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Dominio de Douluo: La Maestría del Corazón Oscuro (Español)

Sumérgete en las páginas de 'Dominion of Douluo: The Dark Heart's Mastery', una novela que te arrastrará a las profundidades de un mundo gobernado por la fuerza y la astucia. En una aldea envuelta en misterios, un niño es abandonado bajo la sombra de una antigua niebla, marcando el inicio de una era de sangre y conquista. Xue Sha, el niño elegido por el destino, crece bajo la tutela del jefe de la aldea, pero dentro de él arde el fuego de un espíritu oscuro y poderoso. Su corazón, un abismo de ambiciones insondables, late al ritmo de un tambor de guerra que augura la caída de imperios y el ascenso de un nuevo orden. 'Dominion of Douluo: The Dark Heart's Mastery' es una historia de poder desenfrenado, donde cada victoria se tiñe con la sangre de los caídos y cada sonrisa esconde una traición. El protagonista, un villano de una inteligencia y fuerza sobrenaturales, teje su camino a través de masacres y manipulaciones, desafiando a los dioses y a los hombres por igual en su búsqueda de dominio absoluto. Con cada capítulo, serás testigo de la transformación de un niño en un tirano, de un protector en un conquistador. Las páginas de esta novela están impregnadas de la esencia misma de la ambición, y cada giro te sumerge más en un mundo donde la oscuridad es el mayor aliado y el miedo, la herramienta más afilada. Prepárate para una historia que no solo rompe los límites del bien y del mal, sino que los redefine. 'Dominion of Douluo: The Dark Heart's Mastery' no es solo una novela; es una experiencia que te desafiará a mirar más allá de la superficie y a cuestionar todo lo que creías saber sobre el poder y la dominación.

Iosif_72 · Tranh châm biếm
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36 Chs

Capítulo 21: Entre Muros y Jardines

El mayordomo zurdo se acercó a Xue Sha con una expresión de respeto y curiosidad. "Joven Maestro, ¿dónde vamos ahora?"

Xue Sha miró a su alrededor, observando las calles y los edificios que los rodeaban. En una intersección cercana, vio un poste con varias direcciones señaladas. "Vamos a ver si ahí pone dónde está mi habitación," dijo con frialdad.

Se acercaron al poste y leyeron las indicaciones. El cartel decía que si seguían recto llegarían al comedor, si iban a la izquierda encontrarían las habitaciones del 00 al 99, y a la derecha estaban las habitaciones del 100 en adelante. "Vamos hacia la izquierda," ordenó Xue Sha con indiferencia.

Mientras caminaban por la calle indicada, notaron que la academia estaba en perfecta armonía con la naturaleza. Había muchos árboles altos y frondosos, arbustos bien cuidados y zonas de hierba que daban un aire fresco y sereno al lugar. El canto de los pájaros y el susurro del viento entre las hojas creaban una atmósfera tranquila y relajante.

De vez en cuando, se encontraban con otras intersecciones, pero continuaron recto hasta llegar a una nueva señalización. Esta vez, el cartel indicaba que recto estaban las habitaciones 00 y 01, a la izquierda las habitaciones del 02 al 09, y a la derecha las habitaciones del 10 al 20. "Seguimos recto," dijo Xue Sha sin dudar, su voz tan fría como siempre.

Finalmente, llegaron a una zona con dos villas muy grandes, cada una rodeada por un muro de piedra y con una puerta de madera imponente. Encima de cada puerta, en el muro, estaban escritos los números en dorado.

"Estas deben ser las habitaciones 00 y 01," comentó el mayordomo zurdo, observando las villas con atención.

Xue Sha asintió ligeramente y se acercó a la villa con el número 01. "Esta será mi habitación," dijo con firmeza. "Vamos a entrar."

El mayordomo diestro abrió la puerta de madera, revelando un interior lujoso y bien decorado. La villa estaba equipada con todo lo necesario para una estancia cómoda y digna de un noble.

"Joven Maestro, esta villa es impresionante," dijo el mayordomo zurdo, admirando el lugar. "¿Desea que preparemos algo en particular?"

Xue Sha negó con la cabeza, su expresión permaneciendo impasible. "No, por ahora solo quiero descansar y familiarizarme con el lugar. Asegúrense de que todo esté en orden y luego pueden retirarse."

Los mayordomos asintieron y comenzaron a revisar la villa, asegurándose de que todo estuviera en perfectas condiciones. Mientras tanto, Xue Sha se dirigió a su habitación, observando cada detalle con una mirada calculadora.

Xue Sha miró la habitación con una expresión impasible, sus ojos recorriendo cada rincón con una mezcla de curiosidad y desapego. Las paredes estaban adornadas con tapices antiguos, y el mobiliario, aunque sencillo, denotaba una elegancia sobria. "No está mal," murmuró para sí mismo, mientras sus dedos rozaban la superficie de una mesa de madera pulida. Luego, su mirada se dirigió a una puerta lateral que daba al jardín.

Al abrir la puerta, una brisa fresca le acarició el rostro. El jardín, aunque bien cuidado, carecía de árboles. "Qué pena," dijo con frialdad, sus palabras apenas un susurro en el aire. "Ya me había acostumbrado a meditar debajo de un árbol. Supongo que le diré al mayordomo que plante uno."

Con un suspiro resignado, se sentó en la hierba, cruzando las piernas en posición de loto. Cerró los ojos y comenzó a meditar, concentrándose en su respiración. El entorno natural, aunque sin árboles, seguía siendo un lugar tranquilo y adecuado para su práctica. El canto de los pájaros y el susurro del viento entre las flores creaban una sinfonía que lo ayudaba a sumergirse en un estado de calma profunda.

Unas horas después, alguien tocó a la puerta de la villa. El mayordomo zurdo, un hombre de mediana edad con una expresión severa y una postura impecable, se había quedado vigilando la entrada. Abrió la puerta con un movimiento fluido y preciso. Detrás de ella, había un niño de unos 12 años, con el rostro enrojecido por el esfuerzo de empujar un carrito cargado de objetos.

"¿Está Xue Sha aquí?" preguntó el niño con voz tímida, sus ojos grandes y curiosos asomándose por encima del carrito.

El mayordomo respondió con firmeza, "Mi Joven Maestro está ocupado. Si necesitas algo, dímelo."

El niño, sin inmutarse, empujó el carrito dentro y comenzó a señalar los objetos mientras hablaba. "Estos son los uniformes," dijo, levantando una pila de ropa cuidadosamente doblada. "Este libro contiene las reglas," añadió, mostrando un volumen encuadernado en cuero. "Y este es el horario. Las clases empezarán mañana a las 8 de la mañana."

El niño sonrió tímidamente y se puso la mano detrás de la cabeza, un gesto de nerviosismo. "Bueno, y el carro, luego de vaciarlo, lo podéis dejar fuera que ya alguien vendrá a recogerlo. Dale a tu Joven Maestro un saludo de mi parte. Adiós."

El niño se dio la vuelta y se fue, y el mayordomo zurdo cerró la puerta tras él con un leve chasquido. Luego, con la eficiencia de alguien acostumbrado a la disciplina, comenzó a organizar las cosas que el niño había traído, asegurándose de que todo estuviera en su lugar antes de informar a Xue Sha.

Mientras tanto, Xue Sha continuaba meditando en el jardín, ajeno a la breve interrupción. Su mente estaba enfocada en fortalecer su espíritu y prepararse para los desafíos que le esperaban en la academia. Sentía cómo la energía fluía a través de su cuerpo, revitalizándolo y llenándolo de una determinación renovada.

El mayordomo, tras haber terminado de organizar todo, se acercó al jardín y esperó pacientemente a que Xue Sha terminara su meditación. Cuando finalmente abrió los ojos, el mayordomo se inclinó ligeramente y dijo, "Joven Maestro, han traído sus uniformes y el horario de clases. Todo está listo para mañana."

Xue Sha asintió, levantándose con gracia. "Gracias," dijo, su voz calmada pero firme. "Vamos a ver esos uniformes."

Con una última mirada al jardín, Xue Sha siguió al mayordomo de regreso a la habitación. Abrió el armario y sacó un uniforme, extendiéndolo en la cama para observarlo detenidamente. El uniforme era todo plateado, pero jugaba con los tonos de plata, creando un efecto visual interesante. Xue Sha lo miró con el ceño fruncido y le dijo al mayordomo, "Supongo que también han traído las reglas. Dámelas."

El mayordomo asintió y se dirigió a la mesita de noche. Abrió el cajón y sacó el libro de reglas. Xue Sha le indicó, "Léete las reglas y busca si pone en algún lugar que el uniforme es obligatorio."

El mayordomo comenzó a leer rápidamente las reglas. Después de unos minutos, ya iba por la última página. Al acabar de leer, cerró el libro y le dijo a Xue Sha, "Joven Maestro, no pone que sea obligatorio, pero dice que en eventos públicos es obligatorio."

Xue Sha suspiró de alivio. "Entonces no me voy a poner el uniforme. Con lo de en público se referirá a que cuando estemos en el coliseo en el equipo de la academia sea con el uniforme. Entonces, en la vida diaria no hace falta ponérselo."

Guardó el uniforme y le preguntó al mayordomo, "¿Y cuántos acompañantes puedo llevar a clase?"

El mayordomo zurdo respondió, "Solo se puede uno."

Xue Sha, mientras se pellizcaba la barbilla en una pose de pensamiento, le dijo al mayordomo, "Pues me va a seguir el guardaespaldas."

El mayordomo zurdo quiso decir algo, pero Xue Sha lo miró fijamente a los ojos y no dijo nada. Xue Sha le dijo, "Te puedes ir."

El mayordomo respondió, "Sí," se inclinó y se fue.