— Bienvenido de vuelta Chen, ¿Ya encontraste las pruebas que buscabas? — dijo Baekhyun con tono sarcástico, sin embargo, se quedó de piedra al ver a mi madre entrar detrás de mí unos segundos después. Jordana sólo guardó silencio y nos dedicó una amplia sonrisa al vernos — ¿Mamá?, ¿Qué estás haciendo aquí?, no estaba en mis planes que te aparecieras tan pronto.
— También me da gusto verte hijo. — respondió mi madre con descontento evidente antes de tomar asiento e invitarme a hacer lo mismo. Una vez que me acomodé a su lado, Baekhyun tomó la palabra de nuevo.
— Bueno, me da gusto que estemos reunidos los cuatro como una familia feliz. Pero ahora que Chen ya sabe que somos hermanos, creo que es conveniente establecer un acuerdo para que tanto mi madre como Jordana puedan disfrutarnos a ambos. — expuso alegremente mientras rodeaba por los hombros a Jordana con su brazo izquierdo.
— ¿Disculpa? Creo que no te oí bien, ¿Disfrutarnos a ambos?
— Así es, ¿Qué te parece si mamá está contigo de lunes a viernes y conmigo los fines de semana; te quedas con Jordana los fines de semana y yo de lunes a viernes? Es justo para ambos y todos salimos ganando.
— Estoy de acuerdo. — lo apoyó Jordana.
— Yo también. — replicó mi madre y luego todos voltearon a mirarme esperando mi respuesta.
— No puedo creer que ustedes estén de acuerdo con esto, ¿Acaso "éste" les lavó el cerebro? — dije de manera despectiva refiriéndome a Baekhyun.
— No le hables así a tu hermano, — intervino mi madre — simplemente creo que como hermanos deben compartir todo, incluidas nosotras.
— Ustedes están enfermos, no me quedaré a ver cómo él destruye sus vidas lentamente. — dije mientras me disponía a irme sin predecir en absoluto el impacto de mis palabras.
— ¡Espera! — rogaron ambas al unísono mientras parecían entrar en razón, como si hubieran estado en un trance y ahora recuperaran la cordura.
— No intenten detenerlo, ¡Si no está dispuesto a compartir entonces no tendrá a ninguna! — exclamó de manera retadora y acto seguido las tomó a ambas por el cuello.
Ante esto, me dispuse a intervenir sólo para darme cuenta de que me encontraba repentinamente amarrado de pies y manos. Comencé entonces a suplicarle que las soltara mientras ellas lo arañaban y daban gritos ahogados en un intento por salvar su vida. Pero él hizo caso omiso a mis plegarias y cuando me di cuenta ya era demasiado tarde, comenzaron a perder las fuerzas de luchar al mismo tiempo que la piel de su rostro se tornaba morada culminando con un crujido seco que retumbó por la habitación un segundo antes de que las liberara de su agarre y cayeran inertes al piso. Aquel crujido había sido el de su cuello y su caída se repetía en cámara lenta a través de mi mente una y otra vez aún cuando mis ojos se encontraban cerrados. Lágrimas de desesperación y horror comenzaron a brotar de mis ojos y por más que intentaba gritar no lograba emitir ningún sonido, voltee a mirarlo una vez más esperando que se desvaneciera como un mal sueño pero en su lugar se dibujó una sonrisa siniestra en su rostro en un acto que definitivamente jamás iba a olvidar.
Un segundo después desperté llorando muy agitado, desorientado al no tener idea de dónde me encontraba y sin comprender si aquello había sido un sueño o me había desmayado al presenciar aquella horrible escena y alguien me había traído hasta aquí, lo primero que pude divisar mientras trataba de asimilar lo que había pasado fue a Jordana. Ella yacía a mi lado sobre la cama (que poco a poco reconocí como la cama del cuarto de huéspedes de Baekhyun), se encontraba profundamente dormida y dentro de su mano derecha sostenía un termómetro de vidrio lo cual me confundió aún más.
Fue unos instantes después cuando caí en la cuenta de la realidad, ¡Jordana estaba viva!, parpadeé repetidamente unos segundos para comprobar si era real y luego intenté incorporarme para ir a buscar a mi mamá; al hacerlo, una compresa que ni siquiera había notado que tenía cayó hasta el suelo desde mi frente. Este gesto despertó a Jordana y tomó mi brazo para detenerme antes de que pudiera levantarme.
— Espera, sé que no te debe encantar estar conmigo en estos momentos pero lamento decirte que no estás en condiciones para irte.
— ¿Cómo puedes decir eso?, ¡Me da tanto gusto verte y escuchar tu voz! — respondí emocionado antes de acercarme a abrazarla.
Aún cuando la tomé por sorpresa, se acurrucó en mi hombro y soltó un suspiro. Estaba apunto de decidirme a darle un beso hasta que los recuerdos vagos de nuestra ruptura pasaron por mi mente, había estado tan alterado por aquel sueño que olvidé lo mal que se encontraban las cosas entre nosotros. Al tener conciencia de esto, la solté rápidamente y me aparté de ella con brusquedad; acto seguido me levanté de la cama ignorando mi mareo interno y me dispuse a irme. Sin embargo, ella me pidió que no lo hiciera con las palabras siguientes.
— Espera, ¿Qué fue todo eso?
— Sólo un error impulsivo, será mejor que me vaya y finjamos que esto nunca sucedió. — dije con seguridad después de detenerme y pude apreciar por el rabillo del ojo cómo su rostro pasaba de ser de confusión a dolor al oír mis palabras.
— Como sea — vaciló por unos segundos antes de continuar — te encuentras muy enfermo en este momento y necesitas descansar. Si el problema soy yo puedo irme y pedirle a tu madre que venga a cuidarte en mi lugar.
Dicho esto se levantó y se dirigió a la salida con gesto abrumado, lo cual me retorció el corazón y me hizo desear abrazarla para reconfortarla mientras le susurraba al oído que todo estaría bien como siempre que teníamos una discusión en el pasado. Aunque no cumplí mi deseo, sí la detuve cambiando de tema rápidamente.
— Quédate por favor, creo que ya somos bastante mayorcitos para superar esto con madurez, no es necesario que te vayas. Pero, ¿Podrías decirme qué estoy haciendo aquí? Tuve un terrible sueño y quiero saber qué tanto de lo que recuerdo es verdad.
Al escuchar mis palabras, se detuvo cabizbaja, asintió con la cabeza y luego caminó hacia mí para ayudarme a recostarme de nuevo. Mientras me arropaba entre las sábanas, hubo un momento en el que quedamos frente a frente y muy cerca el uno del otro, esto me provocó una oleada de sentimientos encontrados que se intensificó al tacto de su mano con mi mejilla. Aún cuando mi corazón latía tan rápido que casi podía oírlo, tomé valor y acerqué mi mano lentamente a ella intentando acariciar su mejilla también; me di cuenta tarde de que más que un gesto romántico me estaba tomando la temperatura.
— Dios mío, ¡Estás hirviendo! — exclamó alterada antes de que pudiera llegar a rozar su piel — Quédate aquí, iré por otra compresa fría y te traeré un poco de agua fresca. Si no baja tu temperatura de ese modo me temo que tendré que meterte a bañar.
— ¿Y por qué no recurrimos al baño directamente? — pregunté intentando esbozar una sonrisa pícara pero sintiéndome demasiado débil para hacerlo.
— Ja-ja muy gracioso, no tardo.
— ¡Espera!, ¡No me has dicho aún cómo llegué aquí! — exclamé débilmente y sin ser escuchado por ella.
Me quedé dormido sin darme cuenta mientras intentaba recordar cómo llegué ahí y desperté de golpe cuando Jordana colocó cuidadosamente la compresa fría sobre mi frente. Me pidió disculpas por haberme despertado y luego me ayudó a sentarme para poder beber el agua junto con la pastilla que ella me había traído. Mientras daba un par de sorbos y me tragaba la pastilla, tomé valor para preguntarle nuevamente la razón por la que tanto ella como yo estábamos ahí. Unos segundos después, bajé el vaso hasta mis piernas y le hice la pregunta, su respuesta me dejó bastante desconcertado.
— Bueno, tú… llevabas una semana perdido, todos estábamos muy preocupados. Hace unas horas tu madre fue a nuestro, — se sonrojó incómoda al mencionar la última palabra y corrigió el error inmediatamente — a tu departamento a buscarte y me encontró ahí en tu lugar. Yo le expliqué que no sabía nada de ti, estaba ahí sólo para llevarme mis cosas, así que luego de una larga discusión me preguntó si yo sabía dónde podías estar. Fuimos a varios lugares y finalmente llegamos aquí a ver a Baekhyun como último recurso, él nos explicó todo lo que pasó entre ustedes y nos acompañó hasta el panteón ya que tenía una corazonada de que estabas ahí. Te buscamos juntos hasta llegar al lugar donde tu madre estaba supuestamente enterrada y ahí estabas tú, pero en cuanto nos viste te desmayaste. Notamos que llevabas un rato bebiendo a juzgar por la botella que tenías en la mano y estaba lloviendo muy fuerte, al levantarte nos dimos cuenta de que tenías fiebre además de que lucías muy mal; así que te trajimos aquí para poder cuidarte hasta que mejores. Esa es toda la historia, el doctor vendrá mañana temprano a verte y si quieres irte yo te llevaré personalmente hasta tu departamento.
Entonces todo lo que recordaba sobre el encuentro con mi madre en el panteón y la horrible tragedia en manos de Baekhyun que había presenciado sí habían sido parte de un sueño, un raro y terrible sueño que jamás olvidaría causado por la fiebre. Una vez que Jordana terminó de hablar, le di las gracias por darme una explicación y luego terminé de beber mi agua. Aunque aún tenía muchas preguntas, me sentía demasiado cansado tanto física como emocionalmente así que me recosté nuevamente esperando que ella se fuera a dormir también pero a otra habitación, sin embargo y contra todo pronóstico, se metió bajo las sábanas y se acostó a mi lado. Ante esto, la miré sorprendido y, antes de que pudiera objetar cualquier cosa, comenzó a acariciar mi cabello lo cual me relajó y unos minutos después por fin me quedé dormido.
A la mañana siguiente, luego de abrir los ojos y despertar a causa de la luz del sol que entraba chocante por la ventana, sentí una extraña sensación hormigueante en mi hombro y me percaté de que la cabeza de Jordana se encontraba recostada en este. Me detuve a contemplarla por un par de minutos, aún cuando había ojeras bajo sus ojos evidenciando que no había dormido muy bien, lucía sumamente hermosa como siempre. Sentí un impulso desquiciante por sentir su piel y acerqué mi mano a su mejilla con la intención de tocarla; sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, ella despertó y me miró con curiosidad por lo que tuve que retirar mi mano inmediatamente antes de incorporarme para irme diciendo que ya era hora de desayunar. Estaba caminando hacia la puerta pero ella me detuvo por el brazo antes de que pudiera salir, su toque disparó una corriente de emociones que se sintieron como electricidad recorriendo mi cuerpo justo como en los viejos tiempos, ante esto volteé a mirarla y casi pude percibir por el brillo en sus ojos cómo ella estaba siendo afectada por la misma corriente de electricidad imaginaria.
Ambos nos miramos con incertidumbre e intriga por unos segundos hasta que ella rompió el vínculo al soltar mi brazo y alejarse ordenando que volviera a la cama así como ofreciendo traerme el desayuno hasta aquí. Antes de que pudiera dar dos pasos tomé su brazo y la atraje nuevamente hacia mí, esbocé una sonrisa pícara que le provocó un escalofrío y coloqué mi mano libre detrás de su nunca con la intención de besarla después. Sin embargo, fui interrumpido por mi madre antes de poder hacerlo.
— Hola Chennie, buenos días. Yo — hizo una pausa y se detuvo sorprendida al ver la cercanía comprometedora en la que nos encontrábamos Jordana y yo, luego nos examinó de pies a cabeza cuando nos alejamos uno del otro antes de continuar hablando — vine a traerte el desayuno, el doctor llegará en una hora a verte. Pero si interrumpo algo puedo volver luego.
— De ninguna manera, yo iré a bañarte, es decir, a bañarme mientras desayunas. Te veo luego. — dijo Jordana con evidente nerviosismo antes de salir rápidamente, casi corriendo de la habitación.
— Claro, te veré luego entonces. — respondí algo incómodo.
Una vez que Jordana se fue, mi madre me miró con curiosidad al ver mi ceño fruncido y se acercó con miedo hasta a mí intentando tocar mi mejilla luego de depositar la charola con mi desayuno en una mesita que se encontraba junto a la puerta. Yo esquivé su gesto, fui por la charola y me senté en la cama para comenzar a desayunar.
Al principio había querido culpar a mi padre o incluso a Baekhyun por fingir la muerte de mi madre y ocultarme todo este tiempo que estaba viva. Sin embargo, ahora que la veía, entendía que la única culpable aquí era ella, ya que fue quién me abandonó dejándome creer cruelmente que había fallecido. Estaba tan enojado con ella que ni siquiera quería verla a los ojos ni mucho menos hablar con ella, no estaba seguro de poder perdonaría algún día.
— Chen, tenemos que hablar sobre...
— No. — la interrumpí sin siquiera mirarla.
— ¿No?, ¿Acaso no quieres saber por qué me fui fingiendo mi muerte?
— No me interesa saber nada de usted, no sé quién sea pero no significa nada en mi vida. Kim Hye (mi madre) está muerta para mí y lo seguirá estando. Ahora, si me disculpa, me gustaría terminar mi desayuno en paz así que por favor retírese.
— Déjame explicarte por favor, si después de eso no te convenzo prometo que me iré de tu vida para siempre. — dije poniéndose de rodillas mientras tomaba mi mano para besarla.
— ¿Crees que no sabía que estás viva? Me enteré hace mucho tiempo — dije mintiendo para deshacerme de ella — y si me hubiera interesado hablar contigo te hubiera buscado antes. Sin embargo no me interesaba ni en ese entonces ni ahora, para mí moriste el día que fingiste tu muerte, ahora sal de aquí o llamaré a la policía.
Una vez que terminé de hablar, me soltó, se puso de pie y se marchó intentando contener el llanto. Sabía que había sido muy duro con ella pero realmente no tenía ningún interés en hablar con ella, al menos no por ahora. En cuando salió terminé de desayunar, luego me metí a bañar y al salir encontré ropa seca en mi cama, seguramente McClane había ido a mi departamento por ropa limpia para ambos luego de bañarse. Me vestí con rapidez, tendí la cama y me disponía a salir cuando el doctor entró por la puerta junto con Jordana y Baekhyun.
— Hola, tú debes ser Chen. — apuntó con seguridad el doctor en cuanto me vio.
— Así es, usted debe ser el doctor. — respondí estrechando su mano.
Luego de charlar un poco por cortesía, el doctor me examinó unos minutos antes de dar su diagnóstico: aunque ya no tenía fiebre, aún estaba bastante mal, así que me recetó un par de medicamentos y me ordenó que reposara en cama un par de días más. Una vez que el doctor se fue, Jordana se ofreció a llevarme hasta mi departamento en su auto, yo acepté agradecido y entonces por fin nos fuimos de la mansión Byun luego de darle las gracias a Baekhyun por su hospitalidad. En el camino a casa ella bajó por mis medicamentos en una farmacia, me parecía tierno lo mucho que se preocupaba por mí aún estando en malos términos pero también me confundía su trato hacia mí luego de rechazarme y terminar conmigo de la manera cruel en la que lo hizo.
Llegamos a mi departamento quince minutos después y la invité a pasar ofreciéndole algo de tomar como gesto de agradecimiento antes de que se marchara, lo cual ella aceptó casi de inmediato. Platicamos un rato sobre cualquier cosa para evadir el tema sobre nuestra relación y una vez que terminó de beber su té dijo que era hora de irse, yo la dejé ir de mala gana sin saber cómo detenerla y la acompañé hasta la puerta; ella sólo agitó la mano para despedirse y se alejó. Sin embargo, luego de observarla con nostalgia unos segundos mientras se alejaba, miré hacía dentro de mi departamento y me percaté de que había olvidado su cartera en el sillón, así que la tomé y corrí tras ella para dársela. La alcancé por fin mientras llamaba el elevador, grité su nombre antes de que se subiera a él y logré detenerla. Caminé los dos metros restantes hasta ella y una vez frente a frente le entregué su cartera.
— Gracias, — dijo antes de mirarme como esperando a que yo dijera algo más para detenerla, sin embargo, al ver que yo no hablaba se despidió — me iré ahora entonces.
— Espera, — dije tomando su muñeca y atrayendo su cuerpo hacia mí como hace rato, la miré unos segundos sintiendo como la corriente eléctrica regresaba a mí con intensidad mientras colocaba mi mano derecha en su nuca y mi mano izquierda en su cintura para besarla finalmente de manera apasionada; beso que ella correspondió mientras enredaba sus brazos alrededor de mi cuello — no te vayas.
— ¿Por qué? — preguntó mientras intentaba recuperar el aliento.
— Porque aún te amo. — hice una pausa de unos segundos antes de continuar y comencé a soltarla — Pero si quieres irte lo entenderé.
— No me sueltes Kim Jongdae, no me iré a ningún lado. — concluyó saltando para enredar sus piernas alrededor de mi cintura antes de volver a besarme. Yo correspondí su beso, entré al elevador sin soltarla y presioné el botón que servía para bloquear las puertas.
— Creo que este elevador estará fuera de servicio un buen rato.
¡Hola lectores! Antes que nada les pido una disculpa por estar ausente, he estado un poco ocupada en este tiempo de cuarentena pero les dejo este capítulo que en lo personal me gustó mucho, espero que les guste tanto como a mí. No suelo ser muy optimista pero en este momento es lo único que nos mantiene cuerdos.
Cuídense mucho, no salgan de casa y les mando mis mejores deseos.