En el mismo momento en que Isabella colocaba el libro en el escaparate, Gabriel Vargas, un escritor con una mirada cansada pero curiosa, entraba a la librería. Buscaba inspiración para su próxima novela, una que debía rescatarlo del bloqueo creativo que lo atormentaba.
Sus ojos recorrieron las estanterías llenas de historias por contar. Sin embargo, algo en la atmósfera de la librería lo atrajo hacia el rincón donde "Destino Entre Páginas" reposaba, como si un imán invisible lo guiara.