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DE OTRO MUNDO

Esta es la historia de una humana y un ser de otro universo (alien), que se emprenden a un camino lleno de obstáculos y misterio. Durante ese largo transcurso por recorrer ambos se enamoran; se dejan llevar por esas emociones, esa humana es consciente que tal hombre no es normal pero inesperadamente...

Dianiis_1417 · Khoa huyễn
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122 Chs

Al final, la estaba protegiendo

La noción del tiempo se detuvo por arte de magia. El ritmo de cardíaco de ambos se intensificó.

Era una mirada extraña y misteriosa. Olvidaron por un instante el peligro que corrían y también en la posición en la que se encontraban.

Etna con los ojos llorosos seguía mirando a Jeff para cerciorarse que él estuviera bien.

<<Está niña...¿Por qué su mirada...? Yo no...>>, Jeff no entendía esa sensación que lo rondaba; eran sus emociones, sin embargo él sintió algo misterioso.

Lo sacó de órbita que la chica humana se aferrará a él y además que ella le preguntará su estado físico.

Percibía el miedo de ella, como sus ojos zafiros estaban cristalizados.

¿Por qué su corazón se aceleró frenéticamente?, era una incógnita para él mismo.

- Estoy...bien. Ahora levántate. - entonces habló él, rompiendo la misteriosa atmósfera que se formó entre ellos.

Enseguida Etna asintió y se levantó con el cuerpo tembloroso. Se puso de pie y se aliso su falda. En un santiamén su mejillas se ruborizaron porque recordó el instante que se lanzó de la tercera planta y como su falda fue levantada por el aire.

<<¿É-Él...lo vio todo? ¡Ah que incómodo!>>

La preocupación y la vergüenza la inundó por no saber si el chico apuesto vio su ropa interior.

Jeff se recompuso rápidamente y su señal de alerta le decía que tenía que apresurarse.

- Hora de irnos. - aviso él.

Etna volvió asentir en silencio, caminando al lado del chico. No quería que esos hombre la atraparán.

Ambos caminaron a prisas hacia toda la vegetación. Buscar un camino seria complicado y Jeff lo sabía, así que su mente se puso a trabajar para encontrar una salida lo más rápido posible.

En una fracción de segundos, los hombres de negros ya tenían en marcha el recorrido de Etna y Jeff.

Por otro lado, adentro de la residencia...

El Presidente Orson se levantó hace unos segundos, con una expresión iracunda. Se ajustó su corbata y camino a la gran ventana que le daba la vista de afuera, todo el panorama de donde se encontraban.

Enseguida con pasos acelerados, el asistente Remi llegó a la sala de estar.

El aura mortal que cubría a su presidente no era nada bueno. Incluso sintió escalofríos por su espina dorsal.

Él, como su mano derecha cometió un error así que aceptaría cualquier castigo pero antes...

- Presidente, iré por ellos. - mencionó Remi.

Era inconcebible que fallarán por primera vez. Ese chico rebelde se salió con la suya, pisoteando el poder del magnate.

- No es necesario. Quizás lo subestime. Pero...conozco la historia de esa niña. Muy pronto ese mocoso me las pagará. - respondió el Presidente Orson, molesto porque nunca antes había fallado.

Él era un hombre sombrío y glacial, para nada le gustaba perder pero esta vez, su plan para conseguir la pieza; una pieza fundamental para dar su siguiente paso ante la revelación de los seres alienígenas ante los seres humanos, fue fallido.

Dejaría pasar este minúsculo error pero para la otra la situación se tornaría sangrienta. Al menos, el magnate consiguió su talón de aquiles. Eso para él era un pequeño avance. Lo que ahora lo satisfacía era el hecho que dentro de poco tendría a su hermano menor frente a él.

Y una sonrisa malévola se agrando en los labios del magnate.

¡Su guerra esta por empezar!

...

Etna y Jeff caminaban a pasos forzados entre los arbustos. Aunque ambos apresuraron sus pasos, Jeff iba a una velocidad sobrehumana, dejando atrás a la chica que jadeaba con cada paso.

Era claro la diferencia entre él y ella. Un hombre y una mujer. Un ser alienígena y un ser humano.

<<¡Ah dios! ¿C-Cómo él puede caminar tan rápido...? Ya no aguanto, hemos caminado por unos minutos pero ya mis piernas no pueden más...>>, se quejaba Etna en silencio. Rogando para que Jeff le diera chance; que se diera cuenta que no estaba en forma para avanzar a una velocidad inhumana.

Jeff no tenía intenciones maliciosas en dejar atrás a la chica, bueno, ni siquiera se daba cuenta que la chica ya venía decayendo y a dos metros de él.

Con su percepción extrasensorial se percató de los hombres que los seguían. Él sabía que tenía que ser lo más rápido posible y no caer presas de ellos.

Sin embargo, al torcer su cuello al fin se dio cuenta que la pobre chica venía cayéndose del agotamiento.

- ¡Tsk! OYE, sé más rápida. Sino ellos no atraparán. - refutó Jeff, irritado por la lentitud de la chica. Pero Etna no contestó, solo le hizo un ademán de: "Espera, ahí voy."

El problemático de Jeff volvió a crispar sus labios. Y sin meditarlo, se dirigió a ella.

Y de un solo movimiento hábil y fugaz, la tomó de la cintura, cargandola como cualquier cosa sin preocupación alguna.

Etna: - ¡...!

Ella que apenas se reponía del agotamiento, abrió sus ojos como platos al sentir el brazo de Jeff enredarse en su cintura.

- Eres lenta niña. - mencionó él y camino con ella en su brazo. Etna se limitó a responder, sus neuronas dejaron de funcionar correctamente.

Para Etna era un atleta inigualable, quien poseía una fuerza impresionante.

Para Jeff era como si llevará una pluma ligera. Tanto que ni siquiera le tomó importancia lo que la chica pensará.

Al final, él la estaba protegiendo.

Ella vio desde su perspectiva que era un chico misterioso; un joven apuesto que tenía que conocer mucho mejor.

Enseguida los hombres de negros que le seguían al paso a Jeff, se detuvieron al llegar un mensaje telepáticamente.

« Deténgase. Déjenlos ir. »

Los hombres de negros obedecieron y regresaron a la residencia.

De inmediato, Jeff se percató que ya no lo seguían.

Aún así, no detuvo su marcha.

<<Qué extraño. ¿Tan rápido se rindieron? ¿Nos dejaron escapar así nada más o es que se trata de algo turbio?>>, se preguntaba él.

- Son unos malditos... - musito Jeff para si mismo. El día de hoy para él apenas empezaba; tenía en mente que todavía le quedaba otro obstáculo por atravesar.

Él estaba cien por ciento determinado a no entregar esa pieza valiosa. Además, ahora que ya sabía que lo seguían por eso, sería más cautelo que antes. No bajaría la guardia para nada.

Su sed de venganza solo se intensificaba a niveles desconocidos.

Por otra parte, estaba a punto de bajar a la chica pero ver de reojo que ella tenía una expresión triste pero a la vez apacible, por alguna razón extraña, se limitó hacerlo.

Era cierto, ella era una niña, una humana.

Los humanos para Jeff eran seres aberrantes y frágiles pero ahora saber que la salvó de una terrible destino, lo hizo cuestionarse a sí mismo.

Su mente de nuevo se convirtió en un caos de confusión total.

¿Qué hizo la humana para llevarlo a tal punto de protegerla?, no lo sabía con certeza.

Prefirió dejar a un lado su nueva confusión y continuó caminando.

Un largo y misterioso camino los esperaba.

No sería fácil salir dentro del laberinto que se encontraban.