Dorothea de repente se levantó y agarró su bolso. —Me voy, tengo otras cosas que hacer.
—Eh… está bien —Vicente respondió sin importarle—. Pero tenía una ligera sospecha: —Mamá, no te sientes mal por Chloe, ¿verdad? Tú eres la que me enseñó sobre esto, así que no deberías sentirte mal. Chloe es como tú hasta cierto punto…=.
Vicente sonrió con ironía y le lanzó a su madre una mirada burlona: —Ustedes dos pueden soportar muchas palizas de sus maridos y tolerar las infidelidades. Mujeres perfectamente obedientes para hombres como papá y yo.
…
—Claro, hijo —Dorothea abrió la puerta y se alejó—. Se puso gafas de sol para ocultar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos mientras abría la puerta.
Hỗ trợ các tác giả và dịch giả yêu thích của bạn trong webnovel.com