Capítulo 58: Ginseng de 300 años

Varios minutos después, Lin Dong terminó su primera sesión de acupuntura con Qiao Bing.

Aunque no podía curarla completamente, Qiao Bing claramente sintió los efectos después de que se realizó la acupuntura.

Si hubiera sido antes, estar tan cerca de Lin Dong definitivamente le habría causado dolor de hígado.

Pero ahora no.

Qiao Bing incluso tomó la iniciativa de tocar el brazo de Lin Dong.

—Ay... Todavía dolía, pero no tanto como antes.

—¡Lin Dong, realmente funciona! —exclamó Qiao Bing sorprendida—. ¿Esto significa que después de unos cuantos tratamientos más, estaré curada?

Lin Dong negó con la cabeza.

—No se puede curar por completo, sin embargo, después de unos cuantos tratamientos más, si en el futuro solo tienes un contacto leve con hombres, el dolor de hígado puede minimizarse.

—Eso es suficiente para mí —Qiao Bing estaba alegre y admirada—. Lin Dong, tus artes médicas son demasiado asombrosas.