Entre la multitud, había dos mujeres poco destacadas.
Una de ellas miraba esa figura en la plataforma con ojos ardientes. También era incierto lo que estaba pensando.
La otra chica se rió mientras transmitía su voz —Hehe, viendo al Señor Ye desafiar a los héroes bajo el cielo por Xiao Ruyan, me pregunto cuáles son tus pensamientos, señorita?
Esta chica en realidad conocía la verdadera identidad de Ye Yuan. ¿Quién podría ser sino Yan-er?
No había necesidad de hablar de la otra chica. Era naturalmente Li-er.
De hecho, estos últimos días, habían estado dentro de esta capital todo el tiempo. Si no fuera por este par de ama y sirviente, Ye Yuan simplemente no habría podido ver a sus compañeros aprendices.
Fue precisamente debido a la protección en la oscuridad de ambas que permitió que esos mayores de Ye Yuan sobrevivieran sanos y salvos.
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