El trago de Adeline fue ruidoso e incapaz de apartar sus ojos de él. Si pensaba que siempre se veía increíblemente guapo, ahora la situación era diferente. Él se veía tan atractivo, con esa expresión de dicha en su rostro—algo que realmente no había llegado a ver bien. Estaba rebosante de emoción, sin siquiera ser consciente de lo dulce que su aroma se estaba volviendo. Ser capaz de dejarlo impotente y a su merced de esa manera le provocaba un cierto orgullo en el pecho. Había tanta emoción en saber que ella podía provocarle tal liberación y placer solo con sus manos. Algo que sabía condenadamente bien que ninguna otra mujer podría jamás hacerle.
—Adeline —la repentina quebradura en la voz profunda de César fue suficiente para que ella supiera que estaba cerca, pero no dejaría de hacerlo. Alzó la vista para encontrarse con esos pares de ojos verdes oscuros, y nunca rompió el contacto visual con él viéndolo desmoronarse.
Hỗ trợ các tác giả và dịch giả yêu thích của bạn trong webnovel.com