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Los labios de Alex chocando con los míos tras la fiesta.

- Carmín, perdón... yo.....

- ¿Carmín? - una voz me saca de mis pensamientos.

A pesar que la gran mesa de madera pulida nos separa paralelamente dos metros, siento la mirada de Mónica sobre mí.

- ¿Si?

- ¿Estás bien cariño? - pregunta; sus ojos cafés buscaban una respuesta en mi mirada.

Pienso unos segundos antes de responder - Sí.

Mónica asiente, sin estar plenamente convencida. La verdad es que estoy estresada por muchísimas cosas, pero eso es algo que no estoy dispuesta a contar.

- Buenos díaaaaaaas - la voz de Luna inunda el salón, Mónica y Miguel sonríen.

- Buenos días. - responden ellos mientras Luna va a abrazarlos.

- Buenos días Car - sonríe y se sienta a mi costado.

- Buenos días Lu. - sonrío.

- ¿Y bien chicas? ¿Qué planes para hoy? - pregunta Miguel animado.

- Después de la escuela me toca ir a entrenar al Roller. - responde Luna.

- Tengo que ir a la gimnasia. - respondo.

Ambos asintieron.

- Vienen a almorzar después del Blake y Rey las lleva, ¿está bien? - ambas asentimos.

El sonido de un claxon nos llama la atención.

- Rey ya está afuera, no se demoren. - dijo Mónica sonriendo.

Luna y yo nos levantamos de la mesa y tomamos las mochilas con rapidez.

- Las amo mis niñas, tengan un buen día. - ella nos abraza a ambas y salimos rumbo al carro.

Al salir, vimos a cierto italiano parado en la puerta del auto. Luna ríe.

- Buenos días chicas.

- Buenos días fresa. - rio y entro al auto.

- Buenos dias amor. - Luna besó la mejilla de Mateo e ingresaron al auto.

- ¿Listas para otro maravilloso día en el Blake? - dijo él; rodé los ojos riendo.

- Obvio que sí. - respondió Luna.

Mateo es un grado mayor que Luna, pero usualmente nos cruzamos en los pasillos. Yo voy al mismo grado que Mateo, pero a diferencia de este no me cruzo tanto con Luna.

Digamos que ni mi aspecto ni mi actitud me hacen una chica "sociable". Mi cabello es castaño oscuro y muy largo, me llega hasta la mitad de los muslos. Además de eso, llevo lentes, no veo de cerca a pesar que siempre me siento en los sitios de adelante.

Mientras mi maravillosa hermana y Mateo se abrazan y ríen, yo no dejo de pensar en aquel beso tras la fiesta de la Flower Power. Sin darme cuenta, mis ojos se van cerrando lentamente; las horas de anoche entrenando comenzaban a cobrar su cuota de energía.

No estoy consciente de cuanto tiempo pasa, pero siento que alguien me mueve por el hombro.

- Car, Car, Carmín despierta. - abro los ojos con torpeza.

- ¿Luna?

- Cari, ya llegamos al colegio. - bostezo, tomo mi mochila y Luna me tiende su mano para ayudarme a bajar del auto. - ¿Estás bien?

- Sí, solo algo cansada. - respondo.

Ambas íbamos caminando juntas hacia la entrada del Blake.

- ¿A qué hora te dormiste?

- Llegue a las 10, comí, avancé tareas... ¿Casi a las 12y30?

- Carmín no tienes que dormir tan tarde, sabes que es importante descansar. - me regañó.

- Sí mamá. - río. Sonó el timbre, ambas nos miramos alarmadas.

- ¡Suerte! - dijimos al mismo tiempo y cada una corre hacia su salón.

El salón de Luna estaba en el primer piso, mientras que el mío estaba en el segundo. Me movía con rapidez entre los alumnos para llegar. Subí las escaleras y justo antes de entrar al salón me choqué con alguien.

- Perdón - dije recogiendo mi mochila y levantándome.

- No te preocupes Carmín. - esa voz...

¿Alex?

- Permiso. - no quiero verlo, ni saber nada de él.

Él intenta tomarme de la mano, pero soy más rápida y llego a sentarme en el pupitre justo antes que la profesora ingresara.

Alex me miró y se fue. Me sentía estúpida al pensar en el, sabiendo que había jugado conmigo...

- Buenos días Cari. - la voz de Manuel me llama la atención.

- Buenos días Manu. - dije imitando su acento, él ríe.

Manuel me dio un codazo y yo le tiro sus libros, reímos. Manuel era uno de mis amigos más cercanos, me conocía muy bien desde que ingresamos al Blake. Además de eso - dato curioso - cuando se estresaba me hacía trenzas en el cabello. Él era una de las únicas personas que sabía peinar de muchísimas maneras diferentes mi cabellera de rapunzel. De hecho, una vez me acompañó a una competencia de gimnasia y él mismo hizo de estilista, hasta ahora recuerdo la risa de Mónica y la sorpresa que me llevé.

Fuera de su faceta de chico popular y estudioso, era muy dulce. Éramos como hermanos, yo la pequeña y él el mayor. Estaba de novio con Bia, una de mis amigas más cercanas, y ver a Manuel enamorado era una de las cosas más tiernas que hay en la vida.

- ¿Y esas ojeras Cari? - le hice señas que bajara la voz, la profesora ya había comenzado a explicar los ejercicios de matemática.

- Me dormí tarde. - respondo encogiéndome de hombros.

- Cari, tienes que descansar. - me regaña con la mirada. Yo ignoro eso y comienzo a copiar los ejercicios. - No puedes exigirte más de lo que puedes dar.

- Lo sé Manolo, no te preocupes, espero hoy dormir más. - digo sin quitar la mirada de la maestra.

- Eso espero Carmín. - me mira entre preocupado y molesto, y me desliza un caramelo por la carpeta. Lo tomo, y comienzo a copiar los ejercicios del pizarrón.

Me meto el caramelito en la boca y me lo comí. No estoy segura de cuantos minutos pasaron, pero la profesora golpea su escritorio con fuerza.

- Périda, Benedetto y compañía.- dijo firme. - ¿Me pueden decir cual es la respuesta del ejercicio 5?

- Eh... - Pietro mira a Gastón.

- La respuesta es 7. - dice triunfante Gastón.

Todos se miraban nerviosos.

- ¿Laguardia? - me llama la profesora pidiendo la respuesta.

- Es 9.

- Correcto señorita. Chicos, presten más atención, se los recomiendo, esto vendrá en el examen y no quiero verlos dando los rezagados.

Siento al grupo de atrás mirándome con odio. Manuel sonrió.

- Siempre la inteligente Laguardia. - murmura y río.

Sí, era una de las nerds del salón, por así decirlo. Ese era uno de los motivos porque siempre estaba Luna tras mío para ayudarle en sus tareas. La profesora sale y entra otro profe para la clase de historia. Pasó un rato hasta que acabó la clase, y salimos del salón hacia el laboratorio de química. Manu se despide y yo me dirijo hacia la otra aula, rezaba por no encontrarme con el grupo de Gastón y Pietro.

Saludé a la maestra y me senté en uno de los escritorios cerca a la puerta. Delfi entró al salón, y me sonrió.

- Buen Día Cari. - chocamos los 5

- Buen dia Delfi.

- ¿Qué tal Mate?

- Benedetto y Périda me odian, no es nada nuevo. - río.

- ¿Estudiaste? - Delfi saca sus cuadernos.

- Obvio. - sonrío. - Nos va a ir genial.

- Lo sé amiga.

- ¿Cómo está....?

- Bien. Anoche llegó a París, ya sabes, el cambio de horario y eso.

- La extraño.

- Yo también, pero vos más que nadie conoces a Ámbar Cari. No soportaba estar acá, a pesar que extraña a Simi Simi, pero eso es algo ya personal.

Asiento. La profesora cerró la puerta del salón y procedo con las indicaciones generales del exámen. Al ser nosotros los del último año, este exámen iba directo a las libretas y a nuestras solicitudes de ingreso a las universidades.

Traduciendo: pasaríamos las próximas 3 horas encerrados en ese salón.

La profesora nos entrega los exámenes, nos indica voltearlos y nos da la orden de empezar. Me sabía cada una, no me fue tan difícil resolverlo. Acabo tras una hora; la maestra me deja retirarme. Le hago una señal a Delfi que la 7 era la b y salí del salón.

Vi a varios alumnos salir de la escuela. Estábamos en los finales, entonces sólo íbamos para rendir los parciales y retirarnos de la escuela. Supuse que Luna seguía aún en su salón, así que me dirigí al gimnasio. Dejo mi mochila, me coloco unos leggins negros y amarro mi cabello en una cola alta de caballo para después pasar a hacerla un moño.

Caliento un poco y hago un poco de mi coreo de rítmica, a modo de repaso; se acercaba una competencia importante y no puedo fallar. El sonido de una cámara me alarma, y vi a Manuel parado en la puerta del gimnasio.

- Manuel! - chillo.

- Calma Cari, mira. - me muestra la foto. - Mantén la espalda derecha, te puedes hacer daño.

Sonrío.

- Gracias Manolo.

- ¿Qué haces acá sola?

- Sola siempre mi amigo. - digo en tono de broma. - Luna sigue dando parcial, así que mientras la espero me vine a practicar.

- ¿Vienes conmigo al Fundom?

- Dale, espera me cambio.

Me voy al baño y me arreglo el uniforme. Suelto mi cabello y salgo con Manuel rumbo al fundom, sin olvidarme de decirle a Mónica que me estaba yendo. Le reenvío el mensaje a Luna y salgo tranquila.

Conversamos y reímos de camino al lugar. Manuel me contaba de las payasadas de Pietro en clase de Ingles y yo me reía, Manuel era una de las mejores personas que hay.

Llegamos al fundom y, mientras él va por unos jugos de la máquina, dejo mi mochila en el piso.

- ¡Carmín! - Bia apareció por detrás mio y le abrazo.

- Hola Bi.

- ¡¡Carminura!! - Chiara aparece. - Vas hoy, ¿cierto? - asiento.

- ¿Hablan de gimnasia? - Chiara y yo asentimos al oír a celeste. - Bueno, ustedes se entienden.

- Chicas. - dice Manuel.

- Oi Manuel. - el español me pasa una botella de jugo y yo agradezco, sonriendo.

- ¡Qué lindo es tu uniforme! - dice Chiara.

- Gracias. - sonrío.

- No te vemos así usualmente. - analiza Less. - ¿Saliste temprano?

- Sip, Luna seguía en el parcial, así que Manu me ofreció venir. Igual tendré que volver para cambiarme, Tamara me mataría si llego así a entrenar. - Chiara asiente.

Me sonó el celular, y me levanté para contestar.

- ¿Sí?

- ¿Car? ¿Estás en el fundom?

- ¿Si Lu, que pasó?

- Estamos afuera, vente, tenemos que volver.

- Voy. - me despido de los chicos. - ¡Te veo en la gimnasia Chiara!

***********

- 5,6 7 y 8. - las palmadas de la profesora terminaron. - ¡Muy buen trabajo chicas!

Dejo la cinta en el suelo y me paso el dorso de la mano por la frente, quitando el poco sudor.

- Chiara, Carmín - ambas levantamos la mirada. - ¿podrían repetir el último movimiento de la rutina?

Ambas asentimos y tomamos nuestras posiciones. Escuchamos a la profesora y lanzamos la cinta, damos un rodamiento hacia adelante, la parada de manos a arco y nos levantamos, yo atrapo el mango de la cinta mientras que el de Chiara cae frente a ella. Bufa rendida.

- Carmín, no te olvides de hacer todo el movimiento rápido. Chiara, calcula bien a donde vas a ir, no queremos que pase en la competencia. - Ella asiente. - Muy buen trabajo chicas, guarden sus elementos y estiremos un poco.

Espero que Chiara se acercara hacia mi para hablarle.

- Te salió muy bien. - digo enrollando la cinta.

- A vos igual, pero veo que titubeas al pararte, no te duele el tobillo?

- Nop. Anda, no te preocupes, vayamos a estirar para irnos a casa.

Dejamos nuestras cintas junto a las mochilas.

- ¿Qué hora es?

- Son las 10y30. - bostezo y estiro un poco.

- Vaya que pasarse al grupo de las grandes es agotador. - dice ella.

- Y lo es, solo que no parece. - sonrío.

La profesora nos deja ir finalmente 5 minutos después. Nos colocamos el buzo, una casaca y me suelto el pelo, mientras que mi rubia amiga se hace una trenza espiga en tan solo segundos.

- Ya llegó mi mamá, hasta mañana! - me abraza, me despido y me dirijo al carro negro.

- Buenas noches señorita Carmín.

- Buenas noches Rey.

Cierro la puerta del auto y nos dirigimos hacia la mansión. Siento que Rey me habla, pero de a pocos mi conciencia se va escapando de mi cuerpo. No sé cuanto tiempo pasa, pero soy conciente que desperté sobre algo muy, muy suave que no podía ser el asiento del auto.

Abro los ojos con pereza y veo a Mónica mirándome desde la puerta de mi habitación.

- ¿Mamá?

- Hola cariño. - me sonríe; su bata de dormir de color rosa hace que se vea más linda de lo usual. - ¿Qué tal el entrenamiento?

- Cansado. - bostezo. - ¿Qué hora es? ¿Cómo llegué a mi cuarto?

- Eres mucho más ligera de lo que pareces amor. Tu papá te cargó desde el auto, estabas tan cansada que ni te despertaste. Son casi las 12.

Me alarmo automáticamente. Se supone que debería estar acabando tarea, pero si seguimos en semana de parciales, mañana tendremos de ingles y para eso no necesito estudiar.

- Gracias mamá.

- Cambiate primero y dame tu malla para lavarla.

Asiento, me quito todo el buzo y me deshago de la malla mientras me pongo el pijama color azul noche. Medio dormida me siento en la gran cama y mamá, apartando los almohadones, me cepilla el cabello y me lo trenza.

Apenas ella acaba, me recuesto y besa mi frente.

- Buenas noches cariño.

- Buenas noches mamá.

Espero les guste :3

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