sabes tocar.

- No muy bien pero dale. Dejo la falda en la lavandería y vengo, ¿si?

- Te veo adentro. - me dice ella y asiento.

Vuelvo, entro por la cocina y le entrego mi falda a mamá. Ella dice que se hará cargo y yo me dirijo a mi cuarto para bajar mi guitarra. Saco el estuche negro, lo abro y saco mi guitarra.

Prendo el celular y abro la aplicación para afinarla; tenerla guardada ahi sin duda ha hecho que suene fatal. Sin duda es algo especial, fue un regalo de Manu de hace mucho tiempo. La guitarra es de color azul con algunas flores en blanco, y tiene las cuerdas de metal.

Una vez termino, bajo y veo a Luna en el sillón con la guitarra de Simón. Me siento a su costado, me mira y me acerca unas partituras.

- "La vida es un sueño". - leo el título. - ¿Ya la he escuchado?

- Bueno, si, ya la he cantado, pero me gusta mucho. - dice sonriendo.

- Relámpagos, memorias, un fuego que me separo, quieren que yo, pueda encontrar mi verdad... - leo la letra bajo los acordes. - muy lindo tema Lu.

- Me siento muy identificada. - sonríe ella. - narra muy bien nuestra historia.

- Demasiado bien. - digo mientras termino de leer la letra. - ¿La escribiste tú sola?

- En parte, pero Simón y Mateo me ayudaron, eso fue mientras estabas en México.

- En mi defensa no sabía nada de esto .- río.

- Ya, ayúdame Cari, quiero intentarlo. - hace un puchero.

- Ya Lu. A ver, inicia con... ¿Sol menor? ¿Es una B o una D?

- Sí, sol menor. Voy por tus lentes ciega. - bromea ella y asiento; sube las escaleras hacia mi cuarto y vuelve con estos. Me los pongo y vuelvo a mirar la partitura.

- Gracias Lu. ¿Sabes como es el acorde?

Ella pone su mano en los trastes, tres dedos abajo y uno como puente.

- Bien, ahora toca.

Lu pasa la plumilla por las cuerdas pero no suena nada. Lo intento yo y si suena.

- Estás presionando muy fuerte Luna, así no va a sonar.

- ¿Y si cantamos las dos y tu tocas? - me dice. - Enserio quiero probar algo nuevo, pero ya ves que la guitarra no es mi fuerte.

- Podría ser. ¿Para mañana?

- Claro que sí Cari. - asiento. - ¡Yei! ¿Qué nos vamos a poner?

Le miro.

- No sé Lu, pero tampoco se te de por mandarme el conjunto más loco que encuentres en mi cuarto.

- No te preocupes Car, ya vuelvo.

Se va hacia su cuarto y después sube al mío. Mientras ella se distrae buscando la ropa, logro sacar el tema. No puedo evitar sentir algo en el pecho y un nudo en la garganta.

Durante el tiempo que Lu estuvo buscando las verdades de esta casa yo no estuve, y no puedo evitar sentir una culpa en mi. También es mi pasado, mi historia, sinceramente nunca llegué a pensar lo lejos que llegaríamos con tan solo la pista de la medallita de ella.

Quito esos pensamientos de mi mente, no quiero terminar llorando. Escucho pasos detrás mío, y veo a Luna con ropa mía entre sus brazos.

- ¿Escogiste algo? - pregunto.

- Mira, vamos bien. - me muestra un vestido negro manga cero. - Este está precioso, no entiendo porque no te he visto con esto puesto. Después, - deja el vestido y toma una blusa azul y una falda blanca. - Esto también te quedaría lindo. Y como última opción, - deja eso y levanta unos shorts negros con detalles en blanco y una blusa blanca con algo de encaje.

- Estoy segura que esa blusa no es mía.

- Bueno, quizá me fui al cuarto del costado...

- Luna, es la ropa de Ámbar.

- Lo sé Cari, lo sé, pero se te vería precioso este conjunto, no me lo niegues. - me insiste ella.

- ¡Buenas tardes! - dice el abuelo entrando.

- Hola abuelo. - respondemos las dos.

- ¿Qué tal su día? - se sienta en el sillón frente a nosotras. - ¿Por qué tanta ropa?

- Estuvimos con unos amigos toda la mañana y fuimos a la alberca, papá hizo parrilla. - cuento.

- Y ahora estoy ayudando a Carmín a escoger su ropa para la presentación de mañana. - termina Luna.

- ¿A ver las opciones? - dice el abuelo sonriendo.

Luna le muestra los tres conjuntos.

- Los tres están muy lindos. ¿Tú que te vas a poner Luna?

- Eh, una falda azul y una blusa blanca.

- Entonces creo que quedaría mejor que tu hermana se ponga los shorts y la blusa. - dice él.

Ella me mira triunfante.

- ¡Tómala!

- Pero la blusa es de Ámbar... - me aferro a eso.

- Te quedará hermosa Carmín, estoy seguro que a Ámbar le encantará verte así. - sonrío rendida.

- Está bien, está bien.

- ¿Estamos en un desfile de moda? - entra mamá con papá y ven toda mi ropa en el sofá.

- Estoy eligiendo la ropa de Carmín para mañana, ¡va a cantar conmigo! - dice emocionada.

- ¿Es enserio? - asiento ante la pregunta de papá.

- Yo toco la guitarra, mientras ella canta. - señalo a Luna.

- Entonces mañana si o si tenemos que ir. - dice mamá decidida.

Luna sonríe y va a dejar mi ropa al cuarto.

- ¿Estás bien cariño? - pregunta mamá sentándose a mi costado.

- Si... solo que leí la letra del tema de Luna y digamos que es.. algo profunda.

- ¿La vida es un sueño? - asiento. Ella pasa su brazo y me toma por los hombros, abrazándome.

- No la conocía, y no puedo evitar sentirme culpable por no haber estado aquí con ustedes cuando iban descubriendo la verdad. - una lágrima se desliza por mi mejilla. - Sé que fue muy difícil, y yo debí estar aquí apoyándolos...

- Cariño, no te preocupes por eso, ¿si? Ya pasó, finalmente llegamos a la verdad.

- Lo sé, pero no puedo evitar sentirme ajena aunque sea mi historia. - bajo la mirada.

- Las cosas pasaron por algo hija, no hay que seguir rebuscando en el pasado. - papá besa mi frente. - Estás aquí, ahora, con nosotros, y eso es lo que importa.

- Gracias por estar conmigo. - mamá me abraza y yo me aferro con fuerza.

Soltamos el abrazo y sonrío, me siento un poco más tranquila pero hay algo dentro mío que sigue diciéndome que soy la culpable de no haber estado cuando más me necesitaban.

- Ya dejé tu ropa lista para mañana Cari. - asiento al ver a Luna bajando las escaleras.

- Gracias Lu.

- ¡Mañana será genial! - dice emocionada.

- Lo será si se van a dormir de una vez y mañana se levantan temprano para ir al colegio. - mamá mira a Luna y esta ríe nerviosa.

- Buenas noches. - Lu y yo nos despedimos de mamá, del abuelo y de papá y cada una se va a su cuarto. Me llevo la guitarra y la vuelvo a guardar en el estuche.

Me cambio al pijama y me voy a lavar los dientes. Estoy tentada a llamar a Ambi, pero ya sé que es bastante tarde en París. Le mando un mensaje.

"Ambi, te extraño :3 mañana Lu me ha pedido que cante con ella en el Open, o bueno, soy su fondo musical, y me ha elegido ropa que involucra una de tus blusas. Es bastante linda, apenas termine la lavo y la vuelvo a dejar en tu cuarto. Ten un buen día, te amo."

Lo mando y figura como recibido en Whatsapp. Son casi las nueve y media de la noche, allá deberían ser casi las tres de la mañana. Mamá definitivamente mataría a Ámbar por estar conectada tan tarde.

Desactivo el wifi de mi celular, lo dejo a un lado y me siento en el pequeño tocador para peinarme. Mamá entra y toma el cepillo, pasándolo por mi cabello.

- No te preocupes por lo que ya pasó, ahora se sabe la verdad y estamos juntos. - trenza mi cabello y coloca una liga al final.

- Lo sé mamá, gracias.- besa mi frente.

- Ya confirmé con Tamara para ver tu malla para el jueves, y mañana dijo que habrán algunos arreglos en el gimnasio así que no hay clase. - sonrío.

- ¡Yei! Gracias por avisar ma. - ella ríe ante mi emoción.

- Buenas noches cariño. - me abraza.

- Buenas noches ma.

Ella se va, yo apago la luz y me recuesto en la cama. Me siento más tranquila, aunque emocionada y ansiosa por el Open de mañana. Cierro los ojos y me dejo llevar por el sueño, esperando que el descanso haga que mis preocupaciones se vayan.